En Belén, la ciudad donde nació Jesús según la tradición cristiana, es un domingo ensombrecido y de mucha tristeza. Su histórica plaza amaneció sin las clásicas decoraciones de Navidad, en solidaridad con las víctimas del conflicto entre Israel y el grupo islamista palestino Hamas.
Este año, las tradicionales luces y el árbol de Navidad que habitualmente decoraban la plaza de la Natividad no fueron colocados, ni se esperan los desfiles ni las multitudes de turistas y fieles que van cada año a esa ciudad de Cisjordania, el territorio ocupado desde 1967 por Israel y que Palestina reclama para fundar su Estado.
El pesebre fue cambiado por una obra de arte con esculturas que representan a María y José en medio de escombros, y el niño Jesús está envuelto en un sudario blanco, en memoria de los casi 6.000 niños y niñas palestinos muertos, con un alambre de púas que rodea la escena.
Debido a la cancelación de la mayoría de vuelos a Israel, la cercana Belén perdió mucho flujo turístico. Por este motivo, se espera que haya pocos fieles y turistas en la tradicional misa de Navidad en esta localidad.
Los cristianos palestinos no tienen el ánimo para festejar la Navidad al mismo tiempo que bombardean a sus compatriotas en Gaza. En este marco, las autoridades municipales de Belén cancelaron la mayoría de los actos navideños.
"Es difícil de celebrar algo en un momento en que nuestro pueblo está muriendo", apuntó a la agencia de noticias AFP Nicole Najjar, una estudiante de 18 años entrevistada en una plaza del Pesebre desierta. "Muchos están muriendo por esta tierra", lamentó.
En uno de los inmuebles de la plaza, hay colgada un gran cartel con el mensaje "Detengan el genocidio, los desplazamientos forzados y levanten el bloqueo".
No hay noche de paz en Gaza
El Ministerio de Salud de Gaza informó este sábado que los bombardeos e incursiones terrestres de Israel en ese territorio palestino mataron a 20.424 palestinos, la mayoría de ellos mujeres y menores de edad, desde el 7 de octubre.
También precisaron que cerca de 1.140 personas murieron en territorio israelí en el ataque de Hamas. Los bombardeos del Ejército de Israel también afectaron las iglesias, donde se refugiaron unos 1.000 palestinos cristianos.
En su arribo a Belén, el Patriarca de Jerusalén, Pierbattista Pizzaballa expresó que "hace falta acabar con las hostilidades, ya que la violencia solo engendra más violencia". La semana pasada denunció la muerte de una madre y su hija, debido a disparos del Ejército israelí, en la única iglesia católica en la Ciudad de Gaza.
"El mensaje de Navidad no es la violencia, sino la paz. Queremos la paz, sobre todo para los palestinos que la esperan desde hace demasiado tiempo", añadió.
Durante la mañana de este domingo, habitantes de Belén, tanto cristianos como musulmanes, ondearon una grande bandera palestina en la plaza del Pesebre.