El Tribunal Oral Federal 2 de Salta realizó el viernes 22 de diciembre la última audiencia del año por la muerte de 43 gendarmes en 2015. El juicio continuará después de la feria judicial, el 2 de febrero de 2024. Un contador que actuó como perito de parte dio cuenta de diferencias abismales entre el presupuesto asignado para gastos de mantenimiento de la Gendarmería Nacional y el que fue presentado por el comandante principal Ramón Antonio Maidana, que está siendo juzgado en este proceso.
El contador Maximiliano Aguado, que actuó como perito de parte para elaborar un informe de auditoría contable financiera, sostuvo que había un presupuesto total del departamento de planificación presupuestaria de la Gendarmería equivalente a $61.128.879 para servicios de mantenimiento.
Sin embargo, el comandante Maidana informó un presupuesto de $2.375.417. "Tenemos una diferencia muy grande", subrayó el perito. Luego detalló que la documentación de comprobantes de facturas entregadas en total importaban $284.580.047, "es la documental que pude cotejar de gastos realizados", afirmó. Además dijo que había transferencias de $648.000 pero sólo $135.000 estaban justificadas.
Maidana, que era el segundo al mando , está siendo juzgado acusado por negligencia, junto al suboficial mayor Ricardo Ernesto Villasanti (cuyo hijo murió en el siniestro), el comandante Juan Carlos Germán, el comandante principal Juan Carlos Bordón y el comandante mayor Elio Rafael Méndez, todos parte de la jerarquía del Destacamento Móvil 5 de Santiago del Estero, de donde provenían los 43 gendarmes que el 14 de diciembre de 2015 murieron cuando el colectivo en el que viajaban con rumbo a Jujuy, por orden de la entonces ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, rompió una de sus cubiertas, derrapó y cayó al arroyo Balboa, en la ruta nacional 34, cerca de la localidad de Rosario de la Frontera, en el sur de Salta.
El viernes también declaró el comandante principal (r) Antonio Cidade, con especialidad en intendencia, que es la formación en contabilidad de la Gendarmería. Dijo que dado que el Destacamento Móvil 5 está a disposición de las órdenes que provengan del área de Seguridad de la Nación, es responsabilidad de sus jefes mantener los vehículos en condiciones. "Si se trabaja ordanamente, prolijamente y profesionalmente, el colectivo en diciembre no tendría que haber tenido problema de cubiertas", aseguró. Al estar "en apresto para ser alistado", para salir a cumplir un operativo, "no puede tener un impedimento logístico", agregó. Indicó que la Gendarmería tiene un fondo rotatorio para gastos de urgencia, aunque consideró que no se puede justificar la compra de una cubierta porque la gestión se debe realizar con previsión e incluirlo en el plan anual de contrataciones.
La fuerza tiene "tiene todas las herramientas habidas y por haber" para contar con medios de movilidad en condiciones, incluso contratar uno si es necesario. "Lo único que hay que hacer es ser funcional y eficiente", insistió Cidade. Para el momento del siniestro vial Cidade había denunciado a la "conducción superior" de la Gendarmería por "desmanejos administrativos". En su momento quiso participar como querellante en esta causa, pero la fiscalía no estuvo de acuerdo y desestimó su denuncia. El testigo contó que después lo pasaron a retiro por decisión de una junta que lo consideró no apto para el grado.
Debido a las funciones que ejerció, lo interrogaron sobre el proceso para la compra de cubiertas en la fuerza. Explicó que la compra se hace través de licitaciones o por "caja chica" para casos de urgencia. Dijo que los neumáticos se incluyen en un plan de necesidades anual, que va a la Dirección Nacional de Apoyo, luego se elabora el plan anual de contrataciones, que se eleva al director nacional de la Gendarmería para que lo apruebe y a partir de ahí entra en vigencia y se realiza la compra a través de licitaciones públicas.
También dijo que se pueden realizar contrataciones directas pero se deben justificar. Señaló que los datos de "ingreso, provisión y stock" se cargaban en un sistema general de logística que depende de la Dirección General de Apoyo y que en cada escuadrón o destacamento hay un operador designado para acceder de forma limitada sólo a los datos que corresponden a su unidad. "Si las cubiertas del Móvil 5 no fueron adquiridas no es por un problema presupuestario, es por un problema de asignación de prioridades en el plan anual", insistió. Luego aclaró que "El director regional que estaba a la fecha del accidente, había recibido ya el plan anual" hecho.
