La masa para hacer burritos no leva ni requiere esfuerzo. Lleva pocos ingredientes, casi como si se hiciera sola. Lo único importante es que su grosor abrigue el relleno que se prepare. Todo junto sin discernir entre texturas, sabores y consistencias. Así como la oferta que la plataforma líder de streaming de música propone cada diciembre: el Spotify Wrapped. Unas historias para mostrar el único objetivo de la empresa: los números. Equiparar talento a masividad ya como un hecho, dando a los artistas de la cima el ridículo papel de agradecer con las estadísticas en una dinámica de compañía de finanzas. El negocio, socio.
El Wrapped de este año coincidió con el anuncio del retiro de Spotify de Uruguay (por una futura modificación de las leyes de derechos de autor). Ya se sabía que a partir del 2024 dejará de pagarle a los artistas que tengan menos de 1000 streams. Ceros y unos son la única mezcla que le interesa cocinar. Pero las emociones no pueden cuantificarse. Ésta es entonces una propuesta sin jerarquías: 18 discos (álbumes y EPs) en español de 2023, que supieron calar en el impacto de los sentidos. Un anti ránking para comer sin cubiertos.
► Fermín - Todo sobre la nada
Todo tiempo pasado fue tan solo otro tiempo. Y ese que transcurre fuera de la pantalla es de lo más salvaje, como el amor de los conejos hacia el terror. Habitar esta época es elegir entre la línea recta o el reinicio constante. Esta última es la carta que decidió jugar Fermín. Después de presentarse con un disco y dos EP, el artista despeja los bártulos que ocuparon su sonido pero conserva lo más prístino: la luz que ofrendan sus canciones. TODO SOBRE LA NADA parte de un ritmo bailable-apocalíptico-carioca con MENOS MAL, para transitar luego instancias de un amanecer de optimismo. Acompañados de la cálida voz de Fermín -otorgándole un protagonismo que no había tenido en sus discos anteriores- disfrutamos la frescura de una prenda sin estrenar, encandilados por un reggaeton delicadísimo como salido de una cajita de cristal (DOWN, junto a Six Sex) y nos quedamos manijas de fe, ante el sonido avasallante de un órgano de iglesia, con PRIMAVERA. Si en algo hay que creer, que sea en el pop.
► Fransia - Vida real
Salir del Mundo Virtual y entrar a la pista de lo tangible. En el vaivén ochentoso de luces de neón y sintetizadores permeables, Fransia se anima a abandonar algo del símbolo digital que construyó en su segundo álbum para preguntarse más por ella misma. Las fiestas, los bailes y el escepticismo del mundo la elevan en su propia plataforma. Momentos para reformular las implicancias de espíritu: se palpitan momentos de romance anacrónico. ¿En qué realidad? Sólo Fransia lo sabe. Su intento de diálogo es en clave ochentosa, cuando el futuro que se suponía tenía más que ver con una robota limpiadora y el secreto más pudoroso se quedaba a resguardo de un candado de diario íntimo. Ya no podemos salvar al mundo, al menos sigamos sosteniendo aquello que nos hace ser parte.
► Ronpe 99 - Mundo roto
Relatos ríspidos empaquetados en un un ring de alto impacto. El debut del marplatense sorprende por su solidez de producción, ritmos urgentes y letras aún más encalladas en la emergencia. Tomás es chico pero conoce lo que rapea. Entre historias de hogares quebradizos que resuenan sobre la estridencia de los beats, Ronpe avisa en el gran ORO MI BIC: "No existe represión que a los pibes nos calme/ Si cortan la intención va a volver con el doble". MUNDO ROTO se publicó el 30 de octubre, como si estuviera esperando, afilado, para salir a cortar cabezas. Barras acordes a un lógico recambio generacional.
► Juana Rozas X Marttein - El truco
Sea lo que sea que haya invocado este dúo no tiene vuelta atrás. La oscuridad al día desata en las cuatro canciones que hacen el EP un conjuro de hyperpop listo para deshacer la maldición de quien no se atreva a bailar.
► Diego Raposo - Yo no era así pero de ahora en adelante, sí
Hay que admitirlo: es bien poca la atención que se le presta en la prensa a la oferta musical de Centroamérica, si dejamos a un lado el reggaeton de Puerto Rico y sus bemoles, claro está. El productor dominicano moldea las intensidades tropicales con un pulso atronador en una colección de sonidos que ya venía estableciendo en apuestas previas (como en Caribe Express) aunque esta vez se desentiende de sutilezas para armar caos entre distorsiones, oscuridad y hasta temas con espíritu de estadio, como la fantástica "Playlist", canción que remite a Dákiti. Raposo junto a su colega Mediopicky (socio en lo artístico y territorial) son dos figuras de las que no debería perderse el rastro. Atención a los glitches que vayan dejando en el camino.
