El “acá no ganó Milei” que el gobernador Axel Kicillof pronunció en su primera reunión con los intendentes bonaerenses de Unión por la Patria luego del balotaje empieza a tomar forma en los últimos días. Luego de la sanción de la Ley Impositiva provincial, junto con la de Emergencia y de Financiamiento, el Presidente dijo que Kicillof llevaba adelante un “modelo empobrecedor”. También criticó a los ex Juntos por el Cambio por acompañar las medidas. Kicillof le contestó con la Constitución en la mano: “Presentamos la ley, la discutimos, se modificó y se votó, porque eso es la democracia”.

“Estaría bueno que ciertos dirigentes políticos le dieran bola a la Constitución", dijo. "Acaba de salir un DNU que yo sin ser abogado encuentro al menos tres artículos que están vulnerados. El presidente juró por la Constitución y se habla de la división de poderes. Las leyes las hace el Congreso.” 

La confrontación de estrategias pero, por sobre todo, de mecanismos democráticos para interactuar con la oposición en el plano legislativo plasmaron una distancia antagónica entre Kicillof y Milei. Esta lógica del agua y el aceite que se visualiza entre ambos dirigentes parece consistente con la postura sobre el lugar que ocupa el Estado en uno u otro caso. Para Kicillof, debe estar presente. Para Milei, la solución está en el ordenamiento del mercado. 

De todas maneras, y tomando como eje la interacción con el Poder Legislativo, Milei comenzó su gestión dando un discurso de espaldas al Congreso. Luego, firmó un Decreto de Necesidad de Urgencia que según sus críticos, incluidos constitucionalistas que no tienen relación alguna con el peronismo, atropella décadas de labor parlamentaria. No conforme, presentó un megaproyecto de ley que emula una reforma constitucional de facto.

Como broche de oro a esta modalidad, el titular de la bancada de La Libertad Avanza en la Cámara de Diputados, Oscar Zago, dijo, a las pocas horas del ingreso del proyecto, que desconocía su contenido y que no lo había leído, porque se enteró del texto en el mismo momento que el resto de los diputados. Todo en menos de veinte días de gestión. 

Con debate o sin debate

Kicillof llevó a la discusión con la oposición las herramientas de gobierno que consideró necesarias para 2024. Con un presupuesto prorrogado, producto de la decisión del Gobierno Nacional de no presentar una Ley de Presupuesto, el gobernador envió a la Legislatura los nuevos valores de los impuestos urbanos, rurales y automotores, la declaración de emergencias, y un pedido de autorización de financiamiento por el equivalente a 1.800 millones de dólares para el próximo año destinado, únicamente, al pago de servicios de deuda.

Las iniciativas fueron aprobadas por amplia mayoría, tanto en el Senado como en Diputados. En la Cámara Baja, UxP contó con el apoyo del PRO, la UCR abadista y la Coalición Cívica. En la Cámara Alta, el macrismo y el radicalismo en su totalidad brindó el apoyo, al cual se sumó un tercer actor: el bloque mayoritario Libertad Avanza. Los tres senadores comandados por Sergio Vargas, entre los cuales está Carlos Kikuchi, votaron a favor, a pesar de haber llegado al recinto de la mano de las listas libertarias.

Ante este escenario, y con la convicción de mantener su cruzada contra el Congreso Nacional al cual le exige convalidar un Decreto que anula más de 300 leyes, Milei publicó en su red X que “mientras algunos de la oposición al kirchnerismo arrastran los pies con nuestras reformas (Ley ‘Bases’), le acaban de votar a favor a Kicillof aumento de impuestos y endeudamiento”.

La alusión fue clara: el PRO, la UCR, la CC y, curiosamente, parte de su tropa libertaria, fueron señalados como espacios que no tienen un problema con el Mega DNU y la Mega Ley libertaria desde “la forma”. Según él, “quieren seguir manteniendo este modelo empobrecedor. Háganse cargo y dejen de mentirle a la gente”, tal como lo indicó en el mismo tuit. No hubo convocatoria la diálogo. 

