Cailee Spaeny no quiere hablar de "la estirpe". Desde 1999, un puñado de jóvenes actrices han sido convertidas en estrellas por la cineasta Sofia Coppola, la de los tonos rosas, los héroes sin rumbo y las infancias fracturadas. Kirsten Dunst se graduó del cine infantil con Las vírgenes suicidas. Scarlett Johansson se convirtió en Scarlett Johansson con Perdidos en Tokio. Elle Fanning descubrió nuevas profundidades en su trabajo con Somewhere. Pero si se le pregunta a Spaeny si ha pensado en lo que significa ser una musa de Coppola, se estremece.

"Honestamente, sólo necesitaba asegurarme de que la película saliera bien", se ríe la actriz de 25 años. Hace un mes, Spaeny se encontraba sentada ansiosamente en el Festival de Cine de Venecia, a punto de ver por primera vez su papel protagonista en Priscilla. Se entretenía comparando nervios con Jacob Elordi, de Euphoria. En la película, ambos interpretan a Priscilla y Elvis Presley, las dos mitades de un matrimonio famoso, disfuncional y singularmente alocado. "Nos decíamos: '¿Y si estamos en la primera película mala de Sofia Coppola? ¿Y si la arruinamos?". ¿Y ahora que la ha visto? Duda. "Quiero decir, creo que ahora podemos relajarnos un poco".

En Priscilla, Spaeny -que acaba de ser nominada a un Globo de Oro por su interpretación- pasa de los 14 a los 27 años, una transformación a la que contribuyen una serie de peinados escandalosos y pestañas que probablemente podrían verse desde el espacio. Hoy, sentada en la suite de un hotel londinense, se ha quitado a fondo la grasa de los años cincuenta: lleva el pelo recogido en un corte recto, viste un traje blanco y sus accesorios son mínimos, aparte de dos pequeños pendientes de oro en las orejas. En la conversación oscila entre el aplomo y la neurosis, radiante de orgullo por Priscilla como película, pero encogiéndose en su asiento cada vez que se le señala que realmente está en ella.

Cuenta, por ejemplo, que sólo se sintió realmente cómoda con Coppola en las últimas semanas. "Hice mi investigación, tenía todas mis notas y mis libros y fotos, pero entonces me sentaba y era... ¡ella! Es tan encantadora y amable, pero me ponía muy nerviosa cada vez que tenía que hablar con ella".

Priscilla tuvo una producción acelerada, de un mes de duración, y un presupuesto ínfimo. En octubre, Coppola dijo que el presupuesto era tan ajustado que en un momento dado estuvo a punto de sortear un partido de pickleball con Elordi para intentar financiar un día más de rodaje. "Tuvimos una preparación mínima, y 30 días volando a nuestro antojo", recuerda Spaeny. "Luego pestañeamos y se acabó todo". Ni una sola vez pareció Coppola nerviosa por nada, lo que no hizo más que acelerar los propios nervios de Spaeny. "Sofia nunca viste su estrés. Sus amigos la llaman 'un puño de hierro en un guante de seda'". Una vez que tuvo lugar la primera proyección en Venecia, Spaeny sintió que podía respirar. "Fue bien recibida, la misma Priscilla me dijo que se sentía bien con la película y con mi interpretación. Tanto a ella como a Sofia les dije, bueno... ¿podemos tomarnos un trago ahora?".

Es importante señalar a Priscilla Presley. Priscilla, que se estrenará el próximo 28 de diciembre, es una extraña bestia en lo que se refiere a películas biográficas: está respaldada por su protagonista y es una adaptación de sus memorias, pero no teme presentar a Elvis como un hombre muy malo o, al menos, vagamente peligroso. Elvis, de 24 años, conoció a Priscilla cuando ella tenía 14. Él estaba destinado en Alemania como parte de su servicio militar, mientras que ella era una mocosa en una base militar con su familia. La pareja conectó en una fiesta en casa de él -ella había sido invitada por uno de sus amigos- y mantuvieron una correspondencia romántica aunque, según Priscilla, estrictamente casta durante los siete años siguientes. Priscilla insistió mucho tiempo en que Elvis no era un depredador debido, según ella, a que sólo mantuvieron relaciones sexuales una vez casados y cuando Priscilla cumplió 21 años. De todos modos, hará arquear cejas.

Su relación era tensa. En Priscilla Elvis es descrito como un ídolo del pop magnético e inseguro, y como un narcisista cruel y drogadicto que encierra a Priscilla en su casa-fortaleza. Antes de su muerte en enero de este año, Lisa Marie Presley, la única hija de Elvis y Priscilla, instó a Coppola a no hacer la película, citando su "perspectiva vengativa y despectiva" sobre el matrimonio de sus padres. En un comunicado, Coppola afirmó que tuvo "mucho cuidado en honrar a Priscilla, a la vez que presentaba a Elvis con sensibilidad y complejidad".

