En medio de las promesas de ajuste, estabilización y represión del Gobierno de Javier Milei, ya comienzan a verse los primeros latigazos de la economía neoliberal impulsada por La Libertad Avanza, con cierre de fábricas y cientos de despidos.
En este caso se trata de la desafección de 101 trabajadores -casi un tercio de la planta total- de la empresa Bicontinentar, ubicada en el parque industrial de Chivilcoy, dedicada a la fabricación de calzado para diversas marcas de indumentaria.
Por AM750, María Eugenia Canepari, trabajadora de la fábrica, explicó que la empresa justificó esta decisión a raíz de una caída en los pedidos por parte de las marcas, muchas de ellas multinacionales, que decidieron cerrar sus sucursales en el país.
Tras esta noticia, que fue comunicada a los trabajadores por el gerente de Recursos Humanos de la firma, que compartió una lista con los que estaban despidos, la Secretaría de Trabajo dictó una conciliación obligatoria.
Canepari lamentó esta situación, aseguró que toda la ciudad está “convulsionada” por esta medida y aseguró que la situación de los despedidos es muy compleja, ya que hay muchas otras empresas que están adelantado vacaciones en este contexto económico.
“Había muchas marcas, pero se fueron. Estaban apuntando al mercado interno. La verdad esperaba que esta vez no se repita la historia. Pero se ve que se va a repetir”, añadió, en tanto, haciendo referencia a las políticas de los 90’ y el macrismo.
Es que la historia ya es conocida, las políticas de apertura de importaciones indiscriminada con la liberación total de la economía y el mercado cambiario siempre trajo tras de sí un fuerte industricidio.
Esta fue una de las mayores advertencias de los productores nacionales durante la campaña electoral. La respuesta del actual Gobierno fue, en todo momento, apostar la competencia y decirles que si cierran, es porque no son competitivos y está bien que suceda, sin importar los puestos de trabajo que se pierdan en este camino.
La historia de Bicontinentar sabe del tema. Tras abrir en 2007, comenzó un período de fuerte inversión hasta 2010. A partir de 2011 comenzó a recuperar la inversión y para 2015 ya ganaba plata. Con el macrismo se redujo el mercado y la empresa comenzó a despedir trabajadores hasta tener que cerrar. Recién en 2022 pudo reabrir sus puertas.