La presión de Milei por obtener una rápida sanción a su Mega Decreto hizo que no escuchara los pedidos de parte de la UCR de construir otros instrumentos, como leyes divididas, para trabajar cada tema. Ante la solicitud, la respuesta del Presidente fue cantar falta envido: envió una Mega Ley que reformula la estructura económica y social de la Argentina y que incluye, precisamente, convalidar el decreto tal cual está.

Entre las voces radicales que levantaron la mano en contra de esta modalidad está la del presidente del Comité Provincia y senador nacional, Maximiliano Abad, quien advirtió que un decreto de estas características rompe el espíritu del debate. Lo comparó con el “por sí o por no” que Sergio Massa implementó durante el debate presidencial contra el propio Milei.

Ante la presentación del proyecto de la Mega Ley, Abad fue al hueso con una crítica a la modificación que se propone, por ejemplo, a la Ley Federal de Pesca: “Va en el sentido contrario al de generar mayor empleo e inversión”, dijo. En su condición de marplatense y cercano a la actividad pesquera, el legislador insistió con la necesidad de abrir la escucha a los distintos sectores de la economía nacional y, en este caso, provincial.

A la condena sobre el acompañamiento de una parte de la oposición a las leyes impulsadas por Kicillof, el Presidente contó en una reciente entrevista que creará una tasa con el nombre del gobernador para pagar la condena por el juicio contra la estatización de YPF. A su vez, y sin aportar las aclaraciones realizadas por el ministro de Economía, Pablo López, varios medios de comunicación nacionales llevaron a sus portadas un supuesto “impuestazo” que, a la luz de los valores de la inflación que el Gobierno Nacional advierte, no lo sería.

Más allá de ese ataque que no conllevó ningún análisis, Kicillof apostó al debate legislativo e incorporó una serie de modificaciones que la oposición solicitó: se redujo el tope de los aumentos a los impuestos al 200 por ciento, se achicó el tiempo de la declaración de emergencia a sólo un año, se creó un Fondo de acompañamiento a los municipios de 116 mil millones de pesos a distribuir proporcionalmente, y se eliminaron los artículos que creaban el laboratorio provincial de medicamentos y la sociedad anónima con participación estatal para brindar servicios de salud, como los traslados intrahospitalarios.

Además, en sintonía con la realidad que le toca vivir a los 135 municipios, el Ejecutivo provincial decidió postergar los tiempos de devolución de las deudas contraídas durante la pandemia por parte de los intendentes, así como la devolución de los préstamos para abonar el bono de empleados para los empleados públicos meses atrás.

A su vez, hubo un tercer gesto de parte del gobernador y, tal como lo confirmó un intendente radical a este medio, el mismo jueves comenzaron a acreditarse en las cuentas municipales los montos adeudados de parte de la Provincia a los municipios y que se encontraban en constante negociación.

Las diferencias entre ambas maneras de proceder son contundentes. Contra un Mega DNU que liquida más de 300 leyes, sumado a un proyecto de Ley con más 660 artículos que incluye la búsqueda de la suma del poder público por parte de Milei, Kicillof envió las medidas y convalidó la discusión con la oposición. No la agredió y no la quitó de la mesa de diálogo, aún con las diferencias ideológicas presentes.

“Quiere cerrar el Congreso”, fue una de las expresiones que utilizó Kicillof sobre la aventura política del líder libertario. Las palabras del gobernador estuvieron acompañadas de una caracterización de la modalidad de trabajo de LLA, teniendo en cuenta que el Decretazo de Milei fue redactado e incluso tuvo como vocero predilecto a Federico Sturzenegger, ex titular del Banco Central durante la gestión de Mauricio Macri.

El propio Carlos Bianco, Jefe de Gabinete de la provincia, hizo hincapié en esta condición: “Es el gobierno de Macri”.

¿Por qué contra Kicillof?

