¿A quién se le ocurre apagar un incendio con una inundación?. El fuego amenazaba vidas y riquezas naturales. La correntada, como en un tsunami, apagó las llamas. Pero los que podían morir quemados, se ahogaron. Y el medio ambiente quedó bajo el agua. Palabras más, palabras menos, la metáfora se asemeja al modelo draconiano de política económica que intenta aplicar el gobierno, según Sergio Chouza, director de la consultora Sarandí, entrevistado por Buenos Aires/12.

--¿Le sorprendió el plan Milei?

--Tuve la sorpresa republicana que tuvimos todos. La verdad que uno esperaba una administración surgida de una narrativa muy crítica del populismo o de las prácticas que muchas personas atribuyen a los gobiernos peronistas. Tenía la expectativa de que se diferenciaran.

--¿De qué manera?

--Poniendo en valor las instituciones. Tratando de generar consensos legislativos. Se dio todo lo contrario. Estas normas buscan, practicamente, cerrar el Congreso. Ponen entre paréntesis el Estado de Derecho. En materia económica, hay un juego con los 664 artículos de la llamada Ley Ómnibus y los 366 del Decreto de Necesidad y Urgencia. Uno va a encontrar aspectos positivos y negativos.

--Me dan curiosidad los positivos.

--Sería muy obtuso que no te dijera que hay cuestiones que me parecen bien. La agenda de desburocratización en el funcionamiento institucional, con foco en lo económico, es tentadora para un porcentaje significativo de la población. Aclaro: todo lo que sea destrabar el funcionamiento de algunos mercados e instituciones y simplificar la vida de la gente es atractivo.

--¿Pasa el filtro del Congreso?

--Creo que no van a tener un trámite sencillo en el parlamento.

Cartas en la manga

Chouza tiene 36 años. Señala que es "nacido y criado en Avellaneda, de corazón". El club de sus amores es Independiente. Dicta clases en la UNDAV y en la UBA.

--¿Cuánto impactan las reformas en la provincia de Buenos Aires?

--Lo veo más por el lado macroeconómico. Lo vinculado a la disponibilidad de recursos. Es una provincia que contribuye a la recaudación nacional en alrededor del 40% de la masa coparticipable de impuestos.

--Pero en la distribución, pierde.

--Recibe menos del 25%. Entre 22% y 23%, depende el año. O sea casi la mitad de lo que aporta. Eso explica que después la provincia tenga que tener algún tipo de suplemento. Precisa buscar algún tipo de martingala fiscal y tributaria. Porque sino el desbalance sería imposible de sobrellevar. Para eso están el Fondo del Conurbano, o las Transferencias puntuales por Aportes del Tesoro. La política encontró allí un parche para evitar modificaciones exigidas por la Constitución. Por ejemplo, la reformulación de la Ley de Coparticipación ¿de manera plena, no?

--¿Qué golpea más a la provincia?

--Que hay un ánimo de producir un ajuste, un recorte muy significativo sobre las cuentas públicas. Al segmento de provincias es evidente que apunta el Poder Ejecutivo nacional.

--¿Por dónde pasa la motosierra?

--Pensá que el gobierno necesita recortar el déficit fiscal total en 5,2 puntos del Producto Interno Bruto en un año. El primer análisis de recortes a las provincias era de 0,5 puntos del PIB. De eso a la provincia le debe estar tocando casi la mitad, o sea 0,2 o 0,25 puntos del PIB en un año. Es mucho. Estamos hablando a precios de hoy, no de 2024, de casi 600.000 millones de pesos.

--¿Qué sector sufrirá más?

--Será un impacto en la realización de políticas públicas. Incluso en gastos de capital, transferencias a municipios. Te vas a tener que ajustar el cinturón en todo sentido. Menos disponibilidad de recursos nacionales y una recaudación fiscal provincial más acotada por la recesión. Vas a tener menos producción. Y, posiblemente, un desvío de actividades registradas a no registradas. Lo que se conoce popularmente como 'negreo'. Las cuentas públicas de la provincia van a ser deterioradas.

--¿Cómo se defiende la provincia?

