María Seoane deja un legado imborrable como referente indiscutible en el periodismo, la literatura y la militancia por la justicia social. Siempre comprometida con los más vulnerables y luchadores. Desarrolló una gran labor de investigación sobre el pasado reciente y sus trabajos consiguieron re escribir y revelar momentos de la historia que la versión oficial había caprichosa y siniestramente tapado.
Su contribución fue fundamental por ejemplo con La Noche de los Lápices, aportando sin duda a la construcción de la memoria que demandaba la primavera democrática.
María Seoane, al reivindicar la figura de Eva Perón, marcó un antes y un después, también cuando, con su investigación, reveló el plan macabro desarrollado por militares de la revolución libertadora y la iglesia con el secuestro y ocultamiento por años, del cadáver de Eva, que trataron como un trofeo, amparados en una impunidad que creían les confería un estatus por encima de los mortales.
Mi experiencia trabajando con María fue inolvidable. Además del libro en co-autoria Juan Perón, ese hombre, trabajamos en muchos proyectos juntas. Su generosidad, consejos y orientación eran habituales. Nos reuníamos en su casa, en su escritorio siempre abarrotado de papeles y rodeada de libros.
María vivió conforme a sus principios, con sobriedad y pasión. Una mujer sabia y siempre dispuesta a ayudar. Conocerla fue un placer, aprender de su vasta experiencia y compartir proyectos con ella, un honor.
Su legado perdurará en el tiempo, y su incansable lucha por un país mejor y más justo, seguirá inspirando a generaciones venideras. La partida anticipada de María Seoane deja un vacío, pero también una luz que iluminará el camino como faro de todos quienes aspiran a hacer buen periodismo, contar la historia de los pueblos y militar la vida en democracia con justicia e igualdad, valores que defendió con gran fervor.