Kicillof quedó posicionado, a priori, como el dirigente del peronismo con mayor peso desde lo institucional. Como gobernador de la provincia que concentra el 40 por ciento del padrón, el 50 por ciento de la actividad industrial del país, y donde fue reelecto con el 45 por ciento de los votos y una distancia de casi 20 puntos sobre el segundo, su lugar en la mesa de organización del peronismo adquirió mayor envergadura en un contexto de oposición.

A pesar de su peso, la modalidad que practicó en los últimos días fue negociadora. Reuniones con intendentes, sindicatos, organizaciones sociales, salvatajes financieros a municipios gobernados por la oposición, y un cónclave que incluyó en una misma mesa en la Gobernación a Massa, Máximo Kirchner, “Wado” De Pedro, legisladores nacionales y provinciales, y jefes comunales bonaerenses de UxP, fueron parte su actividad.

Pero el rol que pretende visibilizar el gobernador no está anclado en lo que comúnmente se denomina como “la rosca”. Apela a que la organicidad que se manifiesta de parte del peronismo tenga como matriz la acción política antagónica a lo que propone Milei. Eso les pide a los legisladores. Eso les pide a los intendentes.

“En la provincia de Buenos Aires ganamos las elecciones con posicionamientos firmes en defensa de la producción, la educación y la salud: tenemos muy claro que debemos defender nuestra industria ante las políticas económicas del Gobierno Nacional”, remarcó Kicillof ante los medios este viernes.

En Salto entregó 27 viviendas. El jueves participó del lanzamiento de una nueva línea de créditos del Banco Provincia para quienes sufrieron pérdidas por las últimas tormentas. A su vez, inauguró dos nuevas empresas de un parque industrial del Conurbano. 

Desde el mileísmo, tal como lo vienen señalando distintos representantes de PyMEs en entrevistas con Buenos Aires/12, el objetivo es que se limite la competencia a los grandes jugadores y, a través de una apertura indiscriminada de importaciones y un bajo dólar exportador, cierren muchas empresas.

Hasta el momento, Kicillof esquiva los dardos y busca que se ponga la lupa en lo que, a su juicio, son las verdaderas intenciones del Gobierno Nacional. Sobre la Tasa Kicillof que busca imponer Milei dijo que no va a responder provocaciones “que intentan ocultar lo que están haciendo". El gobernador remarcó que "después de recuperar YPF para volver a tener soberanía energética y desarrollar Vaca Muerta, parece que hoy nuevamente el patrimonio nacional está de remate”.

Pero no es sólo el Presidente quien depositó su atención en el gobernador. El vocero presidencial, Manuel Adorni, también se hizo eco de las palabras de Kicillof y le contestó irónicamente en la red X, pero también durante la conferencia de prensa y tildó de “delirio” el planteo acerca de que Milei quiere cerrar el Congreso.

Ramiro Marra, el ex candidato a Jefe de la Ciudad de LLA y titular de una financiera, trató a Kicillof del “peor gobernador de la historia”. Sólo eso.

En la última sesión de la Legislatura bonaerense, el presidente del bloque de LLA, Nahuel Sotelo, escenificó un cacerolazo contra Kicillof. Ironizó y despreció a quienes se manifestaron en las últimas horas contra el Gobierno Nacional y se sumó a las críticas de Milei a los ex JxC. 

En las últimas horas, los multifacéticos ex funcionarios bonaerenses pero refugiados en CABA, que por un tiempo fueron larretistas en el PRO, luego bullrichistas y hoy garantistas de LLA, también apuntaron contra al gobernador. La ex gobernadora María Eugenia Vidal lo trató de "incapaz" y el ex candidato a gobernador Diego Santilli pidió bajar el gasto político, sin dar ninguna precisión. 

Ambos vienen ensayando una férrea defensa del DNU y de la gestión en general que practica Milei, lo que hace que en sólo seis meses hayan pasado por todos los estadios de la oposición aviar: palomas, halcones y ahora, aparentemente, también águilas.