El Juzgado Comercial Nacional Número 3, a cargo del Jorge Sicoli, decidió la quiebra de Be Capital, la cueva de Alejandro Muszak, titular de Wenance, la inhibición de sus bienes y cuentas bancarias y la prohibición de salida del país del testaferro del financista a cargo de esa unidad de negocios, Rodolfo Cleto García.

El mismo juez estableció hasta abril próximo el período para que los demandantes se presenten a verificar sus créditos y hasta junio para que la parte demandada presente su oferta de pago.

La resolución judicial data de los últimos días de diciembre y, por esa misma razón, el sorteo del síndico que se hará cargo del proceso quedó para el fin de la feria, es decir, los primeros días de febrero.

El caso de Be Capital podría ser de una magnitud aún mayor a la de Wenance, ya que a través de esa razón social, Muszak captaba inversiones para sus desarrollos inmobiliarios, muchas de ellas no declaradas, en dinero físico. Entre los damnificados de esta última operación, se cuentan importantes ejecutivos y algunos mandos medios de los grupos Techint y Socma.

Otros, como un importante ex intendente del norte del conurbano, lograron forzarlo a acordar o, directamente, devolver el dinero en un único pago. Algo similar ocurrió con la firma de argentinos radicada en Holanda, Latam Consumer. El acierto de ese fondo fue embargar a Muszak en uno de sus puntos débiles: su autos de colección.

Para recuperarlos, Muszak hizo una propuesta de pago privado consistente en 400 mil dólares y el resto en cuotas, congelando la deuda a valor de mil pesos por dólar. Si Muszak incumpliera dos cuotas seguidas, el acuerdo se caería.

Los autos en cuestión son una Ferrari y un Austin Healey. Este último es un deportivo británico de los años sesenta. Hay muy pocos en Argentina y tienen un valor de entre 150 y 200 mil dólares.

La novedad del acuerdo cayó como una bomba en los foros y páginas de redes sociales de los estafados por Muszak, entre los que se cuentan desempleados que invirtieron sus indemnizaciones, adultos mayores y enfermos de gravedad que necesitan sus fondos para costearse tratamientos. Al menos uno de sus acreedores decidió quitarse la vida, meses atrás, al perder los ahorros de toda su vida.

La voluntad de pago demostrada ante Latam Consumer es, además de la evidencia de que la gran masa de dinero permanece en poder de Muszak,  por lo menos llamativa si e la compara con la oferta realizada a los acreedores de Abuntia, la firma con la que operaba en España. Allí propone una quita del capital del 25 por ciento y un plan de pagos a cumplirse entre 2027 y 2028.

Los abogados coinciden en que los problemas legales que Muszak enfrenta en ese país son los más serios, porque ese mercado de capitales se rige por normas europeas, dictadas en Bruselas, implacables en comparación con las locales.

Sin embargo, creen que la causa podría acelerare después de la feria, luego de una reunión entre la cámara  la jueza subrogante, Paula Verónica González. La magistrada tiene una nueva lista de testigos para llamar a declarar, compuesta básicamente por ex empleados de Wenance y algunos proveedores, como quien le realizaba el servicio de cadetería, oportunamente entrevistado por Buenos Aires/12, Daniel Reig.

Los autos ocupan un lugar muy importante en la vida de Muszak. Uno de sus principales testaferros, Pedro Luis Vigliano, titular de Créditos al Río, uno de los fideicomisos, es en realidad el mecánico de sus autos de colección. 

La esposa de Vigliano, Paola Vallone, es todavía hoy la mano derecha de Muszak, a pesar de que el entorno del financista cambió drásticamente en los últimos meses. El recambio se debe en parte a los despidos que él mismo instrumentó, en parte a que muchos otros colaboradores renunciaron para no ser corresponsables penales de sus maniobras o porque no resistieron la creciente presión de los inversores, que reclaman lo suyo. 

De hecho, tanto Vallone como Ivana Román Luquez, han sido objeto de múltiples demandas, civiles y penales, tanto como Muszak. La versión de otros ex empleados es que permanecen junto a él exclusivamente por la expectativa de recuperar el dinero que invirtieron con él y que el promete devolverles en un futuro bastante impreciso. 

Cronología

Wenance es una empresa que prestaba dinero por internet a sectores no bancarizados de la población a tasas altísimas. Desde 2018 acumula denuncias de usuarios y tomadores de crédito por usura y estafa. El 3 de julio pasado dejó de pagar a sus inversores, alegando un “crecimiento de la mora” por “la situación económica del país”. En este nuevo frente de conflicto, enfrenta a empresas, empresarios, políticos y funcionarios judiciales que le confiaron sus ahorros.

Uno de los abogados de la querella, el neuquino Milton Kees, autor del único libro existente sobre liquidación de fideicomiso financiero, sostiene desde hace meses que "no hay que perder de vista que el negocio de Muszak no era prestar plata sino vender los préstamos".

Otro de los declarantes, el titular de Promotora Fiduciaria, la empresa que tenía a su cargo la administración de la operación de los fideicomisos, Pablo Abancens, aportó al expediente la documentación que confirma que Muszak vendió hasta seis veces un mismo préstamo, que apenas el 15 por ciento de la crtera era sana y que, dolarizando el monto de las cuotas al valor de julio, se hizo de unos sesenta millones de dólares de los inversores.