El gobierno habilitó a partir del lunes la exportación de todos los cortes de carne bovina, sean frescos, enfriados o bien congelados, tras perder vigencia las regulaciones que oportunamente había establecido la administración de Alberto Fernández a través del decreto 911/21, que prohibía los embarques de “cortes populares”, como asado, vacío, falda, matambre, tapa de asado, nalga y paleta, entre otros. Página/12 consultó a tres especialistas del sector para saber cómo impactará esta medida en los precios del mercado interno.
“La medida va a impactar en los precios porque ya no se van a encontrar las ofertas de los frigoríficos que están habilitados para exportar, pero tenían prohibida la venta de esos 7 cortes al exterior”, señaló a Página/12, Juan Carlos Maceira, director de la licenciatura en tecnología de los alimentos en la Universidad Nacional de Hurlingham.
-¿Hay mercado para esos cortes en el exterior? –le preguntó este diario.
-Sí, hay mercado para todo.
-Igual a las carnicerías esos cortes no llegaban porque iban a los supermercados.
-Es cierto, pero al consumidor de esas carnicerías le va a impactar igual porque antes esas carnicerías no podían subir demasiado el precio de esos cortes porque el supermercado los vendía más baratos. Ahora esa competencia no va a estar. –remarca Maceira.
En 2023 se exportaron 920.000 toneladas de carne por un valor cercado a los 2700 millones de dólares. Mario Ravettino, presidente del Consorcio de Exportadores ABC, aseguró que la habilitación para exportar los 7 cortes que estaban prohibidos sumaría un 8,7 por ciento adicional. "Podrían significar 80.000 de las 920.000 toneladas", señaló.
“En el mercado interno actualmente se consumen unos 50 kilos anuales por persona. Vamos a ir a un mercado de unos 44 kilos por persona y lo demás se va a exportar. La demanda interna bajaría de 2,4 a 2 millones de toneladas (equivalente res con hueso), lo que jugaría en contra de los frigoríficos consumeros (entre 320-350 establecimientos que no pueden exportar). No obstante, los exportadores que hoy venden afuera unas 950 mil toneladas podrían absorber la faena que deberían dejar los consumeros para aumentar la exportación a 1,350 millones de toneladas. Son unas 400 mil toneladas que se dejarían de consumir en el país”, agrega Maceira.
Alberto Williams, presidente de la Asociación de Propietarios de Carnicerías de CABA, coincidió con ese diagnóstico, pues afirmó que el consumo de carne se contrajo fuerte en las últimas semanas. “La caída en algunos casos llega al 30 por ciento. Nunca vi una contracción igual en los años que llevó como carnicero”, aseguró a Página/12.
Maceira prevé que los precios van a seguir al alza en 2024, por lo menos al ritmo de la devaluación y la inflación general, aunque probablemente por encima debido a la mayor participación de la exportación en el total producido. En 2023 el 72 por ciento de la producción fue al mercado interno y el 28 por ciento a la exportación, mientras que este año, según su estimación y si la producción de carne se mantiene estable, el 62 por ciento se consumiría en el mercado externo y el 38 por ciento se exportaría.
El ingeniero agrónomo Javier Preciado Patiño, director de RIA Consultores, relativizó ante este diario el impacto que va a tener en los precios la liberación de los 7 cortes preferidos. “El consumo más grande de los argentinos es en las carnicerías y de un animal, como es el novillito, que masivamente no se exporta. En ese caso lo que más impacta en los precios es el tipo de cambio porque la hacienda siempre suele estar en torno a los 2 dólares”, remarcó. Luego agregó que “otro factor que podría impactar es una eventual caída de la faena. Entonces aumentaría la presión entre la exportación y el mercado interno”.