Dos novedades en la causa penal podrían hacer caer el concurso preventivo de Wenances que se tramita en la Sala II de la Cámara de Apelaciones de San Isidro, presidida por la ex mujer del histórico intendente de esa localidad, Gustavo Posse, la jueza María Fernanda Nuevo.

Una, la confirmación de que Alejandro Muszak sigue cobrando y reteniendo para sí cuotas de créditos, correspondientes a las firmas SEPSA y GIRE, lo que constituye un desvío doloso. Dos, el aporte al expediente de 250 gigas de información por parte de Promotora Fiduciaria, con un instructivo para encontrar los préstamos retenidos hasta seis veces.

Se tratade información detallada de montos, beneficiarios, plazos y cuotas, junto con un instructivo para reconstruir el modus operandi, que consta en el expediente y al que accedió Buenos Aires/12, constituye una evidencia difícil de soslayar para quien remplace a la jueza subrogante todavía a cargo de la causa, Paula Verónica González, luego de la feria judicial de enero. 

Más de un abogado querellante, de los muchos que patrocinan a los ocho mil damnificados por el accionar de Muszak, creen que la comprobación del dolo, a partir de la documentación entregada en la causa penal, debería hacer caer el concurso ordenado por la Justicia Civil y Comercial de San Isidro.

El mismo había sido originalmente rechazado por la jueza de primera instancia Gabriela Padín, por entender que Wenance es una entidad financiera encubierta, y porque la empresa tenía domicilio en la Ciudad de Buenos Aires. 

Para Muszak era importante mantenerse dentro de la jurisdicción de San Isidro y los hechos le dieron la razón: la Sala II de la Cámara de Apelaciones rectificó la decisión de la jueza. De acuerdo a los tiempos procesales, de mantenerse el concurso, que ahora peligra, Muszak debería realizar una propuesta de pago recién en 2025.

Muszak también es oriundo de San Isidro y conserva su oficina en Olivos. Vivió en Nordelta hasta la semana pasada, cuando se mudó a un piso sobre avenida, Libertador, del lado de la ciudad de Buenos Aires. La mudanza obedece a dos motivos. Uno,  su domicilio era un dato muy conocido y temía escraches o represalias y dos, en la jurisdicción donde ahora reside está, al menos por ahora, vigente el protocolo antipiquetes de Patricia Bullrich.

Aunque lleva varias décadas en el mundo de las mesas de dinero, cuevas y cooperativas de crédito, comenzó con Wenance en Argentina a 2016 y en los años siguientes logró extender la operación a Uruguay, Colombia, Perú, México y España. Hoy afronta procesos judiciales en varios de esos países.

Además de captar dinero de inversores individuales y de algunos intendentes, Muszak convencía a sus colaboradores de invertir sus propios ahorros. Es el caso de una de las que todavía hoy es una de sus más estrechas colaboradoras. "Sigo acá porque es la única chance que tengo de recuperar lo que puse", confesó.

El descubrimiento de la retención de dinero de pagos de cuotas correspondientes a los fideicomisos SEPSA y GIRE se suma a la aparición reciente, a partir de un allanamiento, de un contradocumento que confirma a Muszak como verdadero titular de Créditos Al Río.

"La aparición de más y más sociedades, empresas y marcas demuestra que no estamos ante un hecho puntual de una empresa sino ante toda una estructura societaria cuidadosamente diseñada de antemano para delinquir y seguir operando", dice Milton Kees

"Ello le permite ir consolidando mes a mes los efectos de esta mega-defraudación aún hoy al afrontar el proceso en libertad, pues continúa cobrando gran parte de los créditos que hoy deberían estar ingresando a los fideicomisos financieros que sirvieron de instrumento para desapoderar de su dinero a los miles de damnificados a lo largo y ancho del país”,  agrega el abogado neuquino, docente de la Universidad Nacional del Comahue, y autor del libro "Liquidación de fideicomiso financiero", que representa a un centenar de damnificados.

El negocio del titular de Wenance no era prestar dinero a tasas altas, sino vender la titularidad de esos préstamos. De esa manera, transfería el riesgo crediticio a los compradores de los títulos (valores de deuda fiduciaria o VDFs). Luego, según consta en el expediente, logró sortear los controles existentes y vender hasta seis veces el mismo crédito. Para los peritos contables que accedieron a la documentación, la proporción de cartera sana, es decir, no duplicada, alcanzaba apenas al 15 por ciento.