Santiago Passaglia es simultáneamente diputado provincial e intendente de San Nicolás. En un comportamiento que su nuevo aliado, Javier Milei, hubiera señalado en campaña como “típico de casta”, especula con su conveniencia política y económica y demora la definición por uno de los dos cargos.
Passaglia no renunció a su banca de diputado provincial por la segunda sección electoral, cuyo mandato vence en dos años. Según fuentes de la Cámara, pidió una licencia que aún no fue tratada.
Su objetivo inmediato es participar de la sesión del próximo jueves 28, en la que se tratarán varios proyectos económicos, como el endeudamiento, la declaración de emergencia y modificaciones fiscales e impositivas.
Para ello pidió licencia ante el concejo deliberante del 26 al 30 de diciembre, que le fue aprobada el viernes por la noche. En esa misma sesión del 28 en diputados, debería tratarse también su licencia, de manera que su posibilidad de votar o no depende estrictamente de cómo se establezca el orden del día o del destino de su pedido de licencia.
Curiosamente, en la nota de pedido de licencia que elevó a la presidencia del cuerpo, invoca el artículo 4, inciso C del reglamento, referido a licencias por maternidad. Antes, había pedido una por apenas siete días, que le fue concedida.
Fuentes de la política nicoleña no descartan que pida licencia en la intendencia para permanecer en el legislativo, ni que intente desempeñar ambos cargos a la vez, aunque existe una manifiesta incompatibilidad. Hoy se encuentra en una suerte de limbo legal. La prioridad de los Passaglia, esta vez, no estaría en su pago chico.
La ambigüedad de Passaglia respecto de su futuro inmediato guarda relación con el comunicado emitido hoy por la Federación Argentina de Municipios, que preside el matancero Fernando Espinoza. El mismo, bajo el título "La FAM ratifica la defensa del estado de derecho, democrático y soberano", critica duramente el DNU.
De convalidarse el decretazo, cuentan desde la federación, sin obras y con múltiples conflictos en sus territorios, los intendentes tendrán poco o nulo juego político y mucho para contener o asistir. "El primer mostrador de la política se va a poner caliente", prevén.
Luchelli no se puede resfriar
Cada vez que Passaglia pida licencia como intendente, por el tiempo que sea, lo sucederá el presidente del concejo deliberante, Daniel Luchelli, quien fuera secretario de Deportes de Ismael Passaglia. Es conocido en el ámbito deportivo local como el personal trainer del actual intendente y su rasgo distintivo es la incondicionalidad al clan.
El problema se les abre a los Passaglia con la sucesión de Luchelli en la presidencia del legislativo. Los siguientes reemplazos en la lista tienen incompatibilidades y la presidencia del cuerpo recae finalmente sobre la radical Antonella Castelli.
Esta joven abogada, según las consultas efectuadas por Buenos Aires/12, no está dispuesta a convalidar el reciente giro libertario del clan. Más allá de la tradicional defensa de las instituciones del partido centenario, pesa también el factor realpolitik: después de la cadena nacional el miércoles por la noche, las cacerolas también se hicieron escuchar en San Nicolás.
De los veinte integrantes que tiene el legislativo local, seis corresponden a la oposición peronista, dos son libertarios y los doce restantes a JxC. Los dos que ingresaron por LLA responden en realidad al Ejecutivo, que podría alcanzar una mayoría especial de catorce.
La pregunta que flota en el aire es qué harán los concejales de origen radical, como la mencionada Castelli y Silvana Maldonado, que milita en la línea de Facundo Manes, muy crítica del gobierno nacional.
Ambiciones ¿frustradas?
Descartado el tablero provincial, en el que el clan pretendía meter algunas fichas, por la dura derrota electoral de la fórmula Grindetti- Fernández, los Passaglia esperan un gesto de la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich.
En campaña, el entonces intendente y hermano menor de Santiago, Manuel Passaglia, la apoyó abiertamente, a pesar de la amistad histórica de la familia con los Santilli. Con el resultado electoral fresco, a fines de noviembre, como anticipo de la motosierra nacional, aprobaron por ordenanza la eliminación de subsidios al transporte urbano, el fin del boleto estudiantil y de la gratuidad para jubilados, en un claro gesto hacia el gobierno entrante.
La contraprestación, que los Passaglia siguen esperando, es la designación de Manuel como funcionario en Seguridad, pero el anuncio se demora. Por ese motivo, Manuel evita los medios locales y cultiva por estos días un infrecuente perfil bajo.
El plan B de Manuel, convertirse en funcionario municipal, tampoco luce sencillo, porque no termina de convencer a su hermano mayor, aunque la última palabra la tiene, como es habitual en ese espacio político, el padre de ambos.
Reposera
Fuentes locales contaron que Passaglia confía tanto en su mayoría automática, que no esperó a que se aprobara su licencia. Sostienen que se encuentra en Chile, en el casamiento de un amigo. Además, solicitó licencia también los últimos días de enero.
Es difícil encontrar en San Nicolás quien hable del clan con el grabador encendido. Las represalias que aplican a sus adversarios políticos, con el objetivo de disciplinarlos, llegan al punto de no depositarles salarios a los empleados ni dietas a los concejales, en plena pandemia de coronavirus.