El consultor Eduardo Roust se convirtió ayer en el primer funcionario renunciante de la administración de Javier Milei. A apenas seis días del inicio de la gestión, el designado subsecretario de Medios difundió un comunicado que circuló entre periodistas para anunciar que “por motivos estrictamente personales” decidió no ser parte del área que acaba de recibir bajo su órbita al Sistema Nacional de Medios Públicos, que el presidente en campaña prometió desguazar.
“Por motivos estrictamente personales, he tomado la decisión de no formar parte del equipo de comunicación del Gobierno del presidente Javier Milei que generosamente me han ofrecido”, escribió Roust en un mensaje que tituló “A TODOS”. En una segunda versión, se agrega una sugestiva aclaración: “Lo comunico de esta manera informal porque no he sido nombrado en ningún cargo. Sólo había tenido una propuesta”.
“El vértigo que tiene el territorio digital o el mundo moderno de las comunicaciones requiere de una velocidad informativa sin precedentes”, que “hacen que el trabajo resulte para mí un poco ‘inhumano’”, explicó. Pidió “PERDÓN a TODOS los periodistas de la Casa Rosada por mi falta de paciencia y los muchos desencuentros”, y agradeció a un destinatario desconocido “por dejarme entrar en vuestra casa”.
Igual que el vocero Manuel Adorni, Roust se sumó a las filas libertarias después del balotaje, en el equipo que encabeza la secretaria de Comunicación, Belén Stettler, y que integran los tuiteros Iñaki Gutiérrez y Eugenia Rolón. El conductor de esa área en las sombras es el consultor Santiago Caputo, que sin un cargo formal asesora a Milei en las campañas digitales y de manejo de trolls.