La sonrisa de Javier Milei por la visita de todos los gobernadores a la Casa Rosada se fue desdibujando con el correr de los minutos. La asistencia perfecta de los 23 mandatarios provinciales y el jefe de Gobierno porteño generó una satisfacción en el Presidente que se desvaneció cuando empezaron a caer los reclamos por la reducción de las transferencias a sus distritos, la parálisis de la obra pública, la suba de las retenciones y la reversión del Impuesto a las Ganancias.
La cumbre, que se gestó para sumar respaldos al DNU que Milei anunciará hoy en cadena nacional y al paquete de reformas que enviará al Congreso, encontró posturas contrapuestas. Al respaldo silencioso de Juntos por el Cambio y el mensaje conciliador del cordobés Martín Llaryora, el catamarqueño Raúl Jalil y el salteño Gustavo Sáenz, se le contrapuso el duro pronunciamiento de la liga de los gobernadores peronistas que rechazó el programa de ajuste y la propuesta para modificar Ganancias. “No es el camino correcto”, expresó.
De las dos horas y media que duró el encuentro en el Salón Eva Perón, Milei se tomó los 40 minutos iniciales para justificar el feroz ajuste fiscal. Sentado en la cabecera de la mesa, escoltado por la vicepresidenta Victoria Villarruel y el jefe de Gabinete, Nicolás Posse; el mandatario escuchó las quejas de los gobernadores por el deterioro de las cuentas públicas provinciales y les planteó como solución suspender de “manera transitoria” los cambios en Ganancias, que él mismo votó en septiembre cuando era diputado nacional.
La caída de la recaudación por la eliminación de este impuesto coparticipable fue uno de los puntos centrales de la conversación. En Casa Rosada no quieren hacerse cargo del costo político de una medida que podría afectar a 1 millón de trabajadores. Todos recuerdan que Milei en campaña prometió que antes de subir un impuesto “se cortaba un brazo”. De ahí que ahora aleguen que se está respondiendo a una exigencia de gobernadores de Juntos por el Cambio y que prometan que la marcha atrás durará solo un año. “Nosotros no queremos impulsar la reinstaruración de Ganancias, pero si las provincias lo necesitan lo vamos a discutir”, señalan y aseguran que será incluido en el Presupuesto 2024 que se mandará al Congreso.
En la vereda de enfrente, con Axel Kicillof a la cabeza, la liga de los gobernadores peronistas emitió un fuerte comunicado en el que alertó sobre el daño social de las primeras medidas implementadas por el ministro Luis Caputo y rechazó de plano modificar Ganancias. Si bien resaltaron la necesidad de buscar mecanismos de compensación frente la "pérdida de recursos coparticipables", plantearon que la reversión del Impuesto “no sería el camino adecuado" sino la coparticipación "de un 70 por ciento" del impuesto al cheque. Así lo expresaron los mandatarios Kicillof, Sergio Ziliotto (La Pampa), Gildo Insfrán (Formosa), Ricardo Quintela (La Rioja), Gustavo Melella (Tierra del Fuego) y Gerardo Zamora (Santiago del Estero). En la lista de firmantes aparecieron los gobernadores Osvaldo Jaldo (Tucumán) y Jalil, aunque desde sus entornos confirmaron a este diario que no aprobaron su publicación.
En el mismo sentido que la Liga de gobernadores, alzaron su voz el chubutense Ignacio Torres y el neuquino Rolando Figueroa. “Sería ir en contra del bolsillo de los que más están sufriendo con la inflación”, lanzó Figueroa y defendió coparticipar el impuesto al Cheque. Desde el Gobierno, sin embargo, descartan esa alternativa.
En el texto, los gobernadores peronistas también advirtieron que se llevó a cabo una “devaluación del 118 por ciento —la más grande de la historia— sin medidas compensatorias para los trabajadores y los sectores medios". "No es solamente un ajuste, sino que implica una descomunal transferencia de ingresos desde los sectores trabajadores que tienen sus salarios en pesos hacia los sectores empresariales concentrados y dolarizados", agregaron. Asimismo, destacaron que el freno a la obra pública y la reducción de subsidios, que afectan a los recursos provinciales, “no desfinancia a los gobiernos, sino a los pueblos que habitan las provincias”.