Spaeny aún no ha asimilado su matrimonio. "Es extraño y chocante, obviamente", dice. "Priscilla tenía una relación muy complicada con él, y también protege ferozmente a su familia y el legado de Elvis. Así que tiene matices. Pero eso es lo que hace que esta historia sea tan fascinante: querés pulsar el botón de pausa y asomarte".

Lo que más fascina es la relación de Elvis con el sexo: parece evitar tener relaciones sexuales con Priscilla incluso después de casarse, y casi porque están casados, mientras mantiene relaciones con muchas otras mujeres. "Si tuviera que hacer una especie de 'psicología pop'", se ríe Spaeny, "él era cristiano, y tenía esta idea de pureza en lo que se refiere al matrimonio y a las mujeres. También fue empujado a un mundo muy secular y fue sexualizado muy pronto. Le arrebataron su juventud, y nadie había experimentado ese nivel de fama antes, así que no tenía a nadie que le ayudara a navegar por esta vida a la que lo habían empujado".

Spaeny dice que su propia trayectoria estuvo menos plagada de dramas: siempre tuvo a su alrededor un cálido capullo familiar, así como una determinación natural para convertirse en actriz. Natural de Springfield, Missouri, dejó la escuela a los 13 años para perseguir sus sueños: actuó en el teatro local e incluso trabajó como artista en un parque de atracciones ambientado en el siglo XIX. "Me metí en un mundo muy adulto, pero también comprendí que tenía que encontrar la manera de ganarme la vida actuando", dice. "Tenía que salir de la ciudad en la que crecí y empezar una nueva vida por mi cuenta".

Tenía 14 años cuando descubrió la obra de Coppola y se dio un atracón de DVDs de Las vírgenes suicidas, María Antonieta y Somewhere. "Cambiaron totalmente mi forma de verme a mí misma", dice. "En sus películas vi chicas de mi edad que no eran interpretadas por treintañeras, que no eran tontas ni ingenuas. No subestima a las jóvenes. Las adolescentes son complicadas: tienen lados oscuros, pasiones, anhelos y fantasías, que Sofía comprende. Sus películas me dieron permiso para explorar todas esas partes de mí misma. Hicieron que no tuviera miedo de esas partes de mí misma".

Como películas, tampoco se parecían a nada que hubiera visto antes. "Crecí con películas muy comerciales y taquilleras; mi madre y mi padre no ponían películas indie poco convencionales... Así que veía las películas de Sofía y pensaba: ¡Dios mío, esto es tan punk!".

Acompañada por su madre y un puñado de hermanos (ella es una de un total de nueve), Spaeny iba y venía de Missouri a Los Ángeles varias veces al año, encontrando trabajo real en el cine una vez cumplidos los 18 años. Fue la madre adolescente cuyo asesinato dio pie a la miniserie de Kate Winslet Mare of Easttown, interpretó a la hermana pequeña de Dakota Johnson en el thriller de culto Malos tiempos en El Royale, y fue -en un acertado casting experimental- un científico masculino que estudiaba las ondas sonoras en la ingeniosa serie de ciencia ficción de Alex Garland Devs.

El año que viene se reencontrará con Garland en la película de acción apocalíptica Civil War, junto a Kirsten Dunst; fue el trabajo con Dunst, que se rodó a principios de 2022, lo que hizo que la recomendaran para Priscilla.

"Habló muy bien de mí", dice entusiasmada. "Sofía y ella son como hermanas, así que obviamente significó mucho contar con su bendición. Es su musa". Dunst ha sido la colaboradora más constante de Coppola, protagonizando Las vírgenes suicidas, María Antonieta y The Beguiled, y haciendo un cameo en Adoro la fama. Una vez contratada para Priscilla, Spaeny llamó a Dunst para preguntarle qué debía esperar de trabajar con Coppola. Las respuestas fueron muy concretas: Sofia se convertirá en su directora favorita, estará "hermosa" en todo momento y rodará al menos una toma en una bañera. "Y todo terminó pasando", dice. "Recuerdo que me reí cuando recibí el guión y pensé: bueno, ¡ahí está mi foto en la bañera! Y me hizo quedar muy bien".

Así que en lo que respecta a las predicciones centradas en Coppola, Spaeny lleva tres de tres. Lo más probable es que, al igual que Dunst, Johansson y Fanning antes que ella, también se convierta pronto en una megaestrella.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.