Cuando la realizadora estadounidense Jennifer Lee estudiaba animación y fantaseaba con hacer un camino en la industria del cine, nunca imaginó que sería la directora creativa de Walt Disney Animation en el mismo año en que el estudio cumple su primer centenario, que se festeja con el estreno de Wish: El poder de los sueños, la película con la que la "Casa del ratón" honra su rica historia, a estrenarse el 4 de enero.
"¡Si me lo hubieran dicho me hubiera quedado boquiabierta!", dijo entre risas la galardonada directora de Frozen: Una aventura congelada y su secuela Frozen 2. "Lo sorprendente es que Disney fue muy importante para mí desde que era muy chica y había soñado con ser animadora de Disney, así que ser parte de la compañía es algo realmente maravilloso y orgánico, pero también sigue siendo un sueño loco".
Lee llegó a Disney en 2011 para colaborar en el guion de Ralph el Demoledor y en 2018 se había convertido, tras la salida de John Lasseter, en la cabeza del estudio. Esa misma noción de "deseos que pueden hacerse realidad" que atraviesa su experiencia, cruza prácticamente toda la filmografía de Disney y por ello funciona como la idea rectora de Wish.
Ambientada en el reino de Rosas, la cinta es protagonizada por Asha, una ingeniosa adolescente que pide un deseo tan poderoso que es escuchado por una fuerza cósmica: una esfera de energía ilimitada llamada Estrella. Juntos, y con la asistencia de Valentino, la cabra de Asha y el acompañante-mascota que toda heroína de Disney trae consigo, se enfrentan al imponente rey mago Magnífico para demostrar que cuando la voluntad de una persona valiente se une a la magia de las estrellas todo es posible.
Las múltiples referencias que rememoran los 100 años de historias del estudio, el estilo de animación que recupera el dibujo a mano alzada y los fondos con acuarelas para combinarlo con la animación por computadora, el tono que reparte humor y emoción en iguales dosis: son muchos los elementos que celebran la tradición de la casa productora. Pero Wish procura tender un puente hacia el futuro, con un cuento de hadas original y una heroína que no toma todo en sus propias manos, sino que su principal superpoder es inspirar a los demás a generar un cambio de manera colectiva.
"En nuestra película es central la idea de que no hay poder más grande en el universo que alguien con un deseo verdadero en su corazón", señala Lee, que escribió el guion junto a Allison Moore, mientras que la dirección quedó en manos de Chris Buck (su codirector en Frozen) y Fawn Veerasunthorn.
-La película rinde homenaje a la historia del estudio, pero al tiempo es un relato nuevo, independiente en sus términos. ¿Cómo encontraron el equilibrio?
-Nos embarcamos en algo que sabíamos que era un poco intimidante, pero Chris Buck y yo acabábamos de pasar por nuestra primera secuela musical, de Frozen a Frozen 2, y sentimos que teníamos que intentarlo. Habíamos pasado mucho tiempo estudiando los cuentos de hadas y me encantó la idea de que pudiéramos contar uno e inventarlo nosotros mismos. Ese fue un gran desafío. Lo que ayudó fue cuando hablamos de qué cosas nos hacen pensar en Disney y llegamos a la palabra "deseo" y "desear", que es una palabra poderosa y puede tomar muchas formas diferentes: podés desear y no hacer nada, podés desear y trabajar como loco para hacerlo realidad, alguien podría destruir deseos... había algo en ella que era muy parte del legado de Disney. Esa fue la semilla. Fue un descubrimiento y un crecimiento constantes y teníamos nuestros desafíos, pero cada vez se abrían nuevas posibilidades en lugar de problemas, lo cual no suele suceder muy a menudo. Y cuando encontramos a Magnifico, su carácter y la profundidad de su personaje, fue cuando me enganché por completo y pude sentir la película que teníamos.
-Wish tiene muchas referencias a los clásicos de Disney. ¿Cómo fueron las conversaciones con el resto del equipo para decidir cómo se introducirían esas alusiones?
-Al principio, cuando escribí el guion con Allison Moore, no pensamos en referencias. Lo escribimos como el verdadero cuento de hadas que era y luego salieron a la luz pequeñas cosas que no quiero revelar, pero decíamos "esto realmente ayudaría con el personaje de Magnífico y esto está muy ligado al legado de Disney en cuanto a ciertos símbolos". Cosas así. Y luego fue creciendo porque queríamos divertirnos. Solo queríamos que el equipo también trajera sus recuerdos de Disney, porque de esto también se trataba el proceso. Así que había mucha alegría con la gente dibujando pequeños guiños, y luego el equipo de animación simplemente se sumó a eso y agregó detalles muy elegantes, como conectar la apariencia de Estrella con Mickey Mouse y ese tipo de guiños emotivos que eran muy potentes. Abrimos un espacio para que la gente aportara cosas a lo largo del recorrido, por lo que todas estas grandes oportunidades siguieron creciendo y creciendo… hasta que se nos acabó el tiempo (risas).
-¿No hubo un punto en que les resultara espinoso? Después de todo, la línea entre homenaje y parodia puede ser muy delgada, ¿no?
-Sí, y creo que al principio estábamos preocupados y éramos conscientes de ello. Por eso dijimos "vamos a escribir los primeros borradores sin eso en absoluto" porque sabíamos que teníamos que hacer que la historia se sostuviera por sí misma, ganarse su propio lugar. Pero las cosas tenían que surgir de manera orgánica. Hubo un par de momentos en que sentí que un detalle me sacaba de la película en vez de aumentar el disfrute. "Esto te saca de la película porque se siente como un homenaje en lugar de algo que sume al entretenimiento del momento". Así que intentábamos caminar por esa línea en función de cómo nos sentíamos.
-Algo interesante de Wish es su tipo de heroína. ¿Qué hace que Asha sea el siguiente paso natural en la evolución de las heroínas de Disney?
-Lo que me encanta de ella es el concepto del héroe ordinario y ella no es una princesa. Tiene ambiciones muy humildes al principio. Es una adolescente y simplemente está viviendo su vida, pero podemos ver ese momento en el que descubre algo en el mundo que no le parece correcto y tiene que elegir. "¿Voy a enfrentarme a eso y hablar o voy a hacerme a un lado?", y este es un viaje en el que se atreve a dar un paso adelante y eso viene con muchos conflictos, pero la perseverancia que obtiene a través de esto hace que descubra que en realidad es una líder. Todos vivimos nuestras vidas y no sabemos si tenemos algo que ofrecer al mundo, y emprendemos un viaje con este personaje que descubre el poder que ni siquiera ella sabía que tenía.
-¿De qué manera abre Wish nuevos caminos hacia los siguientes 100 años de Disney?
-Creo que lo hace en muchos sentidos. En cuanto a la tecnología, abrimos un camino al poder llevar este estilo de animación de la acuarela y algunas de las cosas que amamos del dibujo a mano a la tecnología contemporánea. Eso seguirá expandiéndose, y es emocionante. Desde la perspectiva de la narrativa, este es un cuento de hadas original y eso también abre caminos. Mucha de la gente del equipo es la nueva generación de cineastas y me encanta la voz que aportan y es su momento. Se trata de la emoción de ponerme a trabajar, asumir más el rol de mentora y ayudar a alentar a las nuevas voces.