Otros dos puntos centrales que se abordaron en la reunión fueron la obra pública y retenciones, temas recurrentes en los cinco minutos que tuvo cada gobernador para exponer. “Para San Juan la obra pública es muy importante. Hablamos de la construcción de viviendas, de caminos que nos permiten transitar y trabajar, por ejemplo”, señaló el gobernador de Marcelo Orrego. “Hay obras que el privado no va a financiar nunca porque no son rentables y tiene que estar el Estado presente”, sumó Torres antes de ingresar a la reunión. Durante el encuentro, Milei les dijo con crudeza que las obras van a continuar, pero sólo con fondos que tengan o consigan las provincias. “Van a seguir las que tengan financiamiento garantizado, el resto no”, explicaron en Balcarce 50.
Respecto a la suba de la alícuota en los derechos de exportación, Orrego se mostró preocupado por el impacto en la vitivinicultura, el tucumano Osvaldo Jaldo por la producción de limones y el santafesino Maximiliano Pullaro exigió que “el ajuste no lo paguen las provincias productivas”. “No vamos a acompañar ningún tipo de aumento de retenciones”, añadió Pullaro. El Presidente les prometió que, al igual que Ganancias, será una medida “transitoria”. Por otro lado, pidió que acompañen la eliminación de las PASO y la implantación de la boleta papel, que formará parte del paquete de medidas que se enviará al Congreso.
Concluída la cumbre, el ministro del Interior, Guillermo Francos se acercó a la sala de prensa, acompañado por los gobernadores de Salta, Gustavo Sáenz; de Córdoba, Martín Llaryora, y de Catamarca, Raúl Jalil. Francos señaló que "se acordó conversar sobre el tratamiento de la ley que se va a enviar a extraordinarias esta semana y se les pidió el apoyo a los gobernadores para el tratamiento de esta norma". Como moneda de cambio, contó que Milei les "ofreció el apoyo del Gabinete para tratar las problemáticas de cada provincia” y que tendrá reuniones cara a cara con cada uno de ellos.
Con un tono conciliador, los mandatarios provinciales remarcaron la importancia del "diálogo" y llamaron a "trabajar juntos" más allá de "las banderas políticas". Jalil afirmó que hay que "terminar con la cultura de la polémica y empezar con la cultura del diálogo" y Gustavo Sáenz dijo que los gobernadores van a "acompañar" lo que tengan "que acompañar". Y en la misma línea, Llaryora aseguró que "todos los gobernadores, más allá de los partidos políticos y las diferencias ideológicas, le manifestaron al Presidente que lo querían acompañar” y que "la grieta tiene que ser parte de la historia". Por la noche, no obstante, el cordobés elevó el tono y en una entrevista en LN+ fustigó el programa económico de Caputo por tener una mirada exclusivamente fiscalista. "Tiene que aparecer un paquete de empleo, inversión y producción. Porque sino va a ser la paz del cementerio. Te van a cerrar los números, pero en el cementerio", sentenció.
Aunque se fueron sin hablar, también estuvieron presentes en el Salón Eva Perón Jorge Macri (Ciudad de Buenos Aires), Leandro Zdero (Chaco), Gustavo Valdés (Corrientes), Rogelio Frigerio (Entre Ríos), Carlos Sadir (Jujuy), Alfredo Cornejo (Mendoza), Hugo Passalacqua (Misiones), Alberto Weretilneck (Río Negro), Claudio Poggi (San Luis) y Claudio Vidal (Santa Cruz). Por parte del Gobierno, además de Posse y Villarruel, acompañaron a Milei la secretaria general de la Presidencia, Karina Milei; y el titular de la Cámara de Diputados, Martín Menem.
Como síntesis de la cumbre, más allá de los reclamos, las promesas y justificaciones, en el Gobierno resaltan que hubo una premisa que quedó clara: “la eliminación del déficit es innegociable". Según les dijo Milei, es eso o una “inflación del 3.000 por ciento”. La incógnita que queda es si logró convencer a la mayoría para que respalde el paquete de medidas que se discutirá en el Parlamento. Ante la insistente pregunta, la respuesta de los distintos gobernadores fue siempre la misma: “Todavía no sabemos de qué se trata”.