El megadecreto del presidente Javier Milei también tiene consecuencias en el sector turístico, con los viajes de egresados y el turismo estudiantil como una de las principales actividades afectadas. Especialistas advierten que la derogación de tres leyes que regulaban el área tendrá consecuencias concretas tanto en la seguridad como en el financiamiento de los viajes: ya no se pedirían seguros de viajes, antecedentes penales de los coordinadores y hasta podría eliminarse el Fondo de Fideicomiso de Turismo Estudiantil. 

De los 366 artículos del DNU firmado por el presidente la semana pasada, tres están dedicados al turismo. Son los 348, 349 y 350 del Capítulo XV, y su contenido es simple y concreto: cada uno deroga una ley correspondiente al sector. La N°18.828 de Reglamentación de la Hotelería, la 18.829 de Agentes de Viajes, y la 26.356 de Sistemas Turísticos de Tiempo Compartido. En los fundamentos del decreto se argumenta que las derogaciones buscan "incrementar la oferta de desarrollos turísticos, quedando la actividad plenamente desregulada". Según los dichos de Milei en la cadena nacional, la desregulación tiene el objetivo de "eliminar el monopolio de las agencias de viaje". 

Las derogaciones tienen consecuencias concretas en el sector turístico en general: ya no habrá registro de agencias, cualquier persona podrá ofrecer servicios del área, se flexibilizarán o eliminarán multas por incumplimiento, mientras que las agencias ya no estarán obligadas a estar conformadas por al menos un profesional formado en el área. Dentro del sector, en tanto, el rubro del turismo estudiantil y de viajes de egresados se verá especialmente afectado. 

Aunque la Ley N° 25.599 de Turismo Estudiantil, que regula a los viajes de estudios y de egresados, no fue derogada, la eliminación de las otras tres leyes arrastra consigo puntos claves del sector. El impacto llega, en particular, por la derogación de la ley de Agentes de Viajes, ya que ellos son los que operan los viajes de egresados y de turismo estudiantil en general. 

Es que la ley de Turismo Estudiantil depende directamente de la de Agentes de Viajes. No es una ley independiente sino que se circunscribe a lo establecido por su ley marco, la 18.829. Aprobada en 2002, vino a establecer los requisitos que debían cumplir los agentes que quisieran dedicarse a los viajes de estudios y de egresados, siempre que estuvieran ya inscriptos en el registro creado por la ley de Agentes de Viajes. Tanto es así que su primer artículo establece que esas agencias deben estar "debidamente habilitadas e inscriptas en el Registro de Agentes de Viajes, de conformidad con la ley 18.829". 

Así las cosas, la derogación de esa última norma deja sin ley marco a la actividad del turismo estudiantil. Así lo explica, por ejemplo, Martín Antonucci, exdirector de Agencias de Viajes del Ministerio de Turismo de la Nación, ahora degradado a secretaría. En su cuenta de X, el exfuncionario advirtió, entre otros puntos, que una de las consecuencias radica en que "ya no se exigirían requisitos económico - financieros para operar en el segmento viajes de estudio y de fin de curso". 

"Tampoco estarán obligados a cumplir los estándares de seguridad, la constitución de seguros de viaje y la acreditación de antecedentes penales de sus coordinadores, entre otros, debilitando la capacidad de negociación de las y los consumidores", agrega Antonucci, quien advierte, además, sobre "la eliminación del Fondo de Fideicomiso de Turismo Estudiantil". 

Ese Fondo funciona a partir del mecanismo denominado "cuota cero", el primer monto que se abona, a modo de seguro, a las agencias de viajes de egresados antes de comenzar a pagar la tarifa del viaje en sí. Las empresas deben derivar esa "cuota cero" al Fondo, un fideicomiso privado que funciona como garantía para asegurar el cumplimiento de las obligaciones asumidas por las agencias. En caso de no cumplirlas, el fondo garantiza la realización del viaje o, en su defecto, la devolución de lo pagado. 

La derogación de las tres normas del sector turístico ya recibió el rechazo por parte de la Federación Argentina de Asociaciones de Empresas de Viajes y Turismo (FAEVyT). En un comunicado, la Federación advirtió que "hablar de monopolio de las agencias de viajes es desconocimiento", ya que, sostuvo, "es uno de los sectores más diversos y descentralizados, siendo, más del 80 por ciento de las agencias de viajes, PyMES que trabajamos con un registro abierto a la incorporación de cualquier empresa que cumpla con los requisitos para ejercer una tarea profesional y responsable". 

La FAEVyT, que nuclea a más de cinco mil agencias del país, agregó que "mejorar la competitividad no significa la eliminación de todo registro, ya que la existencia de un control concreto disminuye la cantidad de casos que van a defensa del consumidor y protege a los pasajeros garantizándoles que están contratando servicios en agencias habilitadas".