En el caso del Destamento Móvil 5, Cidade sostuvo que el oficial logístico tiene entre sus funciones supervisar el estado de los vehículos y en caso de encontrar anomalías, informar al jefe. De esta forma se puede considerar la contratación directa o incluir la necesidad en el informe semestral.
Otro testigo, el exjefe de la Agrupación VII de Salta, Luis Adolfo Guiñez, que colaboró en el lugar del siniestro, dijo que la compra de cubiertas se contemplaba en el presupuesto anual, pero también se podía pedir un crédito extraordinario a través de la administración financiera de la Gendarmería, a la Dirección de Apoyo y Logística. Y mencionó que después del siniestro vial recién se empezaron a hacer las revisiones técnicas de los vehículos.
Las fallas en el guardarrail
El licenciado en Criminalística del Cuerpo de Investigaciones Fiscales Federal, José Antonio Carrizo, que elaboró una pericia accidentológica junto a su colega Benito Di Pauli, sostuvo que con los peritos de parte "solo hubo diferencias respecto al cálculo de velocidad, atento a que no teníamos coincidencia en el coheficiente de adherencia". Carrizo y Di Pauli llegaron a la conclusión de que el colectivo iba a 90 kilómetros por hora cuando estalló el neumático. Para los peritos de parte, la velocidad fue de más de 978 kilómetros.
Por otro lado, Carrizo coincidió con otros peritos, que declararon con anterioridad, sobre la falta de continuidad de la baranda o guardarrail de la ruta, que es un sistema de seguridad. Explicó que cuando la cubierta del colectivo colapsó, hubo un contacto con el guardarrail que hizo que el colectivo se reencause pero como no había continuidad con la baranda en el puente, esto hizo que se incruste, "dé una suerte de pandeo" y luego se produjo la caída. Especificó que había un piso elevado respecto a la calzada. Luego del siniestro estas fallas fueron corregidas: "Cuando fuimos (a realizar la pericia conjunta en el lugar de los hechos) ya se había arreglado", contó.
El perito explicó que la función de las barandas o guardarrail es la contención de los vehículos y evitar que se caigan cuando por alguna razón se salen de la vía.
Por otra parte, declaró el primer alferez Mario David Ocampo, quien prestaba servicios en el Escuadrón 59 de Santiago del Estero pero recibió órdenes de actuar como oficial a cargo de un grupo de gendarmes que iría a colaborar al Destacamento Móvil 5, donde los comandantes Raúl Alberto Garzón y Juan Carlos Bordón le ordenaron preparar al personal del escuadrón para ir a controlar una manifestación en Jujuy.
Los gendarmes a su cargo fueron ubicados en un colectivo civil, mientras que él viajó en una camioneta del Escuadrón 59. El testigo detalló que primero salieron dos camionetas con los dos comandantes, luego los dos colectivos del Destacamento Móvil 5, detrás iba el micro civil, le siguió un camión de carga, y él iba al último en camioneta cerrando la columna.
En un momento, por la ruta 34, advirtió la falta del colectivo civil, llamó por teléfono y le informaron que iban por la ruta nacional 9, por lo que ordenó que retornaran a la 34 por donde iba la columna.
Después las dos camionetas donde iban los comandantes se adelantaron a la columna. Los colectivos aumentaron la velocidad, él sobrepasó al camión de carga para alcanzarlos con el fin de "hacerle juegos de luces para que bajen la velocidad y así lo hacen".
Luego, vio que empezó a desprenderse polvo, y observó que el primer colectivo cayó al arroyo Balboa. Inmediatamente ordenó que se corte la ruta y se pida ayuda. Contó que con otros gendarmes bajaron hasta el ómnibus y rescataron al primer sobreviviente. Después subió para llamar a los comandantes a cargo de la comisión. Bordón le dijo ya llegaría y lo hizo en una hora y media aproximadamente.
El testigo dijo que el colectivo civil llegó alrededor de dos horas después, refirió que no tenían ninguna parada técnica y afirmó que no era normal que se separase la caravana. Por otro lado, dijo que desconocía el estado de los vehículos del Destacamento Móvil 5, y que el asfalto de la ruta 34 en un trayecto de 30 o 40 metros estaba deteriorado y había lugares donde debían bajar la velocidad porque tenía muchos pozos.