El producto interno bruto (PIB) se contrajo 0,8 por ciento en el tercer trimestre del año en comparación con igual período de 2022, según informó Indec el viernes. En lo que va del año la caída acumulada fue de 1,6 por ciento. Entre los componentes de la demanda el mayor incremento se observó en el consumo público, con una variación de 1,8 por ciento interanual. En tanto que por el lado de los sectores de actividad, se destacaron los incrementos en explotación de minas y canteras y hoteles y restaurantes. Por el contrario, hubo un descenso de la actividad en las ramas de agricultura, ganadería, caza y silvicultura, en la industria manufacturera y el comercio mayorista y minorista que signaron el grueso del deterioro general.
El PBI se contrajo por segundo trimestre consecutivo, si bien la caída en el anterior había sido más fuerte producto del impacto pleno de la sequía (había retrocedido 5 puntos entonces). Con el 0,8 por ciento negativo del tercer trimestre del año, la caída acumulada en lo que se registra de 2023 alcanzó un 1,6 por ciento. Según pronósticos de organismos internacionales, el PBI se contraería 2,5 por ciento en todo el 2023, de modo que aguarda esperar un cuarto trimestre también negativo.
En cuanto a los componentes de la demanda agregada, el consumo público fue el que mostró mayor crecimiento con una tasa del 1,8 por ciento y en general tuvo una tendencia expansiva a lo largo del año. La inversión privada en tanto aumentó 0,8 por ciento también respecto del tercer trimestre de 2022 y revirtió de este modo dos trimestres de caída consecutiva en la primera mitad del año. El consumo privado, por el contrario, desaceleró a lo largo del año y en el tercer trimestre apenas se expandió 0,3 por ciento interanual, afectado por la aceleración inflacionaria. Las exportaciones de bienes y servicios cayeron 4,8 por ciento interanual en el tercer trimestre y mantuvieron esta tendencia negativa también en el primer semestre, acusando en especial el impacto de la sequía. Por último, las importaciones aumentaron 2,6 por ciento interanual en el tercer trimestre y desaceleraron su crecimiento en lo que va del año.
De los 16 sectores de la actividad, se contrajo la producción en 6 de ellos. Los de mayor incidencia en la caída del PBI global fueron la industria manufacturera (que retrocedió 3,7 por ciento interanual) y la agricultura, ganadería, caza y silvicultura (que descendió 7,6 por ciento interanual). De acuerdo a la información detallada de Indec, las ramas industriales que peor desempeño tuvieron en el tercer trimestre del año fueron: la fabricación de metales comunes (que retrocedió 8,4 por ciento interanual), la de maquinaria y equipo y la de maquinaria y aparatos eléctricos (ambas cayeron 7,8 por ciento respecto al trimestre anterior), la elaboración de alimentos y bebidas (perdió 7,5 por ciento en el trimestre), en buena medida afectada por la sequía pero también con caídas en la fabricación de bebidas, y la fabricación de aparatos de radio y telecomunicación (que cayó 6,3 por ciento) y acusaba el impacto de menores importaciones de insumos.
La actividad industrial profundizó su caída en el tercer trimestre del año respecto del deterioro del 1,1 por ciento en el segundo trimestre, en tanto la agricultura, ganadería, caza y silvicultura meguó su caída: en el segundo trimestre había retrocedido 40,1 por ciento y en el primero del 11,3 interanual.
Por otro lado, el comercio mayorista, minorista y reparaciones fue el tercer sector en términos de incidencia negativa sobre el PBI con una retracción del 0,5 por ciento interanual, y no registraba una variación negativa desde el tercer trimestre del 2020, es decir en plena pandemia del Covid-19.
Los rubros de intermediación financiera (menos 1 por ciento interanual), servicio doméstico (caída de 3,7 por ciento), transporte y comunicaciones (0,2 por ciento) y la construcción (0,1 por ciento) también anotaron variaciones negativas en el tercer trimestre del año.
Por el contrario sobresale el aporte positivo del sector de explotación de minas y canteras (5,9 por ciento interanual), las actividades inmobiliarias y empresariales (1 por ciento), la administración pública (2,4 por ciento), los hoteles y restaurantes (7,2 por ciento), la enseñanza (2,6 por ciento), los servicios sociales y de salud (1,7 por ciento), la electricidad gas y agua (2,6 por ciento), la pesca (2,9 por ciento) y otros servicios comunitarios, sociales y personales (1,1 por ciento).