Marcelo Valko convocó a reivindicar el 12 de octubre como "primer día de resistencia" de los pueblos originarios. El psicólogo, investigador especialista en genocidio indígena y autor de diversos libros que constituyen un recorrido por la construcción histórica del terrorismo simbólico y fáctico hacia las comunidades originarias, consideró que hay dentro de éstas un movimiento que va masificándose a partir de "reafirmar, reconstruir y aceptar la propia identidad, asumiendo la mismidad con dignidad para pararse en el mundo". Lo que para él alumbra una esperanza también expresada en las masivas marchas por la aparición de Santiago Maldonado. "Fueron un síntoma de salud mental de la población", consideró el psicólogo, que estuvo en Rosario brindando el taller Desmemoria.
Invitado por la CTA Autónoma Provincia de Santa Fe y ATE Rosario el autor de Pedagogía de la desmemoria y Cazadores de poder. Apropiadores de indios y tierras, presentó documentación incontrastable de lo que denominó "el culto al olvido y el catecismo de la amnesia". Con imágenes de archivos oficiales estatales y eclesiásticos, fotografías de monumentos e iglesias del país, Valko reconstruyó la imagen de la mentira. "Lo importante es cómo esta gente que nos enseñó el olvido, los escribas a sueldo de la oligarquía que siguen estando, separaron en forma tan distinta su relato del suceso histórico", explicó.
"Las pruebas están y si uno quiere las encuentra. Nos interesa mostrar archivos incontrovertibles como el que me dio Jorge Bergoglio, hoy Papa Francisco, en 2008-2009, que son datos insoslayables". Sobre estas fuentes se destacan los papeles del consejo para la conversión de indios al catolicismo y el libro de muertos del campo de concentración indígena situado en la Isla Martín García. Allí donde, indica Valko, el ex Presidente Perón tiene unas doscientas placas. Pero las personas confinadas en el oficialmente llamado "depósito de indios", cuentan con un recordatorio que reza "aquí fueron atendidos y evangelizados".
Las fotografías y los escritos recopilados son estremecedores. Desde la entrega de personas, incluso muchísimos bebés, niños y niñas para su violación, a la obligación de las familias de presenciar el momento en que cráneos, cueros cabelludos y demás de sus seres queridos eran colocados como trofeo de guerras. Aun hoy, en muchos museos oficiales permanecen expuestos esos fragmentos físicos a la espera de que la humanidad venza a la barbarie civilizatoria europea y católica. Cientos de estatuas, calles y vitreaux de catedrales como la de Bariloche, reivindican hoy al genocidio y sus autores, la sumisión del indígena y su carencia de condición humana.
Construcción del enemigo
"Nos enorgullecemos de ser el país más europeo de Latinoamérica y nos asqueamos al estar rodeados de la negritud de bolivianos y paraguayos, en medio de nuestra linda blancura. No puede ser eso, nos merecemos otra cosa y los padres de la patria como Manuel Belgrano no murieron para que individuos se apropien del Estado y dijeran 'yo soy la bandera'", reflexionó el psicólogo. "El Estado no entiende que no todos bajamos de los barcos y que tenemos mayor proporción de población indígena que Brasil, tres a uno", agregó.
Refiriéndose a las construcciones mediáticas recordó que durante el llamado Malón de la Paz de 1946, cuando pueblos originarios del NOA marcharon a Buenos Aires para pedir la restitución de sus tierras, se los llamaba "kollas bolivianos para que no jodan y pidan tierras en Bolivia". Algo muy similar al intento actual de correr el debate sobre el territorio mapuche al origen geográfico de esa comunidad, claro está, desde las fronteras impuestas en el siglo XIX.
"Es sintomática la reiteración de algunas facetas de la historia. Nuestro país siempre exageró de forma terrible al enemigo favorito. En los ́70, los subversivos apátridas marxistas, que estaban drogados, con las armas. Hoy los mapuches son de las FARC, son narcos y Maldonado es un artesano según Clarín", para construir sobre el imaginario impuesto del joven "que hace aritos, falopero, que entonces puede ser que se haya ido a cualquier lado". Y así, consideró, desacreditar su desaparición forzada a manos de la Gendarmería Nacional en la represión desatada el 1° de agosto en el Pu Lof en Resistencia de Cushamen, Chubut.
Sobre la historia particular de los terrenos chubutenses en disputa, Valko recordó que fue Julio Roca quien en primera instancia los entregó con parte de la población originaria incluida. "Cien años después el Presidente Carlos Menem vendió a precio vil a Benetton esas 924 mil hectáreas con la gente adentro. Él compra los papeles y los mapuches tienen a los abuelos de los abuelos enterrados ahí, esos son sus títulos de propiedad".
No obstante el genocidio, la condena a la miseria en la periferia de las ciudades tras la expulsión de sus territorios y la discriminación institucionalizada, el investigador consideró que hay un movimiento que va masificándose que surge de un "reafirmar, reconstruir y aceptar la propia identidad, asumiendo la mismidad con dignidad para pararse en el mundo" por parte de los pueblos originarios. Lo que para él alumbra una esperanza también expresada en las masivas marchas por la aparición de Santiago Maldonado. "Fueron un síntoma de salud mental de la población", concluyó el psicólogo.
* Comunicación CTAA Provincia de Santa Fe