El gobernador bonaerense, Axel Kicillof, y el exministro de Economía y candidato presidencial por Unión por la Patria (UxP), Sergio Massa, deberían ser quienes lideren la oposición al gobierno de Javier Milei, según la opinión mayoritaria relevada por la encuestadora Circuitos.
Ambas figuras alcanzan porcentajes muy similares: Massa el 26,9 y Kicillof el 27,8. Bastante más atrás los siguen el exsecretario de Comercio, Guillermo Moreno, y la exvicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, con 11,7 y 10,2 respectivamente. Las únicas figuras no peronistas que aparecen en el listado son Martín Lousteau (4,5%) y Myriam Bregman (3,1%).
Todos los dirigentes mencionados provienen del área metropolitana, tres del conurbano y tres de la ciudad. Si, como todo indica, se mantiene la sociedad política entre Massa y Kicillof, los dirigentes bonaerenses reunirían, en conjunto, casi el 60 por ciento de los apoyos.
La encuesta fue realizada telefónicamente con sistema Interactive Voice Response (IVR), entre los días 15 y 16 de diciembre pasado, sobre una muestra de 1080 casos de todo el país, respetando cuotas socio poblacionales y con un error muestral de 4 puntos. Además, midió también las repercusiones de los primeros anuncios económicos realizados por Milei, el humor social y las expectativas.
Se trata de la primera encuesta que mide el impacto en la población de la reciente devaluación que superó el cien por cien que se suma al parate de la obra pública y al anuncio sobre la restricción de partidas presupuestarias giradas a las provincias, justo en diciembre, el mes tradicionalmente más conflictivo del año.
Uno de los datos más relevantes está vinculado a lo que los consultores suelen denominar el primer metro cuadrado, las condiciones de vida de las personas consultadas y sus familias. Un 48 por ciento cree que su situación personal y familiar empeorará en los próximos meses, sólo un 25 por ciento cree que mejorará y el restante 23 por ciento cree que permanecerá sin cambios.
Diferencial positivo bajo
El presidente Milei tiene un diferencial de imagen positiva de apenas 5 puntos, algo inusualmente bajo para un gobierno que lleva poco más de una semana. Ese número resulta al sumar las imágenes muy buena (23) y buena (20) y restarles la mala (11) y muy mala (27).
Para establecer la comparación, vale recordar que en marzo de 2020 Alberto Fernández superaba el 90 por ciento de imagen positiva, según Analogías. En junio de 2016, el entonces presidente Mauricio Macri, luego de aplicar un fuerte ajuste y tarifazo, conservaba todavía 54 por ciento de imagen positiva, según el Grupo de Opinión Pública.
Para completar la serie y dimensionar la relevancia del magro +5 de Milei, en 2012, el primer año de su segunda presidencia, pero con cuatro años de ejercicio del poder, Cristina Fernández lideraba el ranking de dirigentes con imagen positiva con 62 puntos, según Equis.
Sólo el 41 por ciento de los encuestados se mostró de acuerdo con las medidas implementadas, dato que confirma el malestar entre sus propios votantes. El 36 por ciento cree que las medidas favorecen a los grandes empresarios, un 14 cree que favorecen a la casta política y un 1 por ciento aún no lo sabe. Los porcentajes son mucho más contundentes cuando se pregunta por los perjudicados: el 61,5 por ciento cree que son los trabajadores.
El 60 por ciento cree que los anuncios tendrán fuerte impacto en su economía personal, el 30 cree que será moderado y el 10 restante supone que será menor. Casi dos tercios de la población tiene un estado de ánimo negativo frente a la situación económica: el 26 manifiesta preocupación e incertidumbre, el 20 pesimismo y el 11 enojo.
El estudio de Circuitos, a su vez, segmenta las respuestas en tres grupos, según el comportamiento electoral: núcleo duro oficialista, núcleo blando y núcleo opositor. Los núcleos duros suelen ser estables y los blandos más volátiles en su apoyo.
Es esperable que 82 por ciento del núcleo oficialista manifieste optimismo y el 95 por ciento del núcleo opositor exprese sentimientos negativos. No lo es tanto que, en el núcleo blando, los sentimientos negativos dupliquen literalmente a los positivos, 67 a 33.
En los tres segmentos, la creencia mayoritaria es que los salarios y jubilaciones deben superar a la inflación: 45 por ciento entre los oficialistas duros, 59 entre los blandos y 77 entre los opositores. Muy probablemente sea este ítem, el de los ingresos de la población, sobre el que se generaron enormes expectativas con la dolarización, el que defina la popularidad del nuevo gobierno.
Pablo Romá, titular de Circuitos, es hijo del histórico dirigente justicialista Rafael “Balito” Romá, quien fuera intendente de su ciudad, Ramallo, vicegobernador de la provincia en tiempos de Eduardo Duhalde y luego embajador en Paraguay.