Gol de media cancha
Enero en Buenos Aires es suficiente excusa para buscar restaurantes que ofrezcan más que una comida, que sean paseos o descubrimientos, que cuenten una historia. De eso se trata Banda, más aún para aquellos que sean amantes del futbol. Abierto hace cuatro meses con bombos, platillos y parafernalia mediática, Banda está dentro del Monumental (la cancha de River Plate), con vista directa del reluciente césped del campo de juego, una situación única en la ciudad porteña: un lugar donde es posible comer e imaginar los goles pasados y futuros, junto con las leyendas de un equipo con más de cien años de vida.
Banda es de libre acceso, con puerta y ascensor independiente, directo a la calle. El restaurante nació ecléctico, con mirada ambiciosa (tal vez más de lo que puede cumplir); de a poco va encontrando su forma y destino. A tono con lo que sucede en algunos estadios del mundo (como el Bernabeu de Madrid), acá la idea no es caer en el arquetipo de los sabores futboleros (choripanes y sus varios etcéteras) sino ir más allá, convertirse en una opción gastronómica capaz de competir con tendencias palermitanas y similares. Hay burrata con jamón serrano ($8900) entre las entradas, emapandas fritas de ojo de bife ($3400 las dos unidades), buñuelos de espinaca ($5900) y tortilla de papas ($7800), entre otros. De la parrilla sale chorizo de cerdo a $2900, mollejas a $8100, un T-Bone de 500 gramos a $18000. Un best seller de la casa es la milanesa de bife de chorizo con lingüini con crema ($10.800), también las costillas de cerdo con barbacoa ($15300). Incluso hay un grandilocuente capítulo dedicado al sushi, con nigiri trufado de salmón ($8500) o rolls como el centenario (langostino rebozado, queso, palta y salsa huancaína, $10100). Dato bienvenido: hay menús para chicos rondando los $5500.
El lugar es bonito, con la cancha de un lado y una buena barra de cócteles del otro, de donde sale por ejemplo un muy buen El Pity Martini, reversión de un Dry Martini con gin, jerez, olivas negras y morrones en conserva ($4200). Pura elegancia futbolera.
Banda queda en Av. Pres. Figueroa Alcorta 7597. Horario de atención: todos los días de 9 al cierre (ofrecen también desayuno y merienda). Cierran los días de partido. Instagram: @banda.river.
Glamour porteño
El lugar es imponente, parte de una Buenos Aires aristocrática, una ciudad que soñaba con ser París y Londres al mismo tiempo. The New Brighton ocupa un local nacido en 1908, primero como una elegante sastrería (The Brighton, donde se vestían políticos, empresarios y ricachones). Incluso, cuentan, en 1935 estuvo allí el duque Eduardo de Windsor (quien luego fue Rey de Inglaterra), quien dejó como obsequio dos piezas que siguen exhibidas en una pared al fondo del local, representando las tres plumas del emblema de Gales.
Recién en 1976 esta sastrería cerró sus puertas para abrir dos años más tarde como restaurante, comandado por el Gato Dumas: ahí se llamó Clark’s. En 2002, crisis mediante, nuevamente bajaron la persiana; el local estuvo abandonado hasta 2007, cuando renació con su nombre actual.
The New Brighton mantiene los brillos y las mañas: la barra de con sus altos taburetes, la boiserie de cedro, el parqué resplandeciente, los espejos y biselados, los vitrales, un piano que suena por las noches. Tan sólo tomar un cortado ahí dentro es mucho más que tomar un café: una experiencia que no hay que dejar solo para turistas.
Abierto todo el día, la carta deambula por tradiciones y una idea de elegancia. Hay carpaccio de lomo a $31800 y bastones de mozzarella con salsa de tomates frescos a $10500; se suman rabas fritas a $11700 y tartar de salmón rosado con palta y remolacha ($22700). Es una carta amplia, con risottos como el de hongos ($13700), pastas como los ravioles alla Norma de calabaza, con berenjenas, cherrys y albahaca a $6000, pescados como el abadejo a la gallega con garbanzos, porotos, espinacas y papas al natural ($27200), también costillas de cerdo a la riojana ($17300), parrilla (bondiola a $12700, medio ojo de bife a $14500) o una especialidad de la casa, el lomo Brighton envuelto en masa de hojaldre que sale con papa duquesa, salsa de champiñones y panceta, todo por $32800.
Vinos de bodegas tradicionales, mozos de oficio y dos salones que se extienden al infinito: tanto por lo grande del espacio como por el tiempo que tiene a sus espaldas.
The New Brighton queda en Sarmiento 645. Horario de atención: lunes a viernes de 8 a 24. WhatsApp: 11-5914-3425. Instagram: @brightonbuenosaires.
Comiendo en La Rural
Como uno de los principales predios feriales de la ciudad, y con enorme simbolismo cimentado en memorables actos políticos, gran parte de los argentinos han traspasado alguna vez las puertas de La Rural, sea para un muestra artística, para una feria gastronómica o para la tan tradicional exposición de ganadería que es marca registrada del calendario porteño. Allí, en uno de los bordes del predio, acaba de abrir Barreto, nueva parrilla con asador incluido y vista abierta armada en una suerte de quincho de lujo. Con estacionamiento propio y gratuito –muy bienvenido en un barrio como Palermo– Barreto promete convertirse en un espacio oculto pero conocido, lejos de la calle y de fácil acceso.
Por suerte, no se trata solo de ubicación: las carnes que ofrece son muy buenas, con precios que no desentonan con el promedio de la zona. Es una carta clásica, con mucho para elegir. Hay charcutería de pequeños productores (bondiola, salame, porcheta, mortadela) y quesos como brie, pepato, cuartirolo. De los fuegos sale una muy rica molleja ($9600), chorizo a $3400, provoleta con vegetales al rescoldo por $6100. Las ensaladas son para compartir, como la de corazones de lechuga con queso azul y garrapiñada de frutos secos ($6200), las papas fritas salen crocantes ($3300). Entre las carnes hay cortes conocidos y alguna sorpresa: el flat iron (la punta de la paleta) sale al punto pedido ($16100); hay asado de tira de 800 gramos a $18200 y bife de chorizo a $15400, entre otros. Se suman platos de cocina (pastel de papa a $7700, ravioles de verdura a $7500, milanesa de bife de chorizo a $14200), pero la especialidad son las brasas. De postre gana el vigilante con queso artesanal y membrillo casero, combinación perfecta que se consigue por $4800. La carta de vinos tiene algunas bodegas grandes y otras medianas, arrancando en los $8400.
Pensar en La Rural es pensar en esos novillos que desfilan en busca de su cucarda. Esos mismos novillos que, con suerte, luego irán al asador.
Barreto queda en Juncal 4431. Horario de atención: todos los días de 12 a 24. Instagram: @barreto_larural.