El presidente Javier Milei ratificó que se volverá a cobrar el impuesto a las Ganancias a los trabajadores, que fue eliminado por ley en septiembre pasado. La medida fue rechazada por los gobernadores peronistas en la reunión que tuvieron con el mandatario esta semana.
Lejísimos de su promesa de campaña, donde aseguraba que el ajuste lo pagaría “la casta” y no el pueblo, el mandatario ultraderechista volvió a bajar el filo de la motosierra sobre los trabajadores bajo el mantra neoliberal de “no hay plata” y la sed de déficit cero.
“Estamos evaluando con los gobernadores cuál es la mejor solución. Lo que está claro es que nosotros no vamos a coparticipar el impuesto al cheque de ninguna manera”. En este punto, el mismo economista que en campaña dijo que prefería cortarse un brazo antes que subir un impuesto, se autohizo tábula rasa y dijo: “Volver a poner el Impuesto a las Ganancias es la solución para corregir el 1% de déficit de las provincias”.
Luego, finalizó: “Es parte de una negociación. Volver a poner Ganancias es la solución que permite que las provincias vuelvan a encausar sus cuentas”.
La negociación con los gobernadores
Milei aseguró en declaraciones radiales que el regreso de Ganancias es parte de una negociación que está teniendo con los gobernadores para que puedan manejar sus cuentas y llegar al equilibrio fiscal.
La negociación tiene que ver con que, tras la eliminación de Ganancias bajo la gestión de Sergio Massa, las provincias perdieron parte de sus fondos. La promesa del entonces ministro era que sería compensada, pero Milei dijo que no se enviarían recursos discrecionales a las provincias y por eso algunos gobernadores pidieron dar marcha atrás con esa decisión.
Esta no fue, ni de cerca, una postura unánime entre todos los mandatarios. De hecho, la mayoría de los gobernadores peronistas pidieron avanzar con otras modificaciones, pero no seguir bajando el peso del ajuste sobre la clase trabajadora.
Una de las propuestas es que los fondos surjan de una modificación del Impuesto al Cheque por el que el Estado nacional coparticipe las tasas que cobra de este tributo. De todos modos, en el Gobierno descartaban ir por esa alternativa. Incluso, la respuesta que obtuvieron varios de los gobernadores es que la aplicación de Ganancias sería sólo por 12 meses.