La Ciudad de Rosario terminó el 2023 con un registro de casi 260 homicidios dolosos durante todo el año. Aunque la tasa de ese tipo de homicidios quintuplica a la nacional, la cifra total de 2023 es levemente menor a la registrada en 2022, cuando se cometieron 287 asesinatos en todo el año. Los números se desprenden de las estadísticas que elabora y publica periódicamente el Observatorio de Seguridad Pública (OSP) de Santa Fe, que también arrojaron que el 76 por ciento de los homicidios dolosos ocurrieron en la vía pública y sólo el 6 por ciento fueron en ocasión de robo.

259 es la cantidad de asesinatos que recabó durante los doce meses de 2023 el OSP, dependiente de la gobernación provincial. Son 28 casos menos que en el 2022, una cifra que, si bien es menor a la del año pasado, resulta más alta que la de los anteriores períodos registrados desde 2014 hasta hoy. El último informe de 2023 publicado por el Observatorio, revela que el 65 por ciento de los homicidios ocurridos en el departamento Rosario corresponden a la categoría "economías ilegales / organización criminal".

Es el modo en que el organismo público etiqueta los asesinatos que tienen como contexto la violencia narcocriminal por disputas entre bandas, por venganzas personales asociadas a esas tramas ilícitas o por el empleo de la "violencia identitaria", aquella que se ejerce no de modo "instrumental" -- para eliminar a un adversario, por ejemplo-- sino con el fin de acumular "prestigio" y poder en el universo delictivo.

Los homicidios en ocasión de robo representan en la ciudad más poblada de Santa Fe sólo el 6 por ciento del total, un porcentaje apenas  superior que el reportado en 2022, cuando fue del 4,8 por ciento. Según el informe estadístico, en tanto, el 72,1 por ciento de los crímenes de este año tuvieron "planificación previa", guarismo similar al de los últimos cuatro años, cuando osciló entre el 74 y el 77 por ciento del total de asesinatos registrados en el departamento. 

Otro dato relevante del documento de las estadísticas del Observatorio es que en casi la mitad de los homicidios de 2023, el 48,9 por ciento, existió "mandato o pacto previo" a la comisión del delito, según las investigaciones. El año anterior, en cambio, ese porcentaje había sido del 52,1 por ciento. 

Esa característica del uso de la violencia en Rosario circunscribe en parte el fenómeno a las disputas entre múltiples organizaciones narcocriminales barriales --muy violentas pero de menor envergadura--, aunque en muchas ocasiones asociadas como células o grupos satélites de las bandas más importantes, como "Los Monos" o la que lidera Esteban Alvarado.

Aunque el informe del Observatorio no contempla la medición de ese dato, una porción nada desdeñable de los asesinatos perpetrados en Rosario son instigados, organizados y planificados desde las cárceles, donde están detenidos los cabecillas de varias organizaciones criminales.

Los datos del OSP también aparecen desagregados por el lugar en que fueron cometidos los asesinatos y las características de las víctimas. En los diez primeros meses de 2023, expone el Observatorio, el 76 por ciento de los asesinatos ocurrió en la vía pública, mientras que el 84 por ciento fueron cometidos con armas de fuego

La mayor parte de las víctimas del total de crímenes cometidos en 2023, por su parte, fueron jóvenes de entre 20 y 34 años, con el 44,5 por ciento, y el 81 por ciento de los asesinados fueron varones. Con oscilaciones mínimas en cada año, esos guarismos permanecen más o menos inalterables en la última década. 

Si bien el informe final de 2023 de homicidios aún no fue publicado por el gobierno provincial, la tasa de asesinatos cada 100 mil habitantes - que es el modo en que se mide internacionalmente- estará cerca de los 22 casos sobre ese cantidad de población en el departamento Rosario.

La tasa está muy por encima del nivel de homicidios a nivel nacional. El año pasado, el guarismo arrojó que hubo 4,2 asesinatos por cada 100 mil habitantes en el país. El número rosarino quintuplica al nacional y revela la singularidad del fenómeno local. En tanto, otros indicadores que mide el informe anual del OSP sobre la violencia altamente lesiva, muestran su permanencia en el tiempo.

El gobierno santafesino de Maximiliano Pullaro tomó medidas que apuntan a restaurar los pabellones carcelarios destinados a presos de alto perfil, buscando reducir la operación de los jefes narcos arrestados, y dispuso el traslado de presos de comisarías a unidades penitenciarias. También puso en marcha los inhibidores de señales en las cárceles.