► Faraonika - Farsanta
A todos los raperos que repiten de memoria como lección escolar la tarea cuasi obligatoria de "ser real" en las líricas, Faraonika les da un besito hinchado de hialurónico y los manda a mirar la tele. La cirugía pasó del tabú a un must en edades cada vez más tempranas, pero (por suerte) esta no es una crítica solemne: el plástico habita el mundo adictivamente grotesco al que nos conduce esta farsanta. La exageración al volante, los bamboleos fatales que ignoran las siliconas los resuelven los encantos imperiosos de Faraonika (y el batido a ritmo del mullet de su coequiper Coghlan, firme en la torre de control) experimentando con el pop con el que jugaba en sus singles, pero también con rkt y bachata. Con la peli Brazil y el juego de Myss Keta. Un disco desafiante y que, a diferencia de los labios de story, no tiene relleno.
► Mailén Pankonin - Affaire
Es necesario que en estas navidades agradezcamos el nivel de producción musical que, contra viento fascista y oleaje antiderechos, han sabido pertrechar estas tierras. Desde el umbral del desfase económico -entre el sueldo y lo que aumenta el precio de las cosas-, Mailén calibra su queja proletaria. Su respuesta habita en el encanto de la noche, un espacio vital que se resetea cada vez y donde lo único que permite devaluarse es la persona que elegimos para compartir ese momento. Las frases memorables ("Soy de confiar/tengo los guantes puestos para no ensuciar", o "Nadie quiere estar posando con los brazos cruzados") le salen a borbotones, y a través de su doma poética nos seduce. Si el perfume de este disco pudiese capitalizarse, Mailén se construiría una casa.
► Yung Prado - Club Boy
La oferta sonora de la electrónica en España, y particularmente en Barcelona, es bien carnosa. Prado tiene todo lo que hace falta para bautizarse como el raver del microrrelato, uno que despliega tácticas concisas con una voz de guía. Excepto que ese tono, usualmente asociado a seguir instrucciones de orden de un espacio compartido (como un avión) son en sus canciones el condicionante para envolverse en el desastre. Las consignas que ya cargaban los tracks de su trabajo anterior, Yung Pradito, en CLUB BOY se mantienen a fuego corona. En la fiesta de Prado es posible perder el dominio del cuerpo, desentenderse de la lógica en manos de la gestión química y llegar así, reptando, al after idílico, donde el artista es acompañado de una estrella propia, la argentina LUPE, quien cierra el disco con Ganas de verte.
► Rubio - Venus & Blue
Francisca Straube adoptó la misión de visitar territorios inexplorados y devolvernos su lección en forma de lamentos adorables. La búsqueda de su antecesor Mango negro apenas nos prepara. Este tercer disco prueba a Rubio como una de las compositoras más emotivas de los últimos tiempos. Cercana y breve (tres de los temas incluidos en el álbum se pueden ver como haikus en videos complementarios, desde su canal de Youtube). Pablo Stipicic, figura recurrente en la cocina del pop chileno (siempre cerca de proyectos como el de Javiera Mena, por ejemplo) comparte autoría en todas las canciones. El disco inspiró el cortometraje Nacimos llorando, dirigido por Fernando Cattori, una historia entre dos amigos en pleno despertar sexual que encandila por la belleza de sus imágenes y la música de Rubio, elegida de un modo tan adecuado que es imposible no preguntarse qué fue primero. Luego de ver la película y vincular las canciones con ciertas escenas, el disco se engrandece hasta apretar el pecho.
► Putochinomaricón & Dadá - Pasadas de moda
Escritor, shitposter, otaku, arquitecto, militante comprometido a reivindicar el derecho al ocio, Chenta Tsai Tseng prueba una vez más que puede hacer las canciones más divertidas de la "basura" en España. Su disco más accesible y bailable, con joyas como Tu padre es un facha y tu madre una terf o La rae (me la trae), el taiwanés sigue exprimiendo el absurdo del discurso dominante sabiéndose inimputable: él antes que nadie se define ridícula.
► Chuquimamani-Condori - DJ E
Existe una cosa más atrapante que hurgar en las personas que no usan redes sociales, y es descubrir el perfil que forman quienes se desentienden en absoluto de los mandatos que el ambiente virtual demanda. Subir la misma imagen varias veces, postear una foto absolutamente fabulosa y apenas explicar en el epígrafe de qué se trata, construir una historia para el encanto de los suyos. Quien quiera likear que likee. Pero el artista multidisciplinar Chuquimamani Condori (o Elysia Crampton), provoca una fascinación atípica. Nacido en el desierto californiano, su vida se fue intercalando entre Estados Unidos, México y Bolivia, a donde terminó afirmándose para poder cuidar de su abuela Flora. En Instagram se lo ve posando en la ruta con sombrero, agradeciendo el legado de su familia, admirando a su mamá y manteniendo, desde el sentido más directo de lo verdadero, su origen. En un par de scrolleos se llegan a perfilar las inquietudes: la trascendencia de la cultura aymara, su íntimo vínculo con la muerte y los movimientos LGBT+, de quienes aporta un archivo extraordinario. Este disco, según sus palabras: "Es el sonido de nuestras ceremonias de agua, recreando la cacofonía de la primera aurora y el llamado de la estrella de la mañana venus". Todo incrédulo que se precie de serlo quizás deba recalcular los fundamentos, porque esta lección descomunal de música andina te eleva hacia lo más alto de eso que llamamos espíritu.
