A través de una carta pública dirigida a sus comunidades el grupo de Curas en la Opción por los Pobres (COPP), regional NOA (Jujuy, Salta, Tucumán, Santiago del Estero, La Rioja y Córdoba), expresó su solidaridad y acompañamiento con el pueblo, compartiendo “su dolor y su frustración” ante la situación. Tomando el ejemplo de los mártires, dicen los sacerdotes católicos, “queremos vivir estos días de la Argentina cerca de ustedes, porque nos ilumina el pensamiento de quienes ya estuvieron cerca de sus compañeros de lucha: ‘No lucha contra la injusticia sólo el que la padece, sino también el que la comprende...’ " .
En el breve documento los curas sostienen que “compartimos el dolor y la frustración de quienes en estos últimos días del año ya perdieron sus trabajos, de quienes no podrán comprar carne y leche para sus hijos, porque este nuevo gobierno priorizó los negocios de los más poderosos a los derechos adquiridos durante años de lucha, derechos que nos son despojados en beneficio de los intereses escandalosos de pocos”.
“¡No es posible morirse de hambre en la Patria bendita del pan…!”, afirman los curas retomando palabras de una popular canción religiosa y, por ese motivo, argumentan, “no podemos aceptarlo sin expresar las injusticias que claman al cielo”.
En el texto se incluye luego una serie de denuncias, comenzando por “el hambre de nuestras madres, de los niños y trabajadores que este gobierno elige como política económica”, apuntando a “a las grandes empresas monopólicas que ya multiplicaron sus ganancias a costa del hambre del pueblo” y a quienes “ponen a la democracia, que tanto nos costó, que tantas vidas se llevó, en verdadero peligro de disolución”.
También se señala de manera directa a “los jueces de la Corte Suprema que han elegido irse de vacaciones antes que tratar la inconstitucionalidad del decreto de Milei que avasalla ¡hoy! cientos de derechos de todas y todos los argentinos” sin dejar de lado una advertencia ante “el silencio de quienes tienen que hablar y callan ‘prudentemente’ ”.
Los COPP expresan en la Navidad su confianza “en el Dios de la Vida. Jesús de Nazareth” quien “puso su propia vida en riesgo hasta perderla por anunciar el Reino de la justicia y la paz, donde todas y todos tienen un lugar” y señalan, recordando palabras del obispo mártir Enrique Angelelli que hay que seguir andando nomás con pasión y acción hacia tiempos más humanos”.
El documento finaliza con un saludo “a nuestras familias de trabajadores y trabajadoras, a nuestros sembradores que siguen cuidando la tierra que es vida, a nuestras mamas y papás que apuestan al futuro de sus hijos, a nuestras y nuestros jóvenes que sueñan ser felices y plenos en un mundo que parecer haber perdido el rumbo”.