Se ha visto, por estos días, a periodistas e historiadores tratando de explicar y justificar, el extravagante e inconstitucional DNU, que dictó el Presidente de la República, apelando a una serie de datos estadísticos para justificar su dictación. Como si la política fuera una ciencia exacta que puede prescindir del contexto para su interpretación, estudio y ejecución. Nadie puede despreciar las matemáticas, ni las estadísticas, ni las encuestas, pero son auxiliares (solo eso) del análisis, no valores absolutos; puestas, solas, en el centro de escena, sin contexto no pueden darnos un diagnóstico certero. Así ayudan más a la confusión que a la comprensión del momento.
Los DNU son regulados por la constitución reformada en 1994, otro fruto del nefasto Pacto de Olivos. Según, la ONG chequeado fue: CFK la que menos DNU firmó:78 en 2921, (0,03) por días de gobierno; Macri usó: 78 en 1461 días es decir (0,05 por día), y Menem fue el Pte. que más días habitó la Rosada y dictó 195 (0,05 por día). Alberto Fernández utilizó 177; en la Pandemia del 2020 usó 76 eso le da un promedio de 0,12 por día. Néstor dictó 236 en 1660 días es decir un promedio de 0,14 por día. El razonamiento sería: todos los usaron, empezando por Néstor Kirchner el que más lo empleo, así que a no quejarse y bancarse el DNU de Milei.
Suman, restan y dividen DNU, como si fueran “cosas” uniformes, sin diseccionarlos para su examen, comparan peras con manzanas, sin ruborizarse; y lo sirven en la bandeja radiofónica o en el set televisivos como una verdad revelada intocable, Sin el para qué, ni qué estaba sucediendo, ni a quién beneficia: no es análisis, es operación.
No puede ponerse en un mismo plano el DNU de Milei, notoriamente inconstitucional, que modifica 360 leyes estructurales con el que declaró la emergencia sanitaria en la pandemia, o el DNU que se firmó para prohibir el corte de servicios esenciales u otro DNU como el que postergó el cierre de cuentas bancarias por cheques rechazados. ¿Les parece que son comparables?
Aplican el mismo método estadístico para las cuestiones gremiales, y enseguida sacan a relucir los 13 paros de Ubaldini a Alfonsín y empiezan contar y comparar con los que le hicieron a los otros presidentes. Los contabilizan como si fueran caramelos de un mismo gusto. ¡Pero no se toman el mínimo trabajo de contextualizar el momento histórico! Las matemáticas reemplazan el análisis.
Alfonsín metió un giro de 180 grados en su política, previo acuerdo con el FMI y un desembolso de este por 3000 millones de dólares. Saco un DNU, el 1096/85 con el cual implementó el Plan Austral, cambio de signo monetario y hubo un fuerte deterioro de la calidad de vida y del salario. Ubaldini fue el primer dirigente gremial de la CGT que enfrentó el ajuste neoliberal en las calles, con paros y movilizaciones ¡No sé qué pretenden!, que les destruyan el salario, las obras sociales y las posibilidades de vivir dignamente y no luchen. Lo bueno, sería que el peronismo no se sume alegremente al olvido (exprofeso) de Ubaldini y reivindique su lucha. Necesitamos más de Ubaldini y menos Alfonsín, sin menoscabar su aporte a la democracia. Tampoco se pueden poner en un mismo plano los paros en defensa del salario y jubilaciones que se le hicieron a Macri, con los que Moyano le hizo a CFK porque los trabajadores ganaban mucho y tenían que pagar impuesto a los altos ingresos. No se puede hacer promedio con esas dos realidades.
La ex gobernadora Vidal, la que le explotaban y cerraba las escuelas, ninguneó las paritarias docentes, la de que los pobres no llegan a las universidades, la que convocó a voluntarios para romper huelgas y perseguía dirigentes gremiales docentes, se queja porque le hacían paros a ella y a Kicillof no. ¡Más cínica no se consigue! …Kicillof abre escuelas, apoya universidades y las vincula con el interior profundo bonaerense, mejora salarios, abre paritarias, e hizo la mayor inversión en Educación Pública de los últimos 40 años de democracia… ¿por qué le van hacer paros? No hay matemática posible que permita encapsular estas dos realidades tan disímiles en una estadística común. Es cómo analizar la vida de las ballenas prescindiendo del mar y del agua.
¿Por qué el campo le hace paro solo a los gobiernos populares? Milei-Caputo-Vilella les subieron las retenciones y piden superpoderes, dos cuestiones que encabezan todos los pliegos de demandas, de la Mesa de Enlace, a los gobiernos peronistas. Pero ahora no abren la boca, porque se sienten parte del gobierno. Si la CGT defiende un gobierno que siente propio está mal, si lo hace el “campo”, no. ¡Eso es política! …que los resúmenes estadígrafos no pueden explicar.
El análisis político-gremial no puede ser reemplazado por las estadísticas o por matemáticas, por más Big Data que exista, son meros auxiliares. Un paro se propone sobre la base de condiciones objetivas del momento y a partir de cómo afecta el bolsillo de los sectores que se pretende representar. Si no te van hacer creer que es lo mismo “Juana que la hermana” o Vidal que Kicillof
Tampoco el análisis se puede hacer sobre la base de tapas de diarios que, parafraseando a Belgrano “son partidarios de sí mismos”, ni con encuestas truchas o hechas a medida, que reproducen los medios hegemónicos. Nada reemplaza el contacto directo con la vida, es decir la realidad, y eso se hace en diálogo con el pueblo. Mao Zedong conminaba a sus militantes que 15 días al año fueran a cohabitar con los campesinos para que vieran cómo vivían los sectores populares. Es por ahí, sin duda.
Hay que salir a ver el país, pero con ojos propios, no prestados. Hay que abandonar ese pensamiento tan porteñocéntrico que nos lleva confundir la realidad del obelisco con la de la Argentina. Bienvenidos los prestigiosos y queridos intelectuales de países hermanos que nos ayudan en la reflexión: pero el debate debe partir de acá, y mirando la totalidad del país, no una parte. Es hora que se escuche a los intelectuales y militantes del interior profundo: formoseños, jujeños o neuquinos tienen mucho para decirnos Es hora que el campo nacional y popular mire hacia adentro, y escuche a la Argentina profunda. Como expresaba José Carlos Mariategui: ”Ni copia, ni calco: creación heroica”. Precisamos originalidad, fundada en la realidad que se construye en la vida cotidiana, y no en el delirio anarco capitalista o en una virtualidad edificada con matemáticas y estadística. A la compu y al obelisco hay que sumarle interior y pueblo, así, seguro, nos va ir mejor.