En estado de alerta. Luego de un 2023 con récord de público y números prometedores, el teatro se prepara para transitar una temporada atravesada, por un lado, por una caída acelerada del consumo y, por el otro, por el anuncio de políticas que significan la eliminación de instituciones vitales para la cultura como el Instituto Nacional del Teatro y el Fondo Nacional de las Artes. Con el doble desafío de hacerle frente a esas problemáticas, las artes escénicas redoblan la apuesta con una cartelera donde predominan las reposiciones y algunas novedades.

“Después de un gran año, la planificación es ambiciosa e interesante”, sostiene en diálogo con Página/12 Sebastián Blutrach, productor teatral, propietario de El Picadero y presidente de la Asociación Argentina de Empresarios Teatrales (AADET). “Si las nuevas medidas frenan la economía, como suponemos que sucederá, y se restringen gastos en cultura y entretenimiento, como suele pasar, ahí evaluaremos cómo cada uno sale con políticas de precios y promociones. Pero ante tanta incertidumbre, por ahora cautela y cierta preocupación por lo que viene”.

En esa línea, y con casi 50 años de trayectoria como empresario teatral, Carlos Rottemberg emprendió una campaña con “precios amigables” con la premisa de que “el teatro no sea una variable de ajuste para el espectador”. La coyuntura no lo toma por sorpresa. “Ya me ha pasado sortear crisis perforando a la baja el valor del boleto contra la inflación o contra los precios relativos de otros insumos o actividades. Y por eso establecimos que los teatros de Mar del Plata mantengan para enero sus entradas más caras entre ocho mil y doce mil pesos, valores que se mantienen desde octubre”, señala el productor. Mientras todo aumenta, el teatro comercial cuida el bolsillo. “La decisión luego de las últimas medidas es no modificar los precios, intentando llegar a la mayor masa crítica de público”, añade Rottemberg.

Aun así, el teatro se reinventa y ofrece una cartelera más que amplia. En la calle Corrientes abundan las reposiciones pero también asoman estrenos importantes. Es el caso de Made in Lanús, que regresó de la mano de Luis Brandoni como director, en el Multitabarís Comafi (Corrientes 831), y con un elenco integrado por Cecilia Dopazo, Malena Solda, Alberto Ajaka y Esteban Meloni para interpretar este clásico argentino donde se ponen en juego las fibras de la identidad nacional.

Made in Lanús, en el  Multitabarís Comafi

El 17 de enero, tendrá lugar otro de los estrenos más esperados: El corazón del daño, unipersonal que significa la vuelta de Marilú Marini a la cartelera local por únicas ocho semanas en el Teatro Picadero (Enrique Santos Discépolo 1857). La reconocida actriz, que estará dirigida por Alejandro Tantanian, se pondrá al frente de esta adaptación de la novela homónima de María Negroni, en la cual se pone la lupa en las relaciones materno-filiales.

Con una temática similar, el 10 de enero debuta La fuerza del cariño, en el Multiteatro Comafi (Corrientes 1283), que volverá a reunir a Soledad Silveyra y a Osvaldo Laport, y un equipo actoral que se completa con Julieta Ortega, Dolores Ocampo y Damián Iglesias, y la dirección de Corina Fiorillo, para contar una historia sobre el vínculo especial de una madre con su hija.

En clave de comedia, se presenta Porteñas, multipremiada obra que regresa al Teatro Astral (Corrientes 1639), bajo la dirección de Manuel González Gil. Protagonizada por Julia Calvo, Cecilia Milone, Andrea Politti, Romina Richi y Micaela Riera, la obra reúne a cinco mujeres que buscarán coincidir a pesar de las diferencias. También con humor, y algo de suspenso, puede verse en el Multitabarís Comafi Escape room, una obra que pondrá a prueba a dos parejas interpretadas por Benjamín Rojas, Sofía Morandi, Brenda Gandini y Gonzalo Suárez.

Y con otro tipo de propuesta, los jueves de febrero en el Astros (Corrientes 746) se presentará el periodista y escritor Cristian Alarcón, que estará dirigido por Lorena Vega en Testosterona, una performance sobre el cuerpo, la masculinidad y el trauma.

En el Paseo La Plaza (Corrientes 1660), habrá novedades en marzo. Allí se estrenará Reverso, escrita y dirigida por Matías Feldman y con Carla Peterson, Marco Antonio Caponi y Nicolás García Hume como protagonistas en esta obra que hablar sobre el metaverso, las nuevas tecnologías y los duelos. Pero también el mismo mes llegará lo que promete ser uno de los estrenos del año: Mejor no decirlo, que unirá por primera vez a Mercedes Morán con Imanol Arias. Con texto de la francesa Salomé Lelouch y dirección de Claudio Tolcachir, la dupla abordará la crisis de una pareja aparentemente consolidada.

Los reestrenos, como en cada temporada, también son de la partida. En El Picadero se podrán ver nuevamente La última sesión de Freud; Después del ensayo; Nada que no quieras y El loco y la camisa. Y, con esa impronta de ofrecer alternativas de calidad, el Metropolitan (Corrientes 1343) repondrá en enero nuevas funciones de Habitación Macbeth; Fuck me; Votemos; Radojka y Salvajada, entre otras. Y en febrero, se sumarán Las cautivas; Tarascones; Othelo y Petróleo.

