La Corte Suprema de Chile confirmó una condena a 20 años de prisión a cuatro exoficiales de las Fuerzas Armadas, a la vez que redujo la pena a los soldados implicados en el ataque en el que prendieron fuego al fotógrafo Rodrigo Rojas de Negri y a la estudiante Carmen Quintana durante la dictadura.
La agresión se produjo el 2 de julio de 1986, en una manifestación contra la dictadura del general Augusto Pinochet en el centro de Santiago, en lo que está considerado como uno de los crímenes más crueles de ese régimen.
La sentencia define la muerte de Rojas como homicidio calificado consumado y en el caso de Quintana, como homicidio frustrado. El principal oficial al mando, Pedro Fernández Dittus, fue condenado a 20 años de prisión pese a que había sido absuelto en los tribunales inferiores, según la radio chilena Biobío.
También fueron condenados a 20 años los oficiales Iván Figueroa, Julio Castañer y Nelson Medina. En tanto, el cabo Francisco Vásquez fue condenado a tres años y un día de cárcel por encubrimiento de los hechos, pero podrá acogerse a libertad vigilada. La misma condena se aplicó al excoronel René Muñoz, quien había sido absuelto en anterior instancia.
“Cerrar un capítulo muy doloroso"
El abogado de Quintana, Nelson Caucoto, afirmó que el fallo del máximo tribunal "significa poner término a un largo proceso, muy tortuoso en su desarrollo, donde había que controvertir una tesis oficial asentada por el mismísimo dictador, en cuanto a que los jóvenes se quemaron a sí mismos porque portaban en sus ropas las bombas incendiarias".Caucoto destacó que "todo ello fue preparado e hilvanado desde las más altas esferas militares, con el concurso de una funcional justicia castrense que se prestó para ese fraude judicial, que hoy deja al descubierto la Corte Suprema".
Por su parte, Quintana afirmó que la sentencia definitiva de la Corte le permitirá “cerrar un capítulo muy doloroso" de su vida que se extendió por casi 38 años y que le "dejará secuelas por siempre”.
En una declaración que difundió en redes sociales, Quintana señaló: “Toleré calumnias de la prensa oficial, agresiones verbales y finalmente, después de innumerables frustraciones y dolores, la Corte Suprema establece la verdad oficial y definitiva, que ya nadie puede desmentir y que quedara para la historia: Dos jóvenes que luchaban por la democracia fueron quemados vivos por militares de la dictadura cívico militar de Pinochet. Rodrigo Rojas falleció con el 65% de su cuerpo quemado y yo sobreviví con el 62%”.