--El gobernador y el ministro de gobierno están tratando de compensar parcialmente la falta con la suba del impuesto inmobiliario. Con una segmentación bien armada y distribución piramidal del esfuerzo. A los estratos más altos les va a llegar una suba significativa en la carga tributaria.

--¿Y después qué?

--Este será el escenario base. Vas tirando. Te ajustás los pantalones. Igual no es un año electoral. Por eso hay partidas que podés minimizar o postergar para 2025. Otras no podés evitarlas. Como un camino rural o una ruta provincial.

--¿Y a mediano plazo?

--Puede dispararse una situación de crisis en otro orden. Directamente podés tener una situación de desfinanciamiento severo. Será por la desmonetización de la macroeconomía. No te quedará otra que ir a una autonomía de emisión monetaria propia.

--¿Regresan los patacones?

--Es algo a lo que la gobernación no le ha cerrado la puerta. Entiendo que es una carta que se guardarán bajo la manga en un caso realmente extremo de desmonetización y desfinanciamento. No sería algo impensado. No hay posibilidad nula de eso. Obviamente tiene que haber un escenario muy malo, de emergencia insalvable con otras herramientas.

Puede fallar, Leonardo

Al pasar revista histórica, Chouza plantea la diferencia de las megarreformas de Milei-Caputo-Federico Sturzenegger con otros modelos del liberalismo. Considera que el de Domingo Cavallo en 1991 fue "más expansivo".

--¿Qué lógica fiscal tiene ahora bajar Bienes Personales y subir Ganancias?

--No hay un diseño ideal o perfecto, o sano, de la estructura tributaria. Las medidas de esta administración están regidas por la urgencia recaudatoria.

--¿A costa de quiénes?

--La necesidad es ampliar la base de recaudación. Un 40% del programa de ajuste está basado en impuestos. Dentro de ese 40%, hay impuestos incompatibles con la visión ideológica básica del gobierno. Por ejemplo, la suba de retenciones agrícolas. Para un gobierno liberal o ultraliberal debería ser una herejía. Lo hicieron sin mayores pruritos. Otras reformas, lamentablemente, van a tener un impacto regresivo o socavarán algo de la progresividad tributaria.

--¿Como Ganancias a los trabajadores?

--Que lo restituyan a los fines de la progresividad es positivo. Pero no a los fines de la discusión histórica planteada por los sindicatos sobre si el trabajo es o no es ganancia.

--Pero a la vez bajan Bienes Personales.

--Es una mala decisión bajar su incidencia impositiva. No lo están eliminando, pero lo están achurando bastante. Entonces veo una cosa sin mucha cohesión interna. Van en pos de ampliar el globo recaudatorio. Y seguramente algo más quirúrgico para algunos sectores afines al gobierno. Bajarles alguna carga impositiva.

--¿Vuelve la carrera entre dólar e inflación?

--La política cambiaria es un tema muy atrapante. Sorprendió un poco la magnitud del primer salto devaluatorio.

--¡Fue de 118%!

--Se esperaba algo más discreto. Fue una sobrerreacción. Como si buscasen una señal lo suficientemente firme que habilite o garantice una disponibilidad de dólares por liquidaciones del sector primario. El agro es competitivo en escala. Te liquidaba a un mix de dólar de 620 pesos y te liquida ahora a más de 800 pesos. Aún así la consistencia macroeconómica te la da la cuenta corriente del país. Y eso no está garantizado.

--¿Por qué?

--Hoy tenés una acumulación de reservas puramente en base a tener cerrado el grifo de las importaciones. Lo que vemos de compras de dólares del Banco Central no te dice nada sobre la sostenibilidad del régimen.

--¿Si sube la inflación van a devaluar otra vez?

--Con la inflación-piso de diciembre de 30%, muy posiblemente llegues a marzo con un acumulado más cerquita del 100%. Esos 800 pesos del dólar te quedarán en la mitad, en 400. Y a 400 pesos, a precios de diciembre, ya no te liquidan tanto los exportadores. La cosecha gruesa de soja a 400 pesos no te la liquidan tanto.

--¿Entonces, esto puede fallar?

--Van a surgir inconsistencias. Seguramente vendrá una segunda ronda devaluatoria. Habrá que ver la magnitud, el timing. Pero ahí se abre un signo de pregunta.

--¿Sobre el modelo?

