Se pueden rastrear conexiones históricas entre los pueblos palestino y sudafricano en su experiencia de lucha contra el colonialismo y el intervencionismo europeo y sus movimientos de liberación nacional. El proceso de la Organización de Liberación Palestina (OLP) apoyó simbólica, material y sistemáticamente la liberación del pueblo sudafricano contra el régimen racista del apartheid y lo propio hicieron los sudafricanos con sus pares palestinos una vez desmantelado dicho régimen. Nelson Mandela, como el preso político más famoso del mundo, como premio Nobel de la Paz y como presidente en ejercicio de la república de Sudáfrica, militó activamente por la causa palestina y por un proceso de paz que fuese justo para palestinos e israelíes. Se pronunció en múltiples ocasiones en distintos ámbitos de las Naciones Unidas solicitando que el organismo se involucrara con mayor voluntad en la situación; incluso se ofreció a finales de los años 90 como mediador del conflicto, aunque esto finalmente no prosperó.
La alianza entre las luchas de Sudáfrica y Palestina sigue viva a través de la Fundación Nelson Mandela y también a través de los descendientes de Madiba. Zwelivelile Mandela, nieto de Mandela, jefe de la Casa Real de Mandela (RHoM) y Consejo Tradicional de Mvezo, embajador de la Campaña Global por el Regreso a Palestina y miembro del parlamento sudafricano, lo expresa de este modo:
“El colonialismo, la ocupación y el apartheid estuvieron mal en Sudáfrica, y también están mal en la Palestina ocupada. Hacemos un llamado a la comunidad internacional para que demuestre solidaridad con el pueblo palestino y abogue por su derecho a resistir y defender sus derechos, vidas y medios de subsistencia”
Para Zwelivelile Mandela las políticas del gobierno israelí hacia la población palestina guardan relación con la Sudáfrica del apartheid:
“El pueblo de Sudáfrica luchó contra 350 años de colonialismo, pero nos liberamos de la brutalidad de seis décadas de la Sudáfrica del Apartheid. Los pueblos de América Latina lucharon contra siglos de ocupación y décadas de imperialismo estadounidense, triunfando finalmente. Su libertad también llegará. El mundo está en shock mientras el Israel del Apartheid, destruye Gaza y comete atroces crímenes contra la humanidad, contra civiles inocentes cuyo único crimen es ser palestinos que libran una guerra de resistencia contra la ocupación.”
Por su parte, la Fundación Nelson Mandela a través de su director ejecutivo Verne Harris, rescata la relación histórica entre el pueblo de Palestina y el de Sudáfrica y condena la política de asentamiento que lleva a cabo el gobierno del Estado de Israel en el documento titulado “Nelson Mandela, luchas palestinas y descolonización”:
“Cronológicamente las luchas del pueblo sudafricano han sido paralelas a las luchas palestinas. Estas luchas, en diferentes partes del mundo y en contextos históricos y de tipo muy diferentes, mostraron, no obstante, poderosas resonancias. Y, por supuesto, encontrarían solidaridad entre sí. Como ha señalado Mahmood Mamdani, tanto el Estado de apartheid de Sudáfrica como el Estado de Israel se entienden mejor como lo que él llama “naciones-estado de colonialismo de asentamiento”, donde la nación elegida (los colonos) disfrutan de ciudadanía plena, y los pueblos y formaciones indígenas se convierten en minorías permanentes. La lógica colonial de las "reservas nativas" y la lógica del apartheid del "desarrollo separado" y la "autodeterminación" utilizan una quimera de soberanía para enmascarar procesos de exclusión y minorización. Ni en el caso sudafricano ni en el caso israelí los atributos de un Estado democrático moderno pueden ocultar los atributos fundamentales de una entidad política colonial. Las luchas sudafricanas por la libertad y las luchas palestinas por la libertad son esencialmente luchas por la descolonización.”
El pasado 29 de diciembre, el gobierno de Sudáfrica a través del Departamento de Relaciones Internacionales y Cooperación, presentó una demanda contra el Estado de Israel en la Corte Internacional de Justicia por incumplimiento de sus obligaciones establecidas en la Convención sobre el Genocidio de 1948. Al respecto, Mandela nieto sostuvo:
“Esta acción formaliza un cargo de genocidio según la Convención sobre Genocidio de la CIJ. El mundo entero ha sido testigo de la extrema brutalidad y deshumanización del pueblo palestino (...). Esta acción representa un hito tan importante en la lucha palestina, como lo fue la declaración del apartheid como un crimen contra la humanidad en nuestra propia lucha en Sudáfrica”.