El musical tendrá sus propios platos fuertes. Entre los reestrenos, figura Piaf, el exitoso musical protagonizado por Elena Roger, que el pasado 3 de enero volvió al Teatro Liceo (Rivadavia 1499) por únicas 9 semanas, y anuncia su despedida definitiva para el 3 de marzo. Desde el 11 de enero, también vuelve al escenario del Lola Membrives Tootsie, con Nico Vázquez y gran elenco. Además, y después de su éxito de público, desde el 12 de enero regresan Matilda, al Gran Rex (Corrientes 857) y Querido Evan al Teatro Maipo (Esmeralda 443).

Pensada para toda la familia, la novedad la aporta Disney con La caja mágica, un espectáculo que se podrá disfrutar desde el 11 de enero en el Ópera (Corrientes 860). La puesta promete una aventura teatral que combina esculturas animadas, vestuarios elaborados y proyecciones de animaciones clásicas.

El pasado miércoles 27 de diciembre, la comunidad artística se conmocionó con la noticia del envío de una Ley Ómnibus, que propone, entre otras medidas regresivas, la derogación de la Ley Nacional del Teatro (24.800) con la consecuente desaparición del Instituto Nacional del Teatro (INT), junto a la Ley de No Demoliciones de Salas (14.800). Fundamentales ambas leyes para el fomento, desarrollo y protección del sector, su eliminación implicaría un daño irreparable. Según un comunicado difundido por el propio INT, la aprobación de la medida aniquilaría la actividad teatral independiente argentina.

“Estamos en alerta permanente”, afirma Gonzalo Pérez, presidente de la Asociación Argentina del Teatro Independiente (ARTEI). “El INT es una institución que se caracteriza por su transparencia, su pluralismo y su eficacia en generar teatro en todo el país. Por eso, cuando supimos del intento de derogación, nos organizamos junto con otros sectores e hicimos un abrazo al Fondo Nacional de las Artes y una caminata hasta el INT. Actualmente, seguimos en ese trabajo de coordinar otras acciones y estamos contactando a legisladores y legisladoras que puedan estar en duda, para visibilizar la problemática y que no cometan un genocidio cultural votando esta desaparición del INT y la derogación de la Ley Nacional del Teatro, que es una conquista histórica del sector teatral independiente que atravesó como política de Estado a los más diversos gobiernos”.

En el circuito alternativo existe, además, otro problema como el de la emergencia habitacional, según apunta Pérez. “El contexto es muy difícil. Ya durante el año pasado vimos cómo crecía la problemática que tiene que ver con los alquileres de los espacios, que se hacen con contratos comerciales y en muchos casos empezaron a ser en dólares. Esa situación se va a agudizar y, lamentablemente, van a quedar salas en el camino. Sumado a eso, y dado que el público tiene menos dinero, no podemos aumentar las entradas al ritmo de la inflación. Por lo tanto, aunque haya salas que estén bien de público, los ingresos no alcanzarán para el mantenimiento de los espacios. Ya veníamos mal, y se está viendo con mucha preocupación el futuro. ARTEI siempre estuvo en la pelea, y vamos a hacer todo lo posible para que el teatro independiente pueda atravesar esta crisis”.

Pero el off resiste, y su programación da cuenta de eso. En la sala Caras y Caretas (Sarmiento 2037), podrán verse durante los viernes y sábados de febrero dos obras de Tamara Tenenbaum: Una casa llena de agua, con dirección de Andrea Garrote y la actuación de Violeta Urtizberea, y Las Moiras, con Analía Couceyro, Luciana Mastromauro, Florencia Piterman y Fiamma Carranza Macchi, y dirección de Mariana Chaud. Y más adelante, en marzo, podrán verse Tamorto, pieza que lleva 11 años en cartel, y Modelo vivo muerto, de la compañía teatral Los Bla Bla.

Una casa llena de agua, en la sala Caras y Caretas

En la emblemática sala de Boedo, Timbre 4 (México 3554), el 15 de febrero se estrenará Rabia, una adaptación de la novela de Sergio Bizzio, interpretada por Claudio Tolcachir. Allí, el actor y director teatral se embarca en un monólogo que es una espiral claustrofóbica y de violencia latente. A su vez, y como ya es habitual, se realizará el clásico festival de verano Temporada Alta en Buenos Aires del 2 al 11 de febrero. Como en cada edición, habrá una programación internacional, acompañada de obras locales, y se sumará el reconocido Torneo de Dramaturgia y espacios de conversación sobre las disciplinas que integran la práctica teatral.

En Nün Teatro Bar (Juan Ramírez de Velasco 419) la agenda viene cargada. El 3 de febrero se repondrá Suavecita, obra muy bien recibida por el público e interpretada por Camila Peralta, quien encarna a una madre soltera dispuesta a dar un salto de fe para mantener a su hija. Y, también con formato de unipersonal, el 13 de febrero se estrenará Si salís con vida, un “manifiesto teatral” que propone una urgente reflexión acerca de nuestra realidad, con Karina Hernández. A su vez, a partir del 2 de febrero se verá Quieto, con dirección de Francisco Lumerman y las actuaciones de Miguel Angel Rodríguez y Florencia Naftulewicz, en una historia acerca de un padre y una hija que en su reencuentro descubrirán cuánto están dispuestos a hacer por el otro.