--Sobre la sostenibilidad del régimen macroeconómico. La política cambiaria es uno de los pilares.

--¿Hay más dudas?

--A mi me surge una sobre la consistencia de la brecha cambiaria.

--La diferencia entre el tipo de cambio oficial y el Blue.

--Ahora la brecha es reducida. El mercado está todavía medio 'groggy', tambaleando. Sin entender qué está pasando con el costo del dinero. Con la tasa de interés.

El Plan Licuadora

Chouza considera que "es impropia la posición de ministro" de Caputo Dice que ni el establishment lo ve bien. Recuerda que Alejandro Werner, exdirector del FMI para el Hemisferio Occidental, lo criticó públicamente por usar "picardía para engañar y disciplinar".

--¿Qué pretende?

--Más temprano que tarde, el mercado va a ver que los pesos tendrán una licuación fenomenal. Y ese es el propósito del programa. El centro del programa es generar o inducir una megarrecesión. A partir de la licuación de los pesos, una desmonetización muy fuerte de la economía. Ahí tengo muchas dudas sobre la consistencia del régimen.

--¿Qué opina del bono para las deudas de importadores?

--Había que buscarle algún tipo de solución a la acumulación extraordinaria de deuda de los importadores.

--Más de 50.000 millones de dólares.

--Fue necesaria la acumulación de deuda. No podés ir naturalmente, sin miramientos a un escenario recesivo severísimo. No tenías dólares porque te cayó con todo la sequía. No podías resignarte. Tenías que tratar de construir alguna ingeniería financiera para minimizar el impacto ¿Cómo? Retrasando los pagos y que las empresas se apalanquen ellas con sus proveedores.

--¿Es normal hacerlo?

--Está en los libros de texto sobre cómo se gestionan fenómenos disruptivos exógenos. Uno climático o una guerra. distribuís la carga a lo largo del tiempo. No cargándola sobre la población. Obvio, a nadie le gusta hacerlo.

--¿El bono Bopreal está bien?

--No me parece una salida pésima. Va a tener diferentes resultados para el mercado. No necesariamente los ideales.

--¿Qué busca el gobierno?

--Tres cosas. Darle cauce a la deuda comercial, sacar pesos de circulación y amainar la presión sobre los mercados financieros del dólar. Poner paños fríos. No creo que vaya a salir en forma perfecta. No es tan tentador para que el mercado se tire de cabeza, pero bueno, lo vamos a ver. Hay cuestiones más críticas y urgentes para objetarle a este diseño.

--¿Cuáles?

--Que el diseño de la política antiinflacionaria sea un Plan Licuadora.

--¿Como la motosierra?

--El objetivo central es licuar los ingresos. Licuar los ahorros. Que no haya vehículos de ahorro que sostengan el poder adquisitivo en pesos. Una reducción muy severa de la cantidad de pesos en circulación.

--¿Desmonetizar sin piedad?

--En verdad, en términos históricos, la sociedad ya estaba desmonetizada por el efecto inflacionario. Si ves la base monetaria en relación al PIB estamos en mínimos históricos. Pero es una locura: no va a haber ni un peso en la calle.

--¿Así quieren parar la inflación?

--Al inducir un escenario megarrecesivo, se empieza a disciplinar la demanda y el consumo interno de la economía. Se disciplina a los rebencazos. Porque no habrá poder de compra en el bolsillo. Y eso me parece muy preocupante.

--Comparto

--Vos podés llegar a estabilizar en algún momento de 2024. Y que de a poco se empiece a moderar la posibilidad de subas de precios. Pero ¿a qué precio?

--Buena pregunta.

--Vas a pagar un precio altísimo en términos de producción, de empleo. Y de calidad de vida de la población.

--¿Peor que nunca?

--Va a ser medio terrible. Inimaginable. Estamos acostumbrados porque hubo caídas del poder adquisitivo cada año.

--¿De cuánto?

--Tenías años de 2% de baja, o de 3%. El acumulado de la gestión, muy mala a mi criterio, de Alberto Fernández fue de 7%. Le cayó una pandemia, una sequía, los impactos geopolíticos de la guerra de Ucrania en los precios. Ahora esa caída de 7% la vas a tener solo en un mes.

