La Línea D de la red de subtes porteña ya está cerrada y permanecerá así durante más de dos meses. Según especialistas del área, el parate será el más largo de la historia de cualquier línea de la red. La interrupción se debe a los trabajos de finalización del nuevo sistema de señalamiento, una obra que el gobierno porteño catalogó como "indispensable" para mejorar la frecuencia de la segunda línea más utilizada. Mientras el jefe de Gobierno, Jorge Macri, defendió el cierre al asegurar que las obras implicarán "una gran mejora de cara al futuro", desde la oposición porteña reclamaron un plan de contingencia con colectivos para reemplazar a la línea mientras no funcione. 

Tras una semana de servicios con horarios reducidos, los y las usuarias de la Línea D se encontraron desde este lunes con todas las estaciones cerradas. La interrupción total de la línea durará hasta el domingo 17 de marzo, un cierre de casi dos meses y medio. Las quejas por la falta de servicio no tardaron en llegar, en especial en redes sociales, y este martes el jefe de Gobierno salió a defender la decisión, luego de recorrer las obras del subte: "La D es una de las líneas más usadas: en promedio son 215 mil pasajeros por día. Por eso, decidimos hacer esta modernización durante el verano, que es cuando baja en un 40 por ciento la cantidad de pasajeros que la utilizan", escribió en su cuenta de X, donde agradeció la "paciencia" para luego prometer "una gran mejora de cara al futuro".

Las obras de la nueva señalización, en verdad, ya están en marcha en la línea desde hace más de dos años y en los últimos meses se hicieron trabajos durante la noche para no afectar al servicio. Lo que se realizará ahora, entonces, será la finalización del reemplazo del actual sistema Automatic Train Protection (ATP) por el más moderno Communications - Based Train Control (CBTC), con el que ya operan las líneas C y H. Según indican desde Subterráneos de Buenos Aires S.E (Sbase), el CBTC "trabaja mediante la comunicación entre formaciones, permitiendo el máximo acercamiento de forma segura y reduciendo el intervalo al mínimo posible".

Su implementación redundaría así en una mejora de la frecuencia. Según afirmó Macri en la recorrida de este martes, “el tiempo de espera entre una formación y otra se va a reducir a tres minutos y medio”, cuando actualmente se encuentra en cerca de cinco minutos. Desde Sbase, en tanto, aseguran que las obras son "indispensables" y que el cierre por más de dos meses es necesario para "verificar que todas las rutas posibles cumplan con los estándares de seguridad e identificar eventuales fallas, y finalizar la instalación del nuevo sistema a bordo de los trenes". A su vez, informaron que deben reemplazar las 31 máquinas de cambio que no podrían funcionar con el nuevo sistema, y que se aprovechará el cierre de la línea para finalizar las obras de puesta en valor de la estación Facultad de Medicina. 

La interrupción de la D es la más larga de la historia tomando cualquiera de las líneas del subterráneo. Así lo indicaron desde el Centro de Estudios Metropolitanos (CEM), que advirtió que "no se recuerda un cierre tan prolongado". "En 1985 una sudestada devastadora inundó parte del túnel de la línea D: el servicio funcionó limitado durante 20 días. En 2013, la Línea A cerró menos de dos meses para reemplazar los coches La Brugeoise por los actuales de origen chino", enumeraron y recordaron, además, que cuando el nuevo sistema se implementó en la Línea C "la línea estuvo cerrada menos de dos semanas". 

Según los especialistas del CEM, los trabajos de reemplazo de las máquinas de cambio "pueden explicar que el cierre sea más extenso", aunque subrayaron que el GCBA "no brindó ningún argumento para justificar que no pudiera realizarse en menos tiempo". "A priori, podría haberse previsto personal para reducir tiempos o realizarse el trabajo por tramos, sin afectar el servicio en toda la línea", señalaron y agregaron que "si el subte hubiera continuado su extensión, hoy contaría al menos con otras tres líneas y varias combinaciones nuevas. Así, el cierre de una línea no tendría tanto impacto". 

Hasta el momento, más allá del inicio de los estudios de factibilidad para la Línea F, sigue sin estar prevista ninguna obra de ampliación de la red de subtes. La F debería ser la próxima línea a construir, pero eso no aparece en el horizonte próximo. Más lejos todavía está el resto de las líneas previstas en la Ley N°670 como la G y la I, cuya traza fue aprobada en esa norma del año 2001. En cuanto a infraestructura, hoy sólo está en marcha la finalización del "Nodo Obelisco" y se prevé la puesta en valor de la estación "Pasteur Amia" de la Línea B. El GCBA tenía previsto el arreglo de otras seis estaciones, pero finalmente decidió dar de baja la licitación para esas obras

En cuanto al parate de la Línea D por más de dos meses, desde la oposición porteña reclamaron un plan de contingencia para poder dar respuesta a los y las usuarias que se vean afectados por la falta de servicio. El legislador de Unión por la Patria, Juan Manuel Valdés, advirtió en sus redes sociales que "es la primera vez que paran una línea por tanto tiempo sólo para un cambio de señalización". "La Ciudad debe tener un sistema de contingencia para que con las líneas de colectivos haya una mejor oferta para los pasajeros que quedan desamparados", agregó. Hasta el momento no está previsto ningún plan de este tipo y desde el GCBA sólo se limitaron a difundir un plano con las "alternativas de movilidad" con los colectivos ya existentes.