Querí lectó de mi corá (les escrí así porq el ajús llegó a los meds y debo ahorr lets para lleg al fin de la colum). Bueno, no… ¡Está bien: me gasto el aguinaldo y la escribo como corresponde!

Del presidente asumido, sumido y sumado podemos decir cualquier cosa, menos que no nos avisó.

Nos avisó que se venía el ajuste. Bueno, él dijo que lo pagaría la política, y es cierto: lo van a pagar la política social, la política educativa, la política de salud, la política alimentaria, y sigue la cola…

También avisó que lo pagaría la casta… Aquí hay que disculparlo: todos sabemos que se pone muy nervioso cuando debe hablar en público; seguramente alguien tosió o murmuró o carraspeó o regurgitó, lo que sea, y lo hizo trastabillar lingüísticamente y decir “casta” donde debió decir “canasta”. Este “lapsus neuronae” les hizo pensar a millones de argentinos que sería la clase dominante quien se haría cargo del pago: era una idea simpática que seguramente le valió muchos sufragios. Qué lástima que no pronunció correctamente, porque, de haberlo hecho, seguro que ganaba Massa, y otro gallo aumentaría los precios.

También avisó que su mandato está signado por la Torá, hermoso libro sagrado (mejor dicho, colección de cinco libros, por ello se lo conoce como “pentateuco” hebreo). Primero se identificó con Moisés, o sea que nos manda diez plagas o bien nos lleva 40 años por el desierto, pero después, en la ceremonia interreligiosa, lo ubicaron más bien en un rol salomónico. No creo que esa haya sido la intención de quien lo dijo, pero yo lo escuché y pensé: "¿Se identificó con Salomón? ¡Nos va a partir en dos!". Finalmente, fue a festejar la bellísima festividad de Jánuca, que se trataría, según dijo, de cuando “pocos vencieron a muchos”. ¿Le habrán avisado que "pocos” eran el pueblo hebreo que resistía, comandado por los macabeos, y “muchos” eran el imperialismo griego? O sea, Jánuca es la fiesta del triunfo de la resistencia popular al Imperio. Si no lo sabían…, bueno, yo también aviso.

Quiero de todas maneras valorar lo de la ceremonia interreligiosa, creo que esta vez vamos a necesitar de todos los dioses (incluidos los del Olimpo, los persas, los egipcios y los vikingos, que no fueron invitados), además del Chapulín Colorado, el Hombre Araña y el Correcaminos, para salvarnos de las capúticas medidas que finalmente nos fueron transmitidas, después de que el Totus Tuus grabase una y otra vez esa conferencia de prensa sin prensa, en la que, cada vez que él miraba a cámara, nuestro sueldo se deprimía un 2,5 por ciento.

También nos avisó que terminaría con la problemática social, de una manera que podríamos llamar particular, pero no novedosa: no se trata de dar aumentos de sueldo, ni subsidios, ni planes; ni de enseñar a pescar en vez de dar pescado, ni de otorgar créditos a las pymes para que generen más empleos, no… El nuevo método para resolver los temas sociales se llama "¡POLICÍA!". Debo reconocer, de todas maneras, que ver, y sobre todo escuchar, a varios miles de personas reunidas en congreso general destituyente gritando "¡Policía, policía!” sin que la consigna continuase con algún componente descalificador, es algo que nunca he visto en mis varias décadas de vida, y, por lo que chequeé, parece ser un episodio único en la historia de la humanidad. ¡Ya saben adónde venir, turistas, si quieren ver una manifestación donde se celebra a la policía…!

También avisó que, donde decía “casta” ahora dice “Estado”. Que hay argentinos “de bien” (¿habrá querido decir “debiendo”?), de “masomeno” y “demal”. Los “demal” van a ser “de peor”, los de “masomeno” van a ser “demal” y los “de bien” van a ser de “súpermegagiga”, pero eso va a durar un ratito, porque después, Dios mediante, iremos todos al Paraíso, donde San Pedro te da un váucher y vos sabrás qué hacer. O no.

Esto fue el domingo 10 de diciembre, casualmente el día de los Derechos Humanos. Para festejarlo, se le quitó esa denominación al ministerio correspondiente. Capaz que es porque no va a haber muchos derechos humanos. Pero no, no voy a ser mal pensado, porque si fuera por ese motivo, tampoco se llamaría más “De Justicia”.

La "pesada herencia” pasó de ser un concepto a ser una nueva política de Estado. Tan así es que dicen que el lunes la Casa Rosada se llenó de popó de perrito, y le echaron la culpa a Dylan.

El martes 12, Toto Sinpaniagua puso la caripela frente a cámaras y nos explicó los detalles de lo que nos iban a hacer. Dijo que el problema es cuando gastamos más de lo que tenemos –OK, Toto, esa te la damos por buena–, pero no incluyó en la categoría a “cuando pedimos prestados 45 mil palos verdes para ver si el Maurífice lograba lograr el logro de que lo volvieran a votar” ni “cuando endeudó a nuestros tataranietos” ni “cuando, ahora mismo, “ estatizó” la deuda de los importadores, unos 30 mil palitos verdes, palomás, palomenos, que pagaremos usted, tú y yo”.

Así estamos, pero no digan que no nos avisó. Ni que yo no les avisé.

Sugiero al lector acompañar esta columna con el video estreno “Para el rico lo que es del pueblo”, parodia actualizada de Rudy-Sanz del icónico tema de Piero. 

Nota: esta parodia fue compuesta hace una semana. Cualquier coincidencia con lo que ocurrió después, es pura realidad.