Con un préstamo del Fondo Nacional de las Artes (FNA) Ástor Piazzolla adquirió un piano y Antonio Berni construyó su taller en 1973. Datos de este estilo aparecen en el comunicado de los trabajadores del organismo, quienes rechazaron el proyecto de Javier Milei de eliminarlo. Una decisión que se contradice con la designación, a principios de diciembre, del cineasta, productor y guionista Javier Torre como presidente del FNA.
La ley ómnibus enviada al Congreso plantea derogar el Decreto Ley 1224, de 1958, que creó el FNA. Se trata de un ente autárquico cuyo financiamiento se realiza a través del dominio público pagante, que se cobra por las obras una vez vencido el plazo de protección del derecho de autor (en la mayoría de los casos a los 70 años de la muerte del autor). También obtiene ingresos por las tasas y multas de la Ley de Propiedad Intelectual e intereses de préstamos, aportes extraordinarios y títulos.
A lo largo de sus 63 años de historia músicos, plásticos, cineastas, actores, fotógrafos, bailarines, artesanos, arquitectos y diseñadores encontraron en el Fondo un espacio de promoción a través de becas, préstamos o premios. Desde sus inicios fue una institución precursora y un ejemplo a seguir en el mundo. "El cierre del FNA atenta contra la soberanía cultural de nuestro país", sentenciaron los trabajadores.
Al enterarse de la noticia, Torre manifestó su desconcierto a La Nación: "El FNA es una entidad intachable, admirada internacionalmente, que guarda la obra y el espíritu de nuestros artistas e intelectuales. Es autárquico, lleno de la energía de nuestros jóvenes que han recibido su apoyo y su contención. Jorge Luis Borges, gran primer premio del FNA; Astor Piazzolla, Alejandra Pizarnik, Antonio Berni, Leopoldo Torre Nilsson, Leonardo Favio, Emilio Petoruti están inquietos en el paraíso, no queriendo escuchar esta triste noticia que ensombrecería a la Argentina". En la entrevista, Torre informaba de una reunión para este jueves con el personal del organismo.