Antes de partir a Estados Unidos para realizar la pretemporada, River Plate se aseguró los servicios de una de las joyas de sus inferiores. El delantero bonaerense Agustín Ruberto puso la firma que extendió su contrato hasta diciembre de 2027 y selló una cláusula de salida de 30 millones de euros. Así, se convirtió en uno de los jugadores más valuados del plantel, pese a que todavía no debutó como jugador profesional.
A fines de 2023, Ruberto pasó a la historia del fútbol nacional como el primer argentino en consagrarse goleador de un Mundial Sub-17. Como resultado de ocho tantos, el delantero juvenil de River Plate nacido en el partido bonaerense de San Fernando, obtuvo la bota de oro y condujo al seleccionado dirigido por Diego Placente a quedarse con el cuarto puesto del certamen celebrado en Indonesia.
Ser el máximo goleador de un mundial de fútbol no es para cualquiera, porque la vida y la carrera del galardonado cambia para siempre y su currículum se tiñe de dorado. A pesar de que el seleccionado Sub-17 se quedó en las puertas de la final tras caer por penales ante Alemania, nadie le quitará a Ruberto la satisfacción de haber obtenido el premio individual más anhelado por un atacante. En la semifinal, incluso, el delantero se despachó con un triplete ante los germanos que lo catapultó a la cima de la tabla de goleadores. Además, durante el torneo le convirtió un gol a Senegal, uno a Japón, otro a Polonia y dos a Venezuela.
Sus características dentro y fuera del área pueden resumirse en una frase bien futbolera: "Te liquida". Ruberto, que es diestro y mide un metro ochenta, es tan versátil que utiliza sus dos piernas para pivotear, gambetear y definir, y tampoco escatima a la hora chocar, ya que apela a toda su potencia y se ofrece como una importante opción en la vía aérea. En el pie a pie ante los defensores gana nueve de cada diez duelos, lo que lo transforma en un verdadero dolor de cabeza para sus rivales. A todo eso le agrega un olfato goleador letal, ése que marca la diferencia en los altos niveles de competición.
Luego de que el técnico de River Plate, Martín Demichelis, lo citara al banco de primera división por primera vez en su carrera, para disputar las semifinales de la Copa de la Liga ante Rosario Central, la comisión directiva del "millonario" decidió tomar cartas en el asunto y blindar al joven talento que ya despertó el interés de grandes clubes europeos. Tras su renovación y la citación a la pretemporada en Florida, BuenosAires/12 viajó al pasado del jugador y encontró una cuna bien bonaerense.
Ruberto nació el 14 de enero de 2006 en el municipio bonaerense de San Fernando. Al igual que el campeón del mundo Nicolás Otamendi, "el rata" dio sus primeros pasos en el fútbol infantil del club Barrio Nuevo. En calle Maipú al 1800, entre Callao y Alem, y con la camiseta azul y blanca, el bonaerense llamaba la atención de todos, pero con una particularidad: era defensor. Su desempeño a la hora de frenar los ataques rivales hizo que, con sólo 6 años, se cambiara de club para jugar en Parque Chas, una institución emblema del fútbol infantil y cuna de grandes glorias del fútbol argentino. Ruberto poco tardó en aprovechar el trampolín de Parque Chas, ya que el captador de juveniles Pablo Espiñeira lo llevó a River meses más tarde.
En Núñez también comenzó como marcador central, pero su posicionamiento, los controles, la ductilidad con la pelota y su deseo constante por pasar al ataque, hicieron que el técnico de turno lo ubicara como delantero central. En más de una ocasión, Ruberto pensó en abandonar el fútbol porque su familia sufría diversos inconvenientes económicos que, sumados a que el joven viajaba dos horas de ida y dos de vuelta en colectivo, le hicieron replantear su estadía en el club. La ayuda del "millonario" se hizo presente y los viáticos permitieron que el talentoso juvenil no abandonara su carrera.
A tres años de su llegada, en 2016, se dio un quiebre en la historia del goleador, cuando comenzó a compartir equipo con Claudio "el diablito" Echeverri, otra de las figuras de la selección argentina en el mundial de Indonesia, que fue el tercer máximo goleador del torneo y le anotó un triplete a Brasil en cuartos de final. Con la magia del chaqueño Echeverri en sus espaldas, Ruberto forjó una capacidad goleadora que llevó a la dupla a subir rápidamente de categoría. En la octava división de River Plate Ruberto anotó 17 goles en 14 partidos y alcanzó el subcampeonato. Al año siguiente, en séptima división, el bonaerense se sacó la espina y se consagró campeón.
Luego de incrementar su cotidianidad goleadora en juveniles, en abril de 2022 la dirigencia del "millonario" se adelantó y lo contrató profesionalmente hasta diciembre de 2024, con una clausula de rescisión de 20 millones de euros, que este sábado se extendió a 30 millones. Ni lentos ni perezosos, los dirigentes de River vieron en él las cualidades más buscadas por los ojeadores europeos y, antes de lamentar una salida por la puerta trasera, el club de Núñez blindó a una de sus joyas más preciadas.
En 2022, además, debutó con la camiseta albiceleste, con la que convirtió goles en más de un amistoso. Bajo las órdenes de Diego Placente y de manera oficial, el nacido en San Fernando se consagró subcampeón del Torneo Internacional de Montaigu, y no pasó desapercibido ya que marcó tres goles, uno de ellos en la final ante Brasil. Recién en febrero de 2023, casi un año después de firmar su contrato profesional y con 17 años recién cumplidos, Ruberto debutó en la reserva de River. En total, el bonaerense marcó cinco goles en 21 partidos, ingresando como suplente en la mayoría.
Los principales medios deportivos de Europa aseguraron días atrás que el Brighton de Inglaterra puso sus ojos en él. Si bien River no confirmó ningún interés concreto y reforzó su inversión en el juvenil, todo indica que Ruberto, más temprano que tarde, seguirá el camino de delanteros como Julián Álvarez y Lucas Beltrán, que continuaron su rumbo en el fútbol grande del viejo continente.