Con una asamblea de fin de año que reunió a lxs miembrxs fundadores, artistas invitadxs y socixs, Paraíso, el club de artes escénicas que en 2023 instauró una nueva manera de producir y de relacionarse con la audiencia, presentó la programación 2024. La iniciativa fue gestada por un dream team de talentosísimxs creadores de teatro, danza y performance de la escena local: Agustina Muñoz, Alfredo Staffolani, Aliana Álvarez Pacheco, Ariel Farace, Bárbara Hang, Cynthia Edul, Ignacio Sánchez Mestre, Lorena Vega, Pilar Gamboa, Romina Paula y Silvia Gómez Giusto, junto a las gestoras culturales María La Greca y Giuliana Migale Rocco.

Este seleccionado cerró el primer año con un encuentro en diciembre pasado en el Club Cultural Que Tren, ubicado en el Bajo Belgrano. Fue una nueva instancia para la reflexión colectiva, para hacer un balance, para compartir actividades performáticas y dar a conocer la próxima temporada. Y también para celebrar, soplar las velitas por el primer año en el que Paraíso reunió 500 socixs y bailar. Se respiró un clima hermoso de comunidad, de intereses compartidos, de comunicación directa entre creadores y público, de diálogo. Algo valiosísimo en todo momento y hoy más que nunca.

Paraíso funciona a través de un sistema de membresías que arrancó siendo mensual o anual, y que en su segundo año se diversifica. Se suman la membresía joven para menores de 25 años, membresía dupla (que habilita a dos entradas por mes), amigo, gran amigo y mecenas. Todas habilitan al socix a asistir cada mes a un estreno de un artista del colectivo o de un artista invitadx, transformándose así en productor de la obra. Ser socix también permite acceder a una serie de actividades como un desmontaje para analizar el espectáculo junto a lxs artistas involucradxs en él, a experiencias culturales situadas, a descuentos en cursos y talleres de dramaturgia, dirección, escritura y actuación; además de recibir un objeto de edición limitada que el artista ideó en relación a su obra estrenada, y de un boletín online de reflexiones y recomendaciones.

“Con la nueva programación queremos compartir diferentes experiencias escénicas con lxs socixs. Trazamos un recorrido por obras que se apoyan más fuertemente en el texto, la actuación y la narración, obras coreográficas, obras que experimentan con los formatos y los medios, y que transitan la biografía, la amistad, el documental, la memoria y el archivo, la pérdida, el futuro, la atención y el cuidado, la realidad y la virtualidad, el orden, el caos y la acción común. La programación expresa nuestras preguntas, nuestros deseos para encontrar nuevos modos de habitar el presente”, dijo la dramaturga Cynthia Edul, alma-mater de Paraíso.

Para partir, estreno de Ignacio Sánchez Mestre en septiembre.

El primer estreno en enero es Jardín sonoro, de Aliana Álvarez Pacheco y Florencia Lavalle. Es una instalación performática que interviene el Jardín Botánico de la Ciudad de Buenos Aires con un cruce entre teatro, literatura y nuevas tecnologías. Reúne a dramaturgas, directores y actrices que a partir de relatos orales establecen una relación personal con la naturaleza. En febrero llega Breve enciclopedia sobre la amistad, la celebrada creación del grupo invitado de exploración escénica BESA y su director Tomás Masariche, definida por el mismo colectivo como “la puesta en escena del naufragio de un relato”. Esta delirante pieza  combina música en vivo, danza, actuación, una narración no lineal y mucha diversión. Marzo traerá Testosterona, estreno de Lorena Vega y el periodista y escritor Cristian Alarcón. Es “una performance sobre masculinidades, cuerpo e identidad, basada en una investigación sobre casos de ‘conversión de la homosexualidad’ “, según adelantaron en la presentación. El germen de este proyecto fue el testimonio en primera persona de Alarcón, director de Revista Anfibia, que por primera vez reconstruye esa parte de su historia personal.

En abril se conocerá La memoria futura: Las voces de las Abuelas, de Luciana Mastromauro, artista invitada que va a presentar una pieza performática con cuatro recorridos que sucederán al mismo tiempo en el Parque de la Memoria, un espacio al aire libre rodeado de verde y río. Cada participante seguirá un trayecto guiado por dos actrices, portadoras, cada una de ellas, de una voz y un relato. Las historias de vida que se escucharán pertenecen a mujeres cuyxs nietxs fueron robadxs durante la última dictadura militar. Al mes siguiente llegará La gravedad del encuentro, una creación colectiva de Alina Marinelli, Mariana Montepagano, Margarita Molfino, Bárbara Hang y 45 Piedras, que trabaja sobre la asociación entre cuerpos humanxs y no humanxs. Según anunciaron, cuerpos, piedras, suelo, roces, golpes y polvo se van a articular en una colaboración que permite suspender lo que se cree estable y construir un modo en común basado en el cuidado.

En junio será el turno de la creación de otro artista invitado: Gustavo Tarrío, un creador que nunca se queda cómodo en un lugar, que experimenta cruzando el teatro con el cine, la música en vivo, la danza, la biografía, y que seguramente sorprenderá con una nueva obra aún sin título. En julio lo hará Lucía Seles, una artista que también renueva la escena local con un lenguaje potente, poético, difícil de asociar con algún género o tradición. A su vez, el dramaturgo y director Ariel Farace, unx de lxs miembrxs fundadores de Paraíso, va a presentar una nueva obra en agosto. Según adelantaron, “frente a un nuevo contexto social y político, los personajes de Farace volverán a poner el cuerpo, las palabras y los gestos a preguntas sobre la existencia y sobre las formas de hacer comunidad”.

Para partir se titula el estreno de otrx miembrx fundadxr, Ignacio Sánchez Mestre, que en septiembre va a abordar el dolor, el duelo, la despedida y el suicidio. En octubre se verá Cómo las cosas llegaron aquí, una propuesta del coreógrafo y performer invitado Iván Haidar sobre la imagen y la memoria en la que se superponen un hecho del pasado y el presente que lo atestigua. El último estreno del año, en noviembre, será Arcadia de las coreógrafas y bailarinas Ana Laura Lozza y Bárbara Hang. En ella, cuatro intérpretes van a interactuar con diversos objetos y materiales en un escenario en permanente creación y destrucción donde se mezclan el azar, la arbitrariedad de las decisiones, las distancias entre lo que desea cada unx y lo que desean lxs otrxs, las ideas de orden y caos de la sociedad. El año cerrará en diciembre con una nueva Asamblea, la reunión anual de socixs, miembrxs fundadores y artistas para seguir compartiendo y discutiendo las maneras de potenciar este verdadero Paraíso de las artes vivas.

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