En Argentina existen 33 empresas públicas de acuerdo al relevamiento oficial del Ministerio de Economía, entre las más importantes se encuentran Aerolíneas Argentinas, Arsat, Aysa, la TV Pública, los trenes y las centrales nucleares. YPF está por fuera de esa lista pese a que el Estado tiene una posición accionaria mayoritaria y nombra a gerentes y presidentes, pero no depende financieramente del sector público y además cotiza en bolsa. Otra es el Banco Nación y sus distintas unidades de negocios, al cual el DNU 70/2023 quita la potestad de administrar los depósitos judiciales de los tribunales nacionales y de gestionar los depósitos en moneda extranjera de los organismos públicos y empresas. La ley ómnibus prevé privatizar 41 sociedades del Estado, entre ellas el Banco Nación, que además es la entidad financiera más antigua del país, con fundación en 1891. Según el listado oficial de 33 empresas, hay un total de 92 mil trabajadores amenazados por las privatizaciones.
Por su propia naturaleza, dado que están orientadas por un criterio social y no netamente rentable, dos tercios de las empresas reciben transferencias del Estado. Al tercer trimestre de 2023, el monto ejecutado de esa asistencia alcanzó a 1,1 billones de pesos, que equivalen a 0,9 por ciento del PBI, según datos oficiales. En términos de la estructura del gasto público, los giros a empresas públicas representaron un 4,9 por ciento de las erogaciones corrientes, ubicándose por detrás de gastos primordiales como la seguridad social, los subsidios económicos, programas sociales e intereses de la deuda pública. Pero se trata de un gasto más bien estable, según un análisis de la Oficina de Presupuesto del Congreso.
Sin embargo, no todas las empresas reciben estas transferencias: 10 de las 33 relevadas por Economía recibieron cero pesos en los primeros tres trimestres del año. Entre ellas se destacan Nucleoeléctrica Argentina, Dioxitek que la abastece, y VENG, que fabrica antenas y otros productos para el sector satelital. Nueve de aquellas compañías tienen ingresos propios superiores a las transferencias del Estado. Se trata de las vinculadas a trenes, Energía Argentina y las de medios audivisuales, como RTA y Contenidos Públicos. Siguiendo la información oficial, para un subgrupo de 12 empresas relevadas, el 41 por ciento de sus ingresos son derivados de operaciones propias, mientras un 31 por ciento proviene de las transferencias estatales.
Otro mito a considerar es que el resultado financiero en todas aquellas es siempre deficitario. Nucleoeléctrica Argentina derriba el mito con un balance positivo de 125.732 millones de pesos en el período analizado; le sigue Trenes Argentinos Infraestructura, con 15.541 millones, y el Correo, por casi 9.000 millones de pesos, entre otras. El resultado financiero contempla el saldo operativo (es decir ingresos menos gastos corrientes) y el de capital (derivado de inversiones físicas). En suma alcanzó 0,2 por ciento del PBI al tercer trimestre.
Resultados
Las transferencias corrientes que realiza el Estado Nacional se destinaron mayoritariamente, en un 55 por ciento, a Energía Argentina S.A., orientadas a la cancelación de importaciones de gas natural proveniente de Bolivia y las compras de GNL, así como a los pagos a empresas argentinas en el marco del Plan Gas.Ar. En segundo lugar se ubicaron los giros a Operadora Ferroviaria S.E. con el objetivo de afrontar pagos de sueldos y cargas sociales, entre otros gastos de operación (20,7 por ciento). AySA, el Correo y Aerolíneas les siguieron en relevancia, con un 4,4 por ciento de las transferencias totales en promedio cada una.
Por otro lado se destacan en cuanto a ingresos operativos Aerolíneas Argentinas, provenientes de la venta de pasajes para destinos nacionales e internacionales, Energía Argentina por la comercialización de gas y Nucleoeléctrica Argentina que atiende el 7 por ciento de la oferta de energía eléctrica del país. Si se suman los recursos de capital destinados a inversiones, otra empresa que aparece en la lista de las más relevantes es AySA, por las obras de infraestructura en saneamiento y cloacas que realiza, así como Energía Argentina por la construcción de dos represas en Santa Cruz y las inversiones en el gasoducto Néstor Kirchner.
* Energía Argentina se asocia con capitales privados para la exploración y explotación de hidrocarburos así como a la industrialización, comercialización y distribución del gas natural y derivados del petróleo. La firma recibió transferencias del Estado por 597.500 millones de pesos en suma al tercer trimestre de 2023, pero también generó ingresos propios por 390.551 millones. Tiene un déficit financiero pequeño en comparación a los recursos que maneja y al saldo de las otras sociedades del Estado: 3244 millones de pesos acumulados. Es una empresa eficiente y estratégica para el mercado energético nacional, difícil encontrar ventajas para privatizarla.
* Trenes Argentinos Operaciones (u Operadora Ferroviaria) integra Ferrocarriles Argentinos Sociedad del Estado (FASE) junto a TA Cargas, TA Infraestructura y TA Capital Humano. Tiene a su cargo la prestación de los servicios de transporte ferroviario de pasajeros, así como el mantenimiento del material rodante y la infraestructura vial. Su balance es fuertemente deficitario: 13.290 millones de pesos acumulados al tercer trimestre de 2023, pero presta un servicio masivo y orientado al desarrollo de economías regionales ubicadas en lugares alejados. Esa prestación probablemente desaparezca bajo una administración privada. Es la estatal con más cantidad de empleados: 23.823 personas, superando al Correo, con cerca de 17.000, y Aerolíneas, con 12.000.
* Aerolíneas Argentinas acumuló un déficit financiero de 92.752 millones de pesos al tercer trimestre de 2023 (el segundo más importante detrás de AySA), pero la información de la propia empresa es que el año cerraría “con equilibrio financiero por primera vez desde 2008, cuando el Estado Nacional recuperó el control de la flota”, dado el balance del segundo semestre. En 2023 Aerolíneas continuó incrementando la cantidad de pasajeros hasta un récord de 14 millones, que superó al pre-pandemia, incorporó además 3 destinos nuevos y 18 nuevas rutas. Lejos estuvo de tener una administración ineficiente. Además, el Gobierno se propone exponerla a la competencia desleal de las low cost con la política de “cielos abiertos”.
* Nucleoeléctrica Argentina opera las tres centrales nucleares de Argentina (Atucha I y Atucha II en Zárate, y Embalse en Córdoba) y lleva adelante el reactor nuclear Carem que podría exportarse por millones de dólares. Recibió cero transferencias del Estado en los primeros tres trimestres del año y tuvo ingresos propios por 145.398 millones de pesos, fue además superavitaria por 125.732 millones de pesos en el período. Es una empresa ejemplo y cuesta entender las razones para privatizarla, incluyendo a Dioxitek, que es otra empresa pública que produce insumos para abastecerla.
* Por último, AySA es una firma de envergadura dedicada a la provisión de agua potable y desagües cloacales en el área metropolitana. El 90 por ciento de su capital pertenece al Estado Nacional, formó parte de la primera ola de privatizaciones durante el menemismo y fue re-estatizada durante el gobierno de Néstor Kirchner con el objetivo de mejorar y expandir las redes y la prestación del servicio. Acumula el mayor déficit financiero de las 33 empresas analizadas, con 162.059 millones de pesos en el período.