Marianela Portillo, directora, fotógrafa, actriz, performer, cineasta y música, presenta hoy Sr. Woman, su proyecto más andrógino y ambicioso: estructurado en tres capítulos, de los cuales veremos un pre-montaje del primero dentro del Festival Internacional de Buenos Aires, una banda que va desde el electro pop al punk conformada por Sr. Woman (Marianela Portillo), Tai Ling (Carla Crespo) y Lady Ray Van Ring (Guillermina Etkin) ejecuta en vivo sus propias creaciones mientras se proyectan retazos de sus vidas, vínculos, mutaciones y fugas de sentido hacia inexploradas direcciones. El personaje principal, que bautiza la obra, es un documentalista y escritor de thrillers que mientras planea viajar a Londres para comenzar su nuevo libro conoce a Lady Ray y se enamora, cambiando sus planes originales para contar esa experiencia a través de un documental que refleja con imaginación ilimitada sus vivencias y las de su entorno, habitado de referencias a Fassbinder, Gena Rowlands, Pedro Almodóvar y Douglas Sirk. A pocas horas del estreno Marianela dialogó con SOY sobre la construcción y deconstrucción de sus personajes, que convocan explícita y activamente al público a formar parte, completar y celebrar ese proceso.
Ya en el título de la obra aparece en primer plano la idea de la transformación. ¿Cuánto hay de esa fluidez en los personajes?
-La transformación es un lugar de indefinición y Sr. Woman, que es las dos cosas, al mismo tiempo no es nada. Se niega a sí misma en una apertura en relación a la identidad. La idea de la transformación para mí es como la zanahoria que persigo y todo el tiempo está presente la posibilidad de transformarse, que es algo en lo que yo estoy. Las cuestiones personales se meten constantemente, cuestiones no tan teóricas sino mucho más sensitivas sobre lo que va pasando. Hay una intención de superficcionalizar y escribir a partir de las cosas que me pasan, pero las hago pelota para llevarlas a otra instancia.
¿Superficcionalizar?
-Que todo se despedace cada vez más, hasta que en algún momento pueda romperme la ropa y llegar a un nivel extremo de exposición. Superficcionalizar es como ese momento en el cual ya no podes más de tanto imaginar.
¿Imaginación con una pata puesta en la teoría queer?
-La hay porque somos y venimos de ahí. Principalmente mi mundo es con las chicas, es una obra para las chicas, le canto y le escribo a las chicas todo el tiempo. Leí mucho, soy fanática de Preciado, me metí ahí hace un tiempo y me quedó impreso, y eso me llevó a pensar qué es todo esto en mí, la idea de ser un eje en donde nunca se llega a ser.
¿Las chicas que acompañan a Sr. Woman encarnan ese mundo?
-Lady Ray, que es una azafata -y todas tenemos fantasías con las azafatas-se construye como un mito pero se da vuelta al toque, porque no hay tal mito tampoco. Tai Ling es una chica argenchina anarquista que hace un show de motos robadas al pie de la Muralla China y tiene un séquito de chicas que se tiran al precipicio pero no mueren. Es un personaje más bondage, tiene una actitud dominante, una fuerza descomunal y ansias de experimentación. Tai Ling va a venir a llevar de los pelos a Sr. Woman y darle la libertad necesaria para que sea lo que quiera ser.
¿Sr. Woman coquetea con la idea de llegar a ser trans?
-Sr. Woman es como un ente espacial, yo quiero llegar al cosmos. Yo pienso que puedo llegar a ser futuramente transgénero. Si la obra me lo permite por la ficción voy a ir hacia ahí, porque la ficción me está dejando ser varias cosas que quiero. Esto es todo un gran ensayo poético, sobre todo por el lado de las canciones y del guión cinematográfico.
También es una amenaza frente a todo género o intento de clasificación.
-Soy fotógrafa, hice cine, soy una amante de la imagen y hay un fuerte trabajo estético en la escena. Hay algo bastante caótico en su proceso, las referencias están claras, pero quedan totalmente anuladas. Se va, es asociación de la asociación y por eso tiene algo infinito la obra. Digo “obra” pero ya no sabemos cómo llamarla. La verdad es que no vi nunca una cosa como ésta. Y la composición musical es… no sabría ni qué decirte (risas). Las canciones son parte del guión y hay mucha referencia al melodrama. Es una banda ficcional y se construye a partir de sus propios gustos.
¿Y qué esperás del público, teniendo en cuenta que se estrena en el FIBA, que es un festival desarrollado mayormente en los teatros oficiales?
-Tengo dudas pero más que nada por el formato de esto. Sr. Woman va a terminar en una fiesta en donde la idea de obra se pierda y solo queden los cuerpos bailando. Quiero incorporar al público como una masa de creación y mi esperanza es que todos puedan entrar en este mundo con una disposición como la de nosotras. Que el espectador, mediante la asociación, entre en un código casi de ensueño para conmoverse y estar ahí, pero moviendo la pata también.
Viernes 20 a las 23 en Club Unione e Benevolenza, Tte. Gral. Juan Domingo Perón 1372