Javier Milei emprendió la primera etapa del viaje que prevé llevarlo hoy hasta el continente antártico, lugar en el que desarrollará una apretada agenda en la que se destaca la visita a las bases "Marambia" y "Esperanza" de las Fuerzas Armadas y la puesta en marcha de un programa para el control de la contaminación, impulsado por el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).
El Jefe de Estado partió a bordo del avión oficial Tango 01 hacia Santa Cruz con una comitiva "reducida", que está integrada por la secretaria General de la presidencia, Karina Milei, la canciller Diana Mondino, el ministro de Interior, Guillermo Francos; y su colega de Defensa; Luis Petri. El mandatario fue recibido con un fuerte operativo de seguridad, que incluyó un vallado y el corte de calles en el perímetro céntrico.
Luego de pasar la noche en un hotel de la ciudad, a las 6 de la mañana, la comitiva despegaría desde la Base de la Fuerza Aérea con destino a la Base Marambio, en un vuelo que demandará cerca de tres horas y media de duración. El personal con experiencia en viajes al continente blanco siempre señala que todas los itinerarios y los horarios quedan sujetos a la exigente meteorología del lugar.
Con esa aclaración, estimaban que el primer mandatario podría arribar a las 9.30 a Marambio donde, luego de ser recibido por las autoridades, recorrerá las instalaciones. Desde allí viajará en helicóptero por cerca de 25 minutos hasta la Base Esperanza del Ejército Argentino, un escenario de características únicas ya que se trata de la única base en la que la dotación vive con sus familias, incluyendo niños que asisten a la escuela allí erigida.
Luego de recorrer la base y participar de una actividad, Milei encabezará un acto que dará inicio formal a un programa para el control de la contaminación impulsado por el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) que conduce el argentino Rafael Grossi.
Misión de la OIEA
"Es un viaje que tiene un carácter pionero porque es la primera vez que el Organismo Internacional de Energía Atómica inicia una misión de carácter científico en el continente antártico en torno a una problemática global, que es muy grave, como ocurre con la presencia de microplásticos y plásticos en general en el medio marino internacionalmente, pero en particular en la Antártida", sostuvo Grossi en diálogo con la agencia Télam.
La iniciativa de estudiar los microplásticos en la Antártida surgió de un convenio entre la OIEA y el Instituto Antártico Argentino y busca abordar el problema mundial que supone la contaminación por plásticos en los océanos, donde termina el grueso de estos desechos. El objetivo es el monitoreo de todos los mares para saber cuánto y qué tipo de plásticos hay bajo parámetros comparables y, hasta el momento, cuentan con la participación de 63 países.
La OIEA tuvo "bastante actividad en el Ártico, pero jamás en el medio antártico, y por eso yo propuse oportunamente al Gobierno argentino esta tarea, que tuvo confirmación luego de la reunión con el presidente Milei, la canciller Mondino y el ministro de Defensa", sostuvo el máximo funcionario de la OIEA.
Grossi resaltó que "nunca hubo una evaluación científica llevada a cabo por el sistema internacional de la OIEA" y admitió que "hay una grave preocupación internacional al respecto". "El año que viene va a iniciarse una negociación para un gran acuerdo internacional sobre la contaminación plástica", completó. Los microplásticos "están presentes lamentablemente en todo el medio marino internacional. Se está reciclando y eliminando el 9 por ciento de todo el plástico que se arroja en los mares", alertó y agregó que "las proyecciones que existen son que, de aquí a mediados de siglo, puede llegar a haber más microplásticos que peces en los mares".