En su clásico editorial en AM750, el periodista y conductor de La Mañana, Víctor Hugo Morales, criticó el envío al Congreso de la Ley Ómnibus de Javier Milei y a los que están "detrás" de este proyecto para la "refundación" de la Argentina.
El editorial de Víctor Hugo Morales
"Hay una manifestación, un no al cierre del Instituto Nacional del Teatro ante el ingreso de la denominada Ley Ómnibus enviada al Congreso por el Poder Ejecutivo. La gente del teatro dice que tanto el INT como la Ley Nacional del Teatro fueron fruto de la lucha histórica de teatristas que pelearon por esta conquista. Derogar la Ley del Teatro y forzar el cierre del Instituto es una afrenta a la cultura y al trabajo de toda la comunidad teatral por décadas, desarrollado alrededor de una política de Estado que atravesó los más diversos gobiernos. Lo mismo sucede con la derogación del Fondo Nacional de las Artes. Hay legisladores y legisladoras que aprueban esta afrenta y seguramente estarán votando un retroceso cultural histórico. Lo que se espera es que no alcancen jamás una mayoría que les permita dar vuelta el país como si fuera que metieras la mano en el bolsillo y lo sacaras para afuera. Es terrible todo lo que se propone esta gente.
Tengamos en cuenta que la aparición de Sturzenegger no solamente se concretó en este espantoso proyecto que elaboró para cambiar el país a favor de, ya no de los ricos, sino directamente de los más ricos. Una refundación de la República Argentina, que habla de la libertad de los argentinos como si fuera que hasta este momento, si no fuera por Milei, no hubiéramos pensado en esta palabra, es decir, hay algo de sanmartiniano en la elocuencia que pretende el proyecto ómnibus. Hablar en esos términos me parece una verdadera locura.
Pero Sturzenegger habló contra el Instituto Nacional del Teatro y denunció corrupción. Es tan sinvergüenza, es tan bandido. Esa aparición debe ser de lo más fastidioso, junto con la de Dujovne, que le ha pasado a la Argentina, por lo menos una parte de la Argentina, la que cree saber quién es Sturzenegger. Y él empezó con algo que la mafia de Clarín... sin la que no se puede hablar de política. Cualquier artículo que no menciona el estropicio que cometen con la República y la democracia Héctor Magnetto y el Grupo Clarín, la verdad ya me resulta escasamente respetable. Porque elegir de una manera casi cobarde quiénes son los verdaderos enemigos, los que llevan adelante estas políticas, y soslayar al Grupo Clarín, es una vergüenza.
Y Clarín estuvo -y no dijo ni una sola palabra cuando salió la desmentida del Instituto Nacional del Teatro- atacando al Instituto porque supuestamente La Cámpora, que le viene bien a todo el mundo para lucirse con Clarín y hablar en contra de La Cámpora, que ha construido una juventud absolutamente ejemplar con contenido político, soñadora, que ha luchado en todos los frentes, todos los ámbitos del país y con dirigentes que también se la han jugado, más allá de los errores políticos que pueden haber cometido y de los encontronazos que, como todo grupo político, puedan haber vivido. Pero han sido extraordinariamente útiles para fortalecer la idea de la política en la República Argentina.
Ahora viene cualquiera y se luce frente a Clarín y frente a Magnetto atacando a La Cámpora, que son los destinatarios permanentes de todos los ataques que se reciben en lo que llamamos la izquierda política.
El Instituto Nacional del Teatro fue señalado como corrupto por Sturzenegger. ¿Puede ser que Sturzenegger se anime a hablar de una corrupción inexistente y sobre todo una corrupción de otros?"
La Ley Ómnibus, un paquete "bestial"
"El paquete es bestial. Lo que han enviado al Congreso es una manera de atacar a la propia democracia, aprovechando una circunstancia que le dio precisamente esta democracia que ha sido opacada en función de los ataques que ha recibido la gente que ha defendido la democracia y la política. Los ataques a la política y a la democracia continúan. Lo que empieza como una campaña de la que varios, algunos que me sorprenden, participan con entusiasmo en un momento en el cual parecería que la pelea es completamente otra. Aparecer peleando contra La Cámpora viene a ser lo mismo que hicieron a partir del 2015 con Macri, el tema es mirar a Cristina Fernández de Kirchner. Eso era lo que ocurría, y la teníamos en abril, a cuatro meses de comenzado el gobierno, menos de cuatro meses, parada, dando un discurso frente a Comodoro Py porque había sido convocada por ocho causas ese mismo día. La causa que permitía que la gente mirara para otro lado y no a lo que estaba queriendo hacer Macri. Ya lo estaba haciendo. Los cambios que estaba produciendo en la Justicia, esa Justicia que después iba por Cristina Fernández de Kirchner.
A mí me parece un procedimiento muy triste, el de ponerse de ese lado Clarín de la vida para atacar a los que han defendido la política. Y quiero decir por una vez, porque no siempre uno sale con el tema de La Cámpora, que he conocido jóvenes en la recorrida por todo el país, que hemos hecho en tantas ocasiones, absolutamente maravillosos, desprendidos de cualquier interés, que han jugado un papel extraordinario dentro de la política como no ha tenido ningún otro grupo. Ahora este ataque tiene que ver con lo mismo que aquel del 2015 contra Cristina Fernández de Kirchner, tiene que ver con que miremos a otro lado, sigamos mirando a La Cámpora. De pronto aparece ayer La Cámpora en diversos ataques, incluso -y esto muy doloroso- dentro de la política que ellos han integrado, de la propia coalición que han integrado. Todo para ser serviles y funcionales al propósito de distraernos.
