Fue en Muswell Hill, uno de esos pueblos bucólicos y suburbanos del norte de Londres, donde los atrevidos hermanos Ray y Dave Davies, formaron una de las bandas de rock más extraordinarias del mundo: The Kinks.
Era 1963, Beatles y Stones estaban casi en pañales aún, y a estos tipos se les ocurría salir al ruedo con un nombre que olía a locura y perversión. Oscurito, como inglés que se precie. Fue el germen de la agrupación musical que mejor capturó el imaginario del music hall y su raigambre popular, constitutivo de los héroes de la clase trabajadora inglesa –se recomienda profundizar en Vendiendo Inglaterra por una Libra, libro de Norberto Cambiasso-. Un poco de esto. Y un poco, también, de esencias folk, pastorales, fueron convirtiendo al grupo en reflejo del modo de vivir británico. En una especie de tratado sociológico, pero transcripto en lenguaje musical.
Sesenta años transcurrieron desde ese parto sociológico-musical, entonces. Y que, para conmemorarlo, el sello BMG publicó en dos partes, una serie antológica llamada The Journey.
La primera vio la luz en marzo y tuvo en trascendentes temas como “You Really Got Me”, “Waterloo Sunset”, “All Day And All Of The Night” y “Dead End Street”, sus más preciadas rémoras. Y la segunda es la flamante e incluye temas inéditos y mezclas nuevas a cargo del viejo Ray, esparcidos en un cd y en un vinilo dobles, cuya edición física además porta booklets con fotos de la banda y escritos históricos de los Davies brothers y Mick Avory, el baterista.
Hay entre las perlas una extraordinaria e inédita versión en vivo de “(A) Face in the Crowd”, procedente de 1975, y mezclada a gusto y piacere por el mismo Ray, al igual que un rescate alternativo y emotivo de “This time Tomorrow”, grabado de 1970, y mezclado 50 años después por el cantante y compositor. La línea mainstream de clásicos iniciada en la primera parte, en tanto, continúa en la segunda por temas rastreados durante la década ganada de The Kinks.
La selección empieza en el prolífico, caótico y extraordinario 1965, año del que los Davies y el baterista Mick Avory eligieron revivir temas clave como “A Well Respected Man”, la canción de Ray que marcó un punto de inflexión en la banda no solo en términos musicales, sino también letrísticos, y “See My Friends”, intrépido crossover que el mismo autor concibió en Australia, y que sumó sitar y resonancias hindúes al de por sí original sonido Kinks. La selección clausura en 1975, con la lúdica y teatral “Holiday Romance”, compuesta por Ray, luego de su descenso a los infiernos –depresión, sobredosis, ataques de pánico e intento de suicidio incluidos- dado por la huida de su esposa con sus hijos.
La recopilación no es solo tal, sino que incluye además un preciado material para aquellos que no se contentan con lo previsible. Por este carril transitan versiones inéditas, para sacarles el polvo realmente, de “Where Are They Now?”, pieza nodal de la ópera rock Preservation Act 1 (1973), y del par “Money Talk”-“Artificial Man”, ambas, visitas alternativas de las que quedaron en Preservation Act 2, de 1974.
De entre el material en vivo The Journey – Part 2, rescata para maníacos de los Kinks la clásica “Everybody’s A Star (Starmaker)” y “Slum Kids”, ambas ejecutadas por la banda el 14 de junio de 1975, en el New Victoria Theatre, durante la presentación en vivo de la conceptual y teatral A Soap Opera, obra en la que Ray –siempre Ray- emerge como actor principal al servicio de lo que siempre soñó ser: un rocker famoso devenido tipo normal.