La Secretaria General de la pata bonaerense de la Unión Personal Civil de la Nación (UPCN), Fabiola Mosquera, en diálogo con Buenos Aires/12 dice que no es momento de salir a la calle luego de las recientes medidas anunciadas por Luis “Toto” Caputo. “Esto tipos aún no mostraron su plan económico”, señala, pero a pesar de eso tiene en claro que, más allá de pedir una cuota de espera, el derecho a manifestarse está vigente. “Hay que tener cuidado con las palabras, porque parecen más amenazas que advertencias”, dice en referencia a los discursos que, al respecto, llegan desde las órbitas nacionales.
La situación es preocupante para el grueso de los trabajadores estatales. Las publicaciones en las redes de Javier Milei potencian un encono sobre prejuicios que los ponen como blancos predilectos del proyecto de recorte de La Libertad Avanza. Mosquera lo reconoce y mientras se prepara para defender los derechos que la organización gremial fue consiguiendo a lo largo de más de 40 años, mastica bronca, llora, pide disculpas y sigue: “El límite es cuando no podés ponerle un plato de comida en la mesa a tu hijo”.
—¿Cree que lo anunciado hasta el momento justifica que haya manifestaciones en la calle de parte de los sindicatos?
—Es una coyuntura difícil. Me gustaría que la gente no tenga que salir a la calle. Creo que tenemos que esperar un poco, pero siempre desde las organizaciones nuestra lucha estuvo en la calle. No creo que esta vez sea distinto, porque siempre que tuvimos que defender un derecho estuvimos en la calle.
—¿Por qué cree que Patricia Bullrich anunció un protocolo de estas características respecto a las manifestaciones?
—Me gustaría que Bullrich diga por qué en plena pandemia se movilizaba con miles de personas y ahora no se puede. Que sea coherente, por favor. No puede ser que en un momento estaba bien salir a la calle y ahora será castigado. El derecho a manifestarse no se lo pueden sacar a los trabajadores. Lo seguiremos haciendo. Sí me parece que hay que tener cuidado con las palabras, porque no hay peor cosa que una sensación de amenaza. Lo planteado por la ministra no se ve como una advertencia. No se puede plantear que no se podrá opinar porque si no habrá garrote. En todos los gobiernos nos manifestamos, y no creo que este sea un gobierno donde no lo vayamos a hacer. Pero repito, todo en su debido tiempo.
—¿Cree que la sociedad está en condiciones de tolerar las políticas de ajuste que se proponen?
—Me preocupa. Yo realmente espero que podamos abordar las problemáticas de los trabajadores con tranquilidad. Pero tengo claro que no hay tolerancia porque la gente viene mal. Hay personas que hoy se está haciendo eco de que el boleto del transporte se puede triplicar, que la comida ya se triplicó. Lo que hay que tener en claro es que, para cualquier persona, y lo digo como mamá y como abuela, el límite es cuando no le podés poner un plato de comida en la mesa a tus hijos.
—¿Por qué cree que ganó Milei?
—Creo que tenemos que hacernos cargo de que algunas cosas hemos hecho mal desde el peronismo. Pero también hay que evaluar cómo se vendió la idea de libertad. A mí me molesta que se apropien de las palabras. A nosotros no nos pueden enseñar la palabra libertad, porque peleamos, luchamos y defendimos derechos, y tenemos 30 mil desaparecidos. Le metieron en la cabeza a los pibes que no tenían esa libertad, y eso no es real.
—¿Usted hizo una autocrítica?
—Yo soy respetuosa de las elecciones porque al pueblo hay que respetarlo. Y sobre la autocrítica, todos tenemos que hacerla. No hemos llegado a muchos sectores y nos tenemos que replantear muchas cosas. Pero algo tengo claro: el peronista equivocado jamás va contra el derecho de los trabajadores y trabajadoras. Ellos dijeron muchas cosas en campaña, muchas idas y vueltas, y a la gente se la confundió.
—¿Qué cosas se dijeron?
—Lo de los planes sociales, por ejemplo. Dijeron que iban contra los planes, después que no los iban a tocar. Pero es claro que no se puede sacar un solo plan, porque, de mínima, primero tiene que haber un plan de gobierno para hacerlo. Vos no podes cortarles a las personas su único sostén en la casa.