Cuando uno mira la ley, cuando uno se da cuenta de que están hablando de la suspensión de la movilidad jubilatoria, que quieren la privatización de todas las empresas estatales, que quieren endurecer las penas contra manifestantes, como señala hoy en una nota excelente María Cafferata en Página/12, cuando van hacia la permisividad del gatillo fácil, a una transformación del sistema electoral, a una flexibilización de la norma ambiental, a una reforma en la educación, entre mil cosas, uno se da cuenta que están queriendo cambiar el país. Y para cambiarlo tiene que tener a la gente distraída y con Clarín haciendo la campaña que empezó antes de ayer diciendo ‘los que no voten la ley Ómnibus son obstructores de la vida política que votaron los argentinos’.
Los argentinos votaron. Si tuvieran que votar a los dos años, esta vez el voto cambió a los muy pocos meses. Todo esto es lo que estamos afrontando y tenemos que estar muy preparados.
La magnitud de la concentración frente a Tribunales en la calle Talcahuano para repudiar el mega proyecto de Milei fue mucho más importante de lo planificado por la conducción de la CGT y la CTA, que eran las organizadoras de la protesta. Un multitudinario repudio que superó la condición gremial de los participantes. Hubo también integrantes de partidos de izquierda, de organizaciones sociales, autoconvocados que buscan frenar este decreto que termina con los derechos sociales y laborales.
Va a ser necesario establecer cientos de Plaza de Mayo como prometió ayer Pablo Moyano desde el triunvirato de la CGT. Parece que hay una disposición, una idea muy fuerte de seguir juntándose. Y me parece que es lo único que se puede hacer, mostrar esas multitudes que van a pelear por su dignidad de trabajadores, pero también van a defender muchas cosas importantes del país, el reclamo de un paro nacional que fue parte de las consignas de algunas columnas que llegaron hasta plaza Lavalle, seguro que ahora está en la carpeta inmediata. Se cantaba por el paro nacional, sobre todo en las organizaciones sociales y en los partidos de izquierda.
Habrá que estar en las calles, evidentemente contra todo lo que diga Bullrich, contra esa policía brava que está buscando una reacción de la gente, van ellos, va la policía a provocar para ver si alguno se desmadra, lo corren, salen compañeros a defenderlo, la trifulca se hace todavía más grande para que la mafia de Magnetto y la mafia de Clarín pueda poner en la tapa ´¿Ven que con ellos no se puede, que nunca están del lado de la paz?’, como si estuvieran del lado de la paz los promotores de esta verdadera locura de esta ley que procura Milei. Ayer se paró ahí en el balcón de Plaza de Mayo. Me aseguran que la plaza estaba poco menos que vacía, que era ridículo verlos en ese saludo.
Fijate como lo presenta Clarín, dice ‘Saludó desde el balcón” y pone la foto de Milei en el balcón, pero ni una mención a que no había prácticamente nadie, como Macri cuando bajaba del avión y saludaba cuando no había nadie, un verdadero farsante. Lo que hubo ayer, no por parte de Milei porque habrá creído que había gente que querían saludarlo, salió vio a 15, 20, 30 que le gritaron a favor y se golpeó el corazón. Milei en lo suyo. Milei es Milei, no se puede pedir otra cosa, pero los que lo aprovechan, los que están detrás de todo esto, haciendo valer esa manera de pensar de Milei, que es un convencido Milei pobrecito, está convencido de esto. Él cree que el mundo es ese, toda la vida vivió entre patrones, entre jefes. Es un trabajador que a lo mejor fue ejemplar en los tiempos en que trabajó al servicio de grandes patrones. Y ahora tiene un gran patrón. El patrón es el establishment y trabaja aceleradamente para ello. El establishment se ríe, no lo puede creer. La gente de la AEA que se quitó la careta y se sacó la foto de campeones olímpicos posando en Clarín rodeando a Magnetto y a Rocca, esa gente está más feliz que nunca, porque no tienen que hacer absolutamente nada, solo ocultar, como ocultaron ayer que cuando salió Milei al balcón, había tan poca gente y ellos lo presentan como el saludo triunfal de alguien que está cambiando el país. Está cambiando el país para ellos. Estamos en manos de un grupo que no tenemos que individualizar permanentemente con el pobrecito Milei. Milei es un empleado, toda la vida fue eso. Y ahora corre para un lado y para otro, para una ofician y para otra, para llevar a que le hagan los proyectos.
No nos olvidemos que este proyecto ni siquiera tiene autor. No es Milei el autor, ni siquiera es Caputo. Es indignante. Funes de Rioja, con su estudio, metió mano para hablar de la vida de los laburantes y vaya a saber de cuántas cosas más. Cada uno de los estudios que se encargan de los distintos intereses. Ni hablar de la carpeta de Clarín. Es lo que fueron amontonando para convertirlo en un proyecto de ley que quiere cambiar el país para unos pocos. Hay que dar la pelea, hay que levantar la voz. Hay que estar en la plaza de Tribunales, en Plaza de Mayo. Hay que estar pacíficamente. Hay que levantar la bandera de la paz, pero también la de la persistencia y la de la capacidad de lucha. No hay que resignarse un día a pensar que no vale la pena la lucha, siempre valió la pena.