En El Extranjero (Valentín Gómez 3378), desde el 4 de febrero se verá Compañía, de Eduardo Rovner, dirigida por Alejandra Mistral, acerca de las parejas y sus contratos afectivos. Y desde el 15 de febrero, se sumará El Malentendido, versión libre de la obra de Albert Camus reescrita por Natalia Villamil y dirigida por Mariano Stolkiner, donde se abordan los vínculos humanos con ritmo de thriller. Y a Casa Teatro Estudio (Guardia Vieja 4257) llegan, a mediados de enero, dos títulos de Martín Flores Cárdenas: No hay banda y La fuerza de la gravedad.

Por su lado, el teatro oficial, volverá con su programación en febrero con obras ya estrenadas en la temporada pasada. En el Teatro San Martín (Corrientes 1530) se repondrán Cyrano, de Edmond Rostand, con Gabriel Goity y gran elenco y Largo viaje de un día hacia la noche, de Eugene O´Neill, con Selva Alemán y Arturo Puig. Y en el Teatro Sarmiento (Sarmiento 2715) Medida por medida, de Shakespeare, con adaptación de Gabriel Chamé Buendia.

Cyrano, de Edmond Rostand, con Gabriel Goity, vuelve en febrero.

Por su parte, en el Teatro Nacional Cervantes (Libertad 815), se podrá ver nuevamente Potencia Gutiérrez, escrita y dirigida por Maruja Bustamante y protagonizada por Miranda de la Serna y, en calidad de estreno, subirá a escena La Malinche, de Cristina Escofet, y con dirección de Andrés Bazzalo, una obra que dispara interrogantes acerca de nuestra identidad.

Opciones en Mar del Plata

Mar del Plata transita su 150º temporada teatral y promete estar a la altura del aniversario con una cartelera nutrida con temáticas variadas y una política de precios amigables.

En el Teatro Bristol sube a escena La última sesión de Freud, con Luis Machín y Javier Lorenzo, y la dirección de Daniel Veronese. Y, siguiendo con las reposiciones exitosas, en el Teatro Tronador se podrá ver Lo que el río hace, el multipremiado espectáculo de las hermanas María y Paula Marull.

Con dirección de Nelson Valente, se ofrece El Beso en el Teatro Lido. Con Luciano Castro, Mercedes Funes, Luciano Cáceres y Jorgelina Aruzzi, el elenco propone una comedia moderna acerca de los vínculos. Y también con Cáceres al frente, pero en formato de unipersonal y con estética de policial, se presenta Muerde, escrita y dirigida por Francisco Lumerman, en Chauvin Teatro.

El beso, en el Teatro Lldo

Uno de los debuts más esperados es el de los hermanos Weinbaum, del programa de televisión MDQ para todo el mundo, quienes se presentan en el Teatro América con Dos piratas y un tesoro. Mientras, al Atlas vuelve, luego de una extensa gira por las principales ciudades del país, Perdida Mente, la emotiva comedia de José María Muscari, con Leonor Benedetto, Ana María Picchio, Iliana Calabró, Emilia Mazer y Mirta Wons. En el mismo escenario, actuará Mauricio Dayub, que vuelve con sus propias creaciones: El Amateur y El Equilibrista.

Y el humor, como cada año, llega de la mano de Martín Bossi, que se presenta con Bossi Live Comedy en el Teatro Mar del Plata, y de Fátima Florez que encabeza su show Fátima 100% en el Teatro Roxy.

Y en Villa Carlos Paz también

En Villa Carlos Paz se ofrecen propuestas populares para toda la familia. En este marco, una de las apuestas más grandes de Villa Carlos Paz es la de Mamma Mía!, musical protagonizado por Florencia Peña y gran elenco, con dirección de Ricky Pashkus, en el Teatro Luxor.

Las comedias están a la orden del día. En el Teatro Candilejas I, se presentan Los mosqueteros del rey, con Nicolás Cabré, Nicolas Scarpino, Fredy Villareal y Jorge Suárez. En el Teatro Candilejas II, Dos locas de remate, con Nazarena Vélez y Gladys Florimonte y la dirección de Manuel González Gil. Y en el Teatro del Lago, puede verse Misterio en la cabaña, la nueva propuesta que encabeza Pedro Alfonso, acompañado en escena por Paula Cháves, Sabrina Rojas, Pachu Peña, Rodrigo Noya, Camilo Nicolás y Michelle Masson.

Los mosqueteros del rey

 

Con otra impronta, en el Teatro Candilejas II, se estrenó Ya lo sabía, protagonizada por Santiago Camaño e Ignacio Monná bajo la dirección de Pablo Gorlero. La pieza, sólo apta para mayores de 18 años, explora temas como la homofobia, el estigma social, la venganza, los traumas humanos, entre otros.