La fiscal Gisela Paolicelli imputó ayer a tres personas por el crimen del policía Leoncio Bermúdez, ocurrido en medio del fallido intento de rescate de un preso que era atendido en el Hospital Provincial. La pesquisa señaló a Pablo Cristian Gastón Sosa de 22 años como quien ingresó al centro de salud para rescatar a Gabriel Lencina, y que al fallar en el intento, en la huida mató a tiros al policía. También fueron acusados los reclusos Joel Gabriel Ibarra y Lautaro Román Núñez –alojados en el pabellón 9 de Piñero–, por haber sido quienes planificaron el golpe, por el que ofrecieron un pago de 2 millones de pesos en caso de lograr el cometido. Todos quedaron en prisión preventiva efectiva por el plazo de ley, según resolvió la jueza Verónica Lamas González, que consideró como agravante que se trató de un crimen de odio, una calificación legal que habían pedido los abogados querellantes Nair Moreno, Nicholas Oviedo y Gabriel Sarla.
Los investigadores del asesinato ocurrido el 14 de noviembre creen, como expusieron ayer, que un adolescente de 15 años fue el encargado de reclutar a los demás partícipes del intento de rescate de Lencina, condenado por dos homicidios. También quedó bajo la lupa judicial el Servicio Penitenciario santafesino, ya que solo pasaron cinco minutos entre que un custodio del preso internado informó a sus superiores sobre el alta médica, hasta que un detenido en la cárcel de Piñero se contactó con el adolescente de 15 años para armar el plan de “rescate”.
Paolicelli imputó a Sosa como el autor material, mientras a Ibarra y Núñez también por homicidio agravado por promesa remuneratoria, al entender que fueron quienes avisaron al adolescente que el preso internado en el hospital tenía el alta. El reo Lencina está actualmente detenido en la Unidad Penitenciaria Nº11 de Piñero, donde cumple una condena unificada en 22 años y 2 meses de prisión por dos homicidios.
Según la investigación, el 13 de noviembre pasado alrededor de las 22, el preso, que estaba alojado en el pabellón 9 de esa cárcel, fue trasladado por el Servicio Penitenciario al Hospital Provincial con diagnóstico de tuberculosis.
Tras ser atendido, a las 2.45 de la madrugada del martes 14 se indicó su internación, y a las 18.43 el personal del Servicio Penitenciario a cargo de la custodia notificó a sus superiores vía WhatsApp que el interno “recibió el alta y solicita el correspondiente traslado de regreso a la Unidad Penitenciaria”, explicó la fiscal. Cinco minutos después, a las 18.48, otros dos detenidos en la cárcel de Piñero, identificados en la causa como Ibarra y Núñez, se comunicaron con teléfonos celulares, cuyo uso está prohibido en prisión, con un menor de 15 años para indicarle que convoque a personas con el fin de liberar a Lencina del hospital, antes del traslado de regreso a la cárcel.
Paolicelli detalló que para eso ofrecieron 2 millones de pesos, constancia que quedó registrada en conversaciones de la cuenta de Instagram del menor de 15 años, que está detenido a disposición de un Juzgado de Menores. El adolescente comenzó la tarea de reclutamiento de "mano de obra" para liberar a Lencina y en un mensaje le dijo a su interlocutor que había que “rescatar a uno de los jefes, que está en el hospital”.
“No hay que matar ni nada. Está todo arreglado. Dos millones de pesos pagaron y el jefe sale solo”, escribió el menor en el mensaje que la fiscal convirtió en evidencia durante la audiencia de ayer. Pero en otro mensaje en los que ofrecía “el trabajo”, escribió: “Hay que rescatar a uno de los jefes. Está en el hospital con un cobani”, y agregó que “hay que matar al cobani, lo que sea, pero hay que rescatar al jefe”.
De acuerdo con la acusación, finalmente el chico tomó un remis y pasó a buscar a otro menor, de 14 años y también a disposición de un Juzgado de Menores, y de camino subieron al vehículo a Pablo Sosa hasta llegar al hospital Provincial.