--¿Se tolera?

--Va a ser una Argentina muy difícil de vivir en términos socioeconómicos. La otra cara de la moneda es que los niveles de pobreza se te van a ir a las nubes. Semejantes al 2002, de casi 70%. Objeto fuertemente y políticamente un diseño basado en una megadepresión económica.

--Vivir en un desierto.

--En otros gobiernos se aplicaron políticas parecidas. Pero ahora con el plus de que no tenés colchones para aliviar. Es un contraste notorio con el 2015, antes de Mauricio Macri.

--¿Por qué?

--Había un colchón de ahorro, de poder adquisitivo. Te podías apalancar para implementar un programa duro en términos fiscales. Pagar un costo político, tal vez. Pero con niveles de poder de compra altos en los salarios. Te podías hamacar un poco sobre eso. Iba a ser tolerable y deglutido.

--¿Ahora no?

--Ahora venís de un deterioro de ocho años. Incluso antes se transó sobre valores más institucionales, más republicanos. Ahora la curva de poder de compra, calidad de vida y pobreza viene disparada. No hay margen social. Esto me parece una liviandad peligrosa. Porque no planteás una continuidad lineal del deterioro. No, no. Se va disparar a una velocidad mucho mayor. Es una aceleración del deterioro. Y como propósito del programa.

Castillos de arena

El economista considera que el plan original de Milei quedó cajoneado. Asegura que el Caputazo se impuso con el argumento de que las alquimias financieras "acomodan la macroeconomía" y que así se puede gobernar un país.

--¿Milei claudicó?

--El programa de Milei hubiera sido más consistente. Por ser innovador. Pateaba el tablero. Transformar implicaba la dolarización. Era un salto al vacío. Y después vemos cómo sale. Nadie podía tener la seguridad de cómo iba a salir.

--¿Le cambiaron el libreto?

--Vinieron con un programa ortodoxo tradicional. De licuación y recesión de manual. El del Consenso de Washington. Es inconsistente incluso con las premisas de Milei. Adopta un programa que no es el suyo.

--¿De quién es?

--De Caputo, que es un economista de la disciplina. No es un anarcocapitalista.

--¿El mileísmo será una etapa posterior?

--Eso es un interrogante. No se me devela con claridad. Ni para sí, ni para no.

--¿Qué le queda a un industrial bonaerense?

--Lo rompe al medio. No se impulsa de verdad un modelo de desarrollo industrial. Ni de innovación tecnológica. Ni de elaborar masa crítica para un entramado productivo. Le cae un rayo. Que esto se lleve puesto al 10 por ciento o al 20 por ciento de la industria provincial, costará recuperarla. Es como un castillo de arena. Hacerlo da trabajo. Pero una ola te lo voltea en un segundo.

--¿Hay Pymes competitivas?

--Lo son. Y lo van a seguir siendo. Pero después de 2015 cayeron 10.000 pymes industriales. Recuperarlas lleva una década.

--¿Cómo?

--Con políticas de fomento. De fortalecimiento. Poniendo presupuesto y capacidades.

--¿Sin protección sobreviven?

--Mal que mal, tenemos un mercado interno de 46 millones de personas. Planificar un proceso de desarrollo de verdad lo hicieron muchos países en forma exitosa.

--¿Cómo planificar asÍ?

--Es lo básico para una perspectiva de crecimiento. Ampliar inversiones para ganar nuevos mercados. Esto te rompe al medio, aunque no te liquide. Aunque no tengas una situación de cierre, tenés que achicar la estructura.

--¿No es común en países desarrollados apoyar la industria?

--Los Estados las apoyan para que sean competitivas. No es cierto que los Estados las dejen a la buena de Dios. Los Estados exitosos han tenido desarrollo industrial. En base a fortalecimientos, subsidios indirectos, capacitaciones.

--Aquí se afecta hasta la relación con sus trabajadores.

--Es dramático. El factor sociolaboral es terrible. Es la parte humana que no contempla la debacle macroeconómica.

--¿No es un como un Rodrigazo?

 

--Pero en cuotas y en aceleración. La inflación de 2024 puede estar arriba del 300 por ciento. Estás a la vuelta de la esquina de un Rodrigazo.