El presidente Javier Milei sienta posición no solamente a través de actos de gobierno como el DNU 70/2023 y la Ley Ómnibus, o a través de entrevistas y declaraciones públicas, sino también por sus interacciones en el mundo de las redes sociales.
Un repaso por su actividad en Twitter permite conocer parte del pensamiento vivo de quien rige los destinos de la Argentina. Por ejemplo, y a propósito de su cuestionada batería legislativa, que promueve la suma del poder público en su persona, y de su slogan "No la ven" retuiteó una publicación que se burla de los ciegos. También la compartió en Instagram.
También le dio "me gusta" a una publicación de Nicolás Márquez, negacionista del terrorismo de Estado, que pidió que se repriman manifestaciones como la de la semana pasada con napalm. Márquez se refirió a esa protesta como "movilización subversiva". Milei avaló eso.
Además tuvo tiempo para un espacio de publicidad al compartir una publicación de libertarios de Países Bajos acerca del interés del Chelsea, equipo del fútbol inglés, en comprar un club argentino, algo que permitiría la creación de Sociedades Anónimas Deportivas que figura en el cuestionado DNU.
Milei es afecto a compartir publicaciones de Nik como la de la Casa Rosada con el cartel de "No la ven". Una licencia presidencial en su irrestricta defensa del derecho de propiedad.
El mandatario tampoco ahorró retuits a los elogios por el paquete enviado al Congreso, en especial con comparaciones que lo ponen a la altura de Juan Bautista Alberdi. No está de más recordar estas palabras del padre de la Constitución: “Los liberales argentinos son amantes platónicos de una deidad que no han visto, ni conocen. Ser libre, para ellos no consiste en gobernarse a sí mismos, sino en gobernar a los otros. La posesión del gobierno: he ahí toda su libertad. El monopolio del gobierno: he ahí todo su liberalismo. A fuerza de tomar y amar el gobierno como libertad, no quieren dividirlo, y en toda la participación de él dada a los otros ven un adulterio. La libertad de los otros, dicen ellos, es el despotismo; el gobierno es nuestro poder, es la verdadera libertad… Así, esos liberales toman con un candor angelical por libertad lo que no es en realidad sino el despotismo: es decir, la libertad del otro sustituida por la nuestra”.
Como si no tuviera propagandistas en la prensa argentina, Milei compartió los elogios del ultraderechista periodista español Federico Jiménez Losantos, de esos que suelen confundir con comunismo cualquier atisbo de intervención estatal.
Hombre con cierto ego, retuiteó una publicación que lo pone como el principal defensor de la libertad en el mundo, incluso por encima de su admirado Elon Musk.
Para criticar las protestas en su contra, Milei se apoyó en posteos de una cuenta de extrema derecha, que describe una realidad a la altura de los deseos presidenciales.
Santiago Oría, el encargado de filmar a Milei, se refiere a la oposición como "kirchos" que "tienen reventado el cerebro". Resultado: el "me gusta" presidencial.
Milei se comparó con Aarón, el hermano de Moisés, y reservó ese rol para su hermana Karina. Sin embargo, se ve como un Moisés con el DNU y el paquete de leyes como si fueran las tablas con los mandamientos.
Curiosamente, el jefe de Estado, que tuitea con impudicia sin tener en cuenta la responsabilidad del cargo, no se presenta como presidente en las redes. Apenas se define como economista en Instagram. Su biografía en Twitter está vacía.