► LVL 1 - Play
La revolución no arranca desde la cama (excepto si naciste Pablito Lescano), pero paradigmas han sido intimidados frente a la ejecución de un teclado de computadora. La andaluza deja atrás su banda anterior, la Queer Mafia, para introducirse sola y sin amortiguación al proyecto de hyperpop más encantador del 2023. Ser joven, volverse viral en Tik Tok, entender que la fama es efímera y domar el algoritmo para posicionar su frescura con el tiro que dispara.
► Stiffy - Stiffyhoven
No sé en qué lugar del iceberg del rap hecho en Argentina se ubiquen los Swaggerboyz (la dupla que forma Stiffy con AgusFortnite2008) pero sí se sabe que los dos tienen ganas, eligen un concepto y van a fondo. Por eso sus canciones parecen chistes infantiles extraídos de chats de Discord. Por eso Stiffy tiene 15 y un tatuaje de Swag casi tan grande como su abdomen. Por eso su amigo Agus (en el Fortnite y el escenario) cuando toca su mayor hit 8 jeans lo hace, efectivamente, usando 8 pantalones a la vez. Si todavía no rindieron Arte en el colegio, podrían presentarse como ejemplo vivo de performance. Una categoría propia que aún corre en beta, aunque podríamos consensuar una bestia indomable entre el post trap y el shitposting sonoro. Algo tan divertido de ver (y al verlos en vivo parece que también de hacer) como es el hecho de estar presenciando un nuevo fenómeno sin forma definida. Lo mío es plug, lo tuyo es música de ascensor.
► Intendente - Bruto 2
Pizza, drogas, nota de una joda. La oferta de fiesta nocturna en Buenos Aires ganó en decibeles post pandemia. La gente pidió estar más afuera y perderse de manera más profunda. El dúo se calza la ropa de trabajo y asume el compromiso hasta el descueve.
► Titanic, Mabe Fratti, I La Católica - Vidrio
La artista experimental formó un dúo con Héctor Tosta y el resultado es Titanic. De Venezuela, él aporta en composición, guitarra, pianos y teclado. Fratti toca el cello desde los 10 y su primer clic mental lo hizo a través de un disco que, de manera casual, llevó su papá a la casa. Un disco new age de sonidos de animales. Mabe flashó con los aullidos de los lobos. Al llamado de lo salvaje lo respondió con lo que tuvo cerca: tocar en el coro de la iglesia. Desde ese momento, la guatemalteca empezó a descubrir el comportamiento de su imaginación: rabia, fobias, la capacidad de darlo todo incluso más allá del entendimiento.
► Jarina de Marco - Caribbean All-Inclusive Luxury
Dominicana pero con tránsito por Brasil, Canadá y Estados Unidos, Jarina entabla una burla a la explotación de recursos propios para el puro beneficio extranjero. El turista que posa con su trago de sombrilla y repite la palabra "exótico" creyéndose culto. Pues Jarina recorre el paraíso a través del territorio que coloniza: el de su propio cuerpo. Deshidratada de erotismo invoca los sonidos de una fiesta de media tarde, con botellas vacías que despiertan ideas para que el tiempo tropical avance... mucho más jugosas que cualquier propina europea.
► Lisa Scha - Posesa
Una pausa en la noche, un corte orgánico en el que esta vampira pop almidona sus telas ligeras y proyecta sus miedos de cuajo. La honestidad va de la mano con la forma progresiva en que los temas que recorren el disco se suavizan, se vuelven más accesibles en el ritual de alguien que por más que corra, sabe bien que nunca perderá de vista el disturbio del mundo.
► Miguél - Piyamada
Miguel Gallo es un atrevido. Con 22 años compuso su primer EP. Un presente de pop egocéntrico y, cómo no, teatrero. PIYAMADA nació sin ánimos de mostrarse al mundo, sino como un regalo para compartir con amigues, quienes le insistieron para publicarlo. Por la increíble sorpresa que representa esta serie de canciones, el drama sostenido en la voz y las sábanas adhesivas del verano de su Tucumán natal es que ya no podremos salir de ahí. Ojalá haya pronto una nueva cita.