Nadie habló de "Succebear" o "The Bearssesion" por cuestión de formas y géneros. En lo que respecta al universo televisivo, hubo dos series que acapararon la mayoría de la atención en los Globos de Oro 2024: El oso y Succession. Mientras que la ficción sobre el clan Roy se alzó con cuatro premios, la segunda temporada acerca del microcosmos culinario de un restaurante de Chicago tuvo una gran cosecha con tres estatuillas. La histórica división de andariveles entre “Drama” y “Comedia y/o Musicales” propia de la HPFA, esta vez en particular, careció de todo sentido y forzó lo salomónico para premiar a dos de las mejores producciones del universo seriado reciente. Es cierto que año a año, Succession esmeriló su sentido de sátira por uno más grave. Pero El oso nunca tuvo un ápice de humor, o mejor dicho, su chiste está por fuera de la carcajada.
La entrega de Jesse Arsmtrong, como era de esperar, se despidió con honores en su quinta temporada. Tercera ocasión en que Succession (HBO Max) triunfó en su categoría con premios en todas las ternas actorales. Es la segunda vez que Sarah Snook es reconocida por el rol Shiv, pero en esta oportunidad lo hizo como mejor actriz protagónica. Matthew Macfadyen, en su primera nominación, se consagró como mejor actor de reparto. “Amé cada minuto en el que tuve que personificar a esa extraña y maravillosa mancha de grasa humana que es Tom Wambsgans. CEO, Tom Wambsgans”, dijo el británico en un breve discurso en el que no hubo estiletazo contra el primo Greg. Se especulaba con que Pedro Pascal se impusiera como mejor actor en drama. Finalmente, Kieran Culkin (“chupala Pedro”) fue ungido en una de las ternas más peleadas de la velada. En el camino quedaron dos compañeros de elenco como Jeremy Strong y “papá” Brian Cox. Detalle: El único actor en interpretar a uno de los hijos del mandamás familiar sin haber sido premiado en los Globos de Oro por su rol es Alan “Conor” Ruck.
No hubo sorpresa alguna en los premios a El oso (Hulu, aquí se ve por Star+). Segunda ocasión que Jeremy Allen White triunfa por su encarnación del chef más nervioso de Windy City y primera para Ayo Edeberi como su socia gastronómica. La única que quedó con las manos vacías fue Abby Elliot, quien encarna a la hermana del chef. Claro que lo de El oso es merecido. Los caminos narrativos y búsquedas estilísticas de la creación de Cristopher Storer representan un plato arriesgado. Ahí está el sexto episodio de la temporada ("Fishes"), un mediometraje que recuerda al cine de John Cassavetes y vuelve una caótica y antigua cena familiar en una joya poco comparable con el resto de la oferta seriófila del presente. Su representación de la familia laboral, las dinámicas de un entorno bravo y la trabajada puesta en escena son encomiables...¿pero comedia? Según su máximo responsable, esta nueva temporada tuvo un espíritu más deportivo que la anterior. Y en el inicio de la temporada de premios ganó, gustó y goleó.
Más adecuado y lógico fue lo de Bronca, la tercera gran ganadora de la noche que salió victoriosa en todas las ternas en las que competía (en lo actoral y como mejor miniserie o antología). Ali Wong y Steve Yeun no sólo se impusieron a rivales de peso (Brie Larson, Elizabeth Olsen y Rachel Weisz, por el lado femenino; Jon Hamm y Woody Harrelson, por el masculino), sino que se convirtieron en la tercera dupla en lograr subir al estrado por sus papeles protagónicos. Comedia negrísima en la que un incidente vial desata lo del título entre sus personajes. Suerte de Relatos Salvajes en Los Ángeles (específicamente “El más fuerte”) y Un día de furia, que repasa las máscaras sociales y las espinas del sueño americano para los inmigrantes asiáticos. Pero además de la inquina entre Amy y Danny, la propuesta de Lee Sung Jin supo cómo abrevar diversas estrategias audiovisuales (diálogos gancheros, edición aguda, puesta en escena briosa, soundtrack alternativo noventoso, simbolismo oriental) para contar el ajuste kármico entre sus criaturas.
En el poroteo final, la plataforma más ganadora de la noche fue Netflix. Todo gracias al triplete de Bronca, el impensado premio para Elizabeth Debicki (mejor actriz de reparto por The Crown) y el de Ricky Gervais: Armageddon (mejor actuación en stand up). Se creía que Meryl Streep se iba a llevar su noveno Globo de Oro en treinta y tres nominaciones (hasta el host Jo Koy hizo una broma al respecto). La encarnación de Lady Di hecha por la polacoaustraliana, finalmente, valió más que el paseo de Streep por Only Murders in the Building.
¿Y que hubo del verborrágico Gervais? ¿Habrá visto desde su mansión como se imponía a Chris Rock, Sarah Silverman y demás colegas del stand up? El artista más corrosivo que tuvo esta gala como presentador (lo hizo en tres ocasiones) brilló por su ausencia en el Beverly Hilton. Habría sido lindo ver si cumplía con aquella máxima que pronunció en la cara de Hollywood en el 2020. “En caso de que ganes, subí, aceptá tu pequeño premio, agradece a tu agente, a tu Dios y andate a la mierda, ¿ok?”. Una vez más, el británico se salió con la suya.