Tras el violento terremoto que azotó el centro de Japón en Año Nuevo, y que dejó un saldo de 126 muertos hasta la fecha, los rescatistas del país nipón continúan con los rastreos entre los escombros este sábado.
Se prevé que el balance de muertos del sismo de magnitud 7,5 que golpeó la prefectura de Ishikawa el lunes siga aumentando, ya que hay más de 200 personas desaparecidas, especificaron las autoridades japonesas.
El trabajo de los socorristas fue obstaculizado por un clima desfavorecedor, y ya se pronostica que va a agravarse con la caída de nieve para el domingo. Asimismo, reportan dificultades para trabajar por los daños en las rutas, que están casi inutilizables.
La agencia de noticias AFP informó que dos ancianas fueron rescatadas con vida entre las ruinas de sus casas el jueves, pero desde entonces no hubo nuevas noticias alentadoras.
En Suzu, donde decenas de hogares quedaron en ruinas, un perro socorrista ayudaba en las labores de rescate. "Están entrenados para ladrar cuando detectan a una persona entre los escombros", explicó a la AFP Masayo Kikuchi, su adiestrador.
Las casas donde se encuentran muertos son marcadas y los socorristas esperan la llegada de un forense que pueda identificar el cuerpo junto a los familiares.
En el puerto de la ciudad se veían barcos pesqueros hundidos o regados sobre la costa por las olas del tsunami provocado por el sismo, que se teme que arrastró al menos a una persona.
Los daños son también enormes en Wajima y otras partes de la prefectura de Ishikawa, ubicada en la costa del mar de Japón. Además, fuertes réplicas sacudieron la región desde el asolador terremoto del lunes, que provocó corrimientos de tierra, un importante incendio y un tsunami con olas de más de un metro de altura.
"Estaba relajándome el día de Año Nuevo cuando empezó el terremoto. Mis parientes estaban todos allí y estábamos divirtiéndonos", relató a la AFP Hiroyuki Hamatani, de 53 años, en medio de vehículos incinerados y de postes caídos. "La casa quedó en pie pero no es habitable (...) No tengo espacio en mi mente para pensar en el futuro", añadió.
Cerca de 23.800 hogares quedaron sin electricidad en la región de Ishikawa y más de 66.400 están sin agua potable. Los cortes de agua y de energía también afectaron a hospitales e instalaciones de asistencia para personas mayores y con discapacidad.
Más de 31.400 personas se alojaron en 357 albergues y muchas comunidades siguen aisladas.
"Estamos haciendo nuestro mejor esfuerzo para llevar a cabo rescates en las ciudades aisladas (...) Sin embargo, la realidad es que el aislamiento no fue resuelto en la medida en que nos gustaría", admitió ayer el gobernador regional, Hiroshi Hase.
Japón experimenta cientos de sismos cada año. La mayoría no causan daños gracias a las estrictas normas de construcción que rigen desde hace más de cuatro décadas. En 2011, un gran terremoto submarino de magnitud 9 desencadenó un tsunami que dejó unos 18.500 muertos o desaparecidos.
El sismo causó también daños en la central nuclear de Fukushima, provocando uno de los peores desastres nucleares de la historia.