—¿No cree que hay situaciones incorrectas en el manejo de los planes sociales?
—No se puede poner a todos en la misma bolsa. Puede haber casos de manejos espurios, pero son ínfimos. Se busca aprovechar algún caso para generalizar. Es como la situación de estos días donde apareció gente que de la nada se presentó a trabajar en los ministerios y que no iba a trabajar. Echalo entonces si hay causa probable. Nosotros no avalamos a la gente que no labura, pero no pongas a todos en la misma bolsa. Es usar una particularidad para justificar algo más amplio, que estigmatiza a los trabajadores públicos.
—¿Debería achicarse el Estado provincial?
—No. Somos una de las provincias que menos empleados públicos tiene por cada habitante, y ya lo explicó el gobernador Axel Kicillof. Yo creo que los ministerios en la Provincia son los que tienen que estar. No hay que degradar a la administración pública achicando o unificando ministerios.
—Iniciaron las negociaciones paritarias. ¿Qué van a pedir teniendo en cuenta una inflación que se estima por encima de los 20 puntos para diciembre?
—Nosotros ponemos sobre la mesa la realidad. Hoy vas a hablar y le tenés que decir a la Provincia que los trabajadores perdieron el 60 por ciento de su salario ante la devaluación. Obvio que sabemos que si hay que pedir tiene que ser un 150 por ciento para afrontar lo que se viene. Pero también tenemos que ver del otro lado si tienen para darlo. No podemos ir a acorralar a un gobierno que no sabe con lo que cuenta, qué plan económico le van a tirar desde Nación y cómo se van a manejar. Pero sí hay que tener en claro que nosotros defendemos a los trabajadores, y su salario.
—¿Está de acuerdo con la posibilidad que se ponga en circulación una moneda provincial?
—Lo escuché a Carlos Bianco y ya aclaró que es algo que se dijo en potencial, no como algo que se va a hacer. Yo no lo veo muy viable. Quizás pueda haber algún acuerdo con proveedores, la verdad que no lo sé, pero no lo veo viable.
—Nuevamente, en este caso desde la Nación, se habla de una reforma laboral. ¿Qué opinión tiene al respecto?
—Me preocupa. Seguramente haya convenios colectivos de trabajo y otras cosas que en algún momento se puedan discutir. Pero hoy por hoy, no lo veo viable, en absoluto.
—¿Cuántos afiliados tiene UPCNBA?
—Más de 60 mil.
—Más allá del trabajo del gremio, muchos deben haber votado a Milei. ¿Por qué cree que pasó eso?
—Yo cuando me junto con los afiliados no pienso a quién votó. Les hablo en lo general, y lo general es que juntos vamos a salir adelante, que vamos a buscar un horizonte, con la base del laburo, con la base de ser empáticos con los demás y estar siempre unidos.
—¿Cómo son las conversaciones?
—Que gobierne quien gobierne, tiene que pensar en la diaria de la gente. No me hablen de ganancias, por favor. Ponen la canasta básica a 400 mil pesos y se quieren que se pague el Impuesto a las Ganancias a partir de 400 y pico mil pesos. Es una locura. Hoy los sueldos ya son nada. Es un modelo que habla de que cierren los números pero con la gente afuera. Cuando uno toma una decisión no puede pensar en un Excell, tiene que pensar que toma decisiones sobre las personas, sobre las familias, sobre los hijos. Ahí es a mí donde se me arruga la voz, porque me duele.
—El Gobierno Nacional habla de "unos meses difíciles" y luego la situación va a mejorar. ¿Qué cree usted?
—Me encantaría ver un plan económico, pero hoy no veo un horizonte. Ojalá pudiera decir que vamos a mejorar, pero siempre el ajuste es sobre los trabajadores, esta es la joda. Dicen que hay que aguantar seis meses, pero con qué pueden aguantar. Ningún trabajador tiene ahorros bajo el colchón para vivir seis meses. Tengo mi hermano que es un pibe joven, con dos criaturas, y cuando me juntó con él me dice que tiene un préstamo y no sabe cómo va a hacer para pagarlo. No quiero imaginarme lo que es un trabajador municipal que cobra 50 mil pesos y no tiene un compañero o familiar que lo ayude.