La Libertad Avanza y su insistencia por imponer la reforma laborar sin reconocer el andamiaje normativo sobre los cuales se desarrolla la política argentina parecen teñir de obsoleto todos los acuerdos establecidos y dejaron sus propuestas en el eje de la discusión. En medio de ese torbellino, en la provincia de Buenos Aires, el Ministerio de Trabajo bonaerense mandó más de 120 agentes a constatar, mediante casi 7 mil operativos, la correcta registración de los trabajadores y el cumplimiento de la normativa en materia de seguridad y salud laboral.
Mariano Salomón, subsecretario de Inspección del Trabajo y coordinador del operativo “Trabajo Bonaerense 2024”, le dice a BuenosAires/12 que "el trabajo del ministerio es el mismo de siempre porque hubo una medida cautelar que rechazó el capítulo IV del DNU, y si bien ahora estamos en verano, la cartera manda a diario 250 inspectores a la calle, alcanzando las casi 10 mil inspecciones por mes".
La palabra 'trabajo' se encuentra en el foco de la tormenta desde que Javier Milei asumió como Presidente. La reforma laboral que planteó junto a su gabinete en el Decreto de Necesidad y Urgencia, fue el primer capítulo rechazado de manera oficial por la Justicia, cuando la Sala de Feria de la Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo (CNAT) dictó una medida cautelar y suspendió, con carácter colectivo, los efectos de las nuevas normas.
El gobierno nacional busca modificar radicalmente las indemnizaciones por despido, extender el período de prueba de tres a ocho meses, limitar el ejercicio del derecho de huelga, restringir las asambleas sindicales, reemplazar la indemnización por fondos de cese laboral mediante negociación colectiva, eliminar relaciones de dependencia en establecimientos de hasta 5 trabajadores, y reducir los días de licencia por embarazo y maternidad, entre otros.
A pesar del rechazo judicial, todo indica que a Milei poco le interesa lo que diga la CNAT, ya que el DNU que el Congreso deberá evaluar en la Comisión Bicameral, incluirá los artículos laborales que fueron suspendidos tras la presentación de los amparos de la CGT y la CTA.
"Que se respeten los derechos laborales"
Mientras la disputa judicial no cesa, el operativo "Trabajo Bonaerense 2024" realiza tareas inspectivas destinadas a rubros como el comercio, la hotelería, la gastronomía, los balnearios y la nocturnidad, además de controlar las empresas de transporte de media y larga distancia. Los inspectores del ministerio de Trabajo de la provincia de Buenos Aires se desplazan por Mar del Plata, Necochea, el Partido de La Costa, Pinamar y Villa Gesell, corroborando que los empleadores "cumplan con las normas vigentes y respeten los derechos laborales", tal cual destaca el subsecretario Salomón.
El funcionario, que es abogado especializado en despidos e integró el gobierno provincial de Daniel Scioli como director de Inspección Laboral, opta por no explayarse a la hora de opinar sobre las medidas de Milei, pero sintetiza: "La gente votó al gobierno de Axel Kicillof para seguir garantizando derechos y este ministerio irá por ese camino".
La parte fuerte del operativo se realiza durante enero y febrero, donde trabajan con un sistema de doble visita, y los ejes de la inspección se explican en el mapa de gobierno. La subsecretaría de Inspección del Trabajo, conducida por Salomón, cuenta con dos direcciones.
Una de Planificación, que delinea el trabajo diario de los inspectores, y la otra de Inspección, que lo ejecuta. Ésta última, a su vez, está dividida en la Dirección de Inspección Laboral y la Dirección de Inspección de Salud y Seguridad, que formulan entre sí la pareja de inspectores que visita cada establecimiento en dos etapas, una en enero y otra en febrero.
"La parte laboral apunta a lo que es la registración, y la otra que se aboca a las condiciones del establecimiento en cuanto a la seguridad, la higiene y demás cuestiones", explica Salomón. Señala que "se entrevista uno por uno a los trabajadores, se consultan sus datos personales, la fecha de ingreso, las tareas que realiza y su remuneración aproximada", y que esa información "es cotejada con la documentación que presenta el empresario durante la segunda parte en febrero", ya que "no es obligatorio tener en el lugar de trabajo la documentación requerida".
A su vez, el inspector de seguridad visita el establecimiento y controla que los extintores sean los correctos para utilizar en cada lugar, ya que "no es lo mismo un matafuego para cocina que uno para estaciones de servicio". "En la cocina se controla el higiene del lugar, la campana de extracción y todas las condiciones de salud y seguridad, como vías de escape, señalización y cableado", cuenta Salomón, mientras indica que "si todo está correcto durante la inspección, se termina ahí", pero que "si hay una irregularidad y no es tan grave, se brinda un plazo de quince días hábiles, para que vuelva el inspector, constate y verifique".
En caso que el empleador no cumpla con las normas, ya sean laborales o de seguridad, recibe una infracción, que varía según el grado del incumplimiento. El subsecretario dice a este diario que a esta altura de la temporada "no podemos analizar los resultados en materia laboral porque hasta febrero se evalúa y recién ahí se recava la información", pero que en seguridad e higiene "viene dando todo OK, salvo algunas intimaciones normales y habituales".
El funcionario subraya que, meses antes de comenzar con la campaña, las autoridades bonaerenses se reúnen con las cámaras empresarias de cada cabecera para informar las características de las inspecciones y los aspectos que se verificarán. "Nosotros contamos qué vamos a hacer, cómo vamos a hacerlo y punto, para que después no protesten. Si bien a veces se quejan, los empresarios generalmente lo toman bien y hay buena recepción por parte de las cámaras", cuenta a BuenosAires/12 el subsecretario.
Salomón arribó a la cartera de Trabajo junto al ministro Walter Correa, en agosto de 2022. Explica que, a mediados de diciembre, el ministerio realiza un 'preoperativo' y envía siete inspectores por cabecera, que realizan una serie de tareas inspectivas a modo de previa y se enfocan en "controlar la admisión y permanencia, popularmente conocidos como 'patovicas', revisan los balnearios del ámbito gastronómico y dialogan con los guardavidas".
Amplía el subsecretario: "Con los patovicas hablamos para prevenir problemas con chicos y chicas en los boliches, aunque lamentablemente después los matan en otro lado, como pasó con Tello en Santa Teresita o con Baez Sosa. Depende de muchos factores, pero esos inconvenientes primero se relacionan con los patovicas, y nosotros debemos prever en ese sentido". "Los guardavidas siempre tienen algún problema sindical y algún reclamo salarial, entonces nos da resultado controlar eso antes, para que no aparezcan los problemas en temporada", explica.