Javier Milei cumplió con la promesa que le había hecho a Mirtha Legrand en ocutbre pasado, cuando le dijo que si era electo presidente visitaría nuevamente su programa. Acompañado por la ministra de Seguridad, Patricia Bullirch, el Presidente asistió a la mesaza para defender el feroz programa de ajuste y cuestionar a quienes protestan. "Se quejan porque pierden sus privilegios", dijo y aseguró que los cacerolazos estaban "prearmados".
"Es cierto que no hay plata?", fue la primera pregunta que realizó la conductora y le dio el pie perfecto a Milei para reiterar su discurso sobre el déficit heredado y volver a criticar la idea de que "donde hay una necesidad, nace un derecho". Bajo esa premisa, sostuvo que la Argentina tiene "indicadores sociales peores que en el 2001", que "están dadas todas la condiciones para la peor crisis de la historia" y que por esa razón se vieron "obligados a hacer el ajuste". Para tamizar las malas noticias, en un cálculo forzado, señaló que los recortes no afectan "al sector privado" sino que "el 60 por ciento cae sobre el sector público".
Respecto a las protestas de los últimos días, el mandatario afirmó que los cacerolazos "estaban prearmados" y preguntó: "¿cómo hicieron para leer tan rápido el decreto?". "Se quejan porque pierden privilegios", expresó en la entrevista emitida por Canal 13, y agregó: "Si hay gente que tiene síndrome de Estocolmo y adora a sus captores, no es una conducta normal. Usan a la gente como escudo de sus privilegios", acusó, sin especificar a quiénes se refería".
Consultado sobre qué va a hacer con la Televisión Pública, el Presidente dijo que "hay que cerrar todas las empresas del Estado. El Estado no tiene que participar de la economía". "El otro día estaban enojados los de Telam. Bueno, le podemos dar la empresa a la gente, a ver qué hacen, que lo manejen ellos", amenazó. Y ponderó que el DNU incluya una "cláusula anti boicot" para que "los gremios no traben el traspaso".
Bullrich, por su parte, hizo una cerrada defensa del decreto: "Ahora van a poder elegir su obra social, ahora van a tener remedios más económicos, ahora van a poder mandar a sus hijos al colegio y van a tener garantizada la escencialidad de la educación", halagó.
"La gente tiene miedo a que nosotros retrocedamos", lanzó la ministra de Seguridad. "No, tienen miedo a un enfrentamiento entre argentinos. Los cacerolazos existieron", la corrigió MIrtha Legrand. Sobre sus "diferencias" durante la campaña (la acusación de "guerrillera tirabombas" y "peligro para las familias porque propone vender órganos", entre otras delicadezas intercambiadas), Bullrich las minimizó lo atribuyó a "alguien que metió la cola en las redes". "Ahí se generó una desconfianza, parecía que nos estábamos atacando, pero en la escencia estamos en un 100 por ciento de acuerdo", justificó".