Corre abril de 2054. El capitán John Anderson es el jefe de Precrimen en Nueva York. Precrimen es una oficina que opera bajo la “habilidad” de tres hermanos (llamados Precognitivos o Precog). Los precog son mutantes, con “talentos innatos”, y pueden predecir los crímenes que se cometerán. Cada “precog” genera su propio informe o predicción. Sus resultados son analizados por una computadora. Si éstos difieren entre sí, la computadora identifica el informe mayoritario. Lo considera más preciso para predecir el futuro. Esta información nutre al Precrimen y obviamente reemplaza al sistema tradicional que consiste en investigar un crimen después de cometido.

Así es la trama central de “The Minority Report”, de Philip Dick , libro de ciencia ficción publicado en 1956 y llevado al cine con el mismo título en el 2002 con la dirección de Steven Spielberg y la actuación protagónica de Tom Cruise.

En Argentina de diciembre de 2023 encontramos tres precog: Patricia Bullrich, Waldo Wolff y Manuel Adorni. La ministra Bullrich no sólo predice qué manifestantes van a cometer un delito. Con su protocolo anti-piquete se arroga facultades legislativas, ignorando la división de poderes. Bullrich es un precog muy particular. No solo predice sino que “legisla”. Y se da tiempo para amenazar. Sigue órdenes del Presidente Javier Milei y la consigna “el que corta no cobra”. .

Precog Bullrich sabe quién va a cometer delitos, los filma y los identifica, los estigmatiza sin orden judicial respectiva.

Su estilo viene de antes. Predijo que eliminaría el narcotráfico en su anterior gestión como ministra de Seguridad. Pero el resultado no fue muy promisorio. Se vanaglorió de producir, entre el 2016-2019, 102.547 procedimientos por violación a la Ley de Drogas. Sin embargo, fueron detenidas 107.257 personas. Un resultado patético: 1,04 individuos por procedimiento. O sea, nada de organizaciones criminales. Solo humo, como las parrillas que están a la salida de la cancha.

El ministro de Seguridad Waldo Wolf también se arrogó facultades legislativas y dispuso preceptos que violentan la Constitución Nacional. Venía diciendo hace varios días: “Van a poder manifestarse por las veredas y solo por ellas o plazoletas”.

El tercer precog es Manuel Adorni, quien dijo sin ninguna prueba que las organizaciones sociales extorsionan a través de sus dirigentes y maltratan a los beneficiarios de planes sociales. Adorni no pudo predecir los probables delitos vinculados al negacionismo, cuando él mismo puso en tela de juicio la cifra de 30 mil desaparecidos.

Este sistema de pre-crimen instrumentado por los precog se suma a una situación compleja, que pone mayor tensión a una durísima situación económico-social. Muchos argentinos se fastidian con los cortes de ruta. Por los piquetes. ¿Están seguros de que no serán ellos los que corten algún día? ¿ Acaso quienes protestaban contra el protocolo-Covid-19 no cortaban calles y plazas? ¿Acaso los productores regionales no amenazaban con volver a cortar las rutas como en la 125? ¿Acaso no se cortaba la calle ante hechos de inseguridad? ¿Acaso no habrá protestas por despidos que se anticipaban a la pronosticada caída de actividad?

Claro que los habrá. Recordarán un fragmento de Bertolt Brecht (1898-1956). “Primero se llevaron a los negros. Pero no me importó, porque yo no era negro. Un día vinieron y se llevaron a mi vecino que era judío, pero no me importó porque yo no era judío. Luego se llevaron a los comunistas, pero a mí no me importo porque yo no lo era. Después detuvieron a los sindicalistas, pero a mí no me importo porque yo no soy sindicalista. Luego apresaron a unos curas, pero como yo no soy religioso, tampoco me importó. Ahora me llevaron a mí, pero ya es demasiado tarde.”

No quiero spoilearles el libro/película. Solo les advierto que al capitán Anderson no le terminó yendo muy bien. Le voy a mandar un libro al Presidente, así podrá leer “The minority report”. Y como la dirección es conocida (Balcarce 50, CABA) de paso le voy a enviar de regalo un ejemplar de la Constitución Nacional.