El "juego de las licencias" del diputado intendente Santiago Passaglia, que no renuncia a ninguno de los dos cargos, podría terminar en la justicia si las autoridades de la Cámara de Diputados de la Provincia no lo resuelven antes, en la próxima sesión extraordinaria. Al hijo mayor del clan de San Nicolás podrían caberle sanciones tanto de la cámara como del Tribunal de Cuentas provincial.
Belén Malaisi realizó este martes la cuarta presentación ante las autoridades de la Cámara Baja de la Legislatura bonaerense, para reclamar su asunción como diputada en la banca que debería abandonar el intendente de San Nicolás. A Malaisi le correspondía asumir el 10 de diciembre pero, por la maniobra del nicoleño, lleva ya un mes de demora.
El objetivo político de Passaglia es saltear a Malaisi para que asuma Fernando Mateucci, quien fue concejal en San Nicolás y, a diferencia de Malaisi, responde totalmente a los intereses del clan.
María Belén Malaisi, oriunda de San Andrés de Giles, es docente y lleva treinta años de militancia radical. Actualmente responde a la línea Evolución que conducen Emiliano Yacobitti y Martín Lousteau. Sostiene que “la Cámara deberá observar, a nivel administrativo, la liquidación de sueldos, si es que cobró los dos en simultáneo, si hubo malversación".
El conflicto se debe a que Passaglia se encuentra, desde el pasado 10 de diciembre, en una situación de manifiesta incompatibilidad, al haber asumido como intendente sin renunciar a su banca, intentando encadenar licencias sucesivas a uno y otro cargo. La conducta de Passaglia es violatoria del artículo 7 de la carta orgánica de municipios, el artículo 4b del reglamento de la cámara y los artículos 53 y 72 de la Constitución provincial.
“La vía judicial correspondiente es el fuero contencioso administrativo, pero todavía le doy una chance a la solución política", dice Malaisi. "El secretario de la presidencia me aseguró que pronto llamarán a una nueva sesión extraordinaria para tratar el tema, el artículo 4 del reglamento le da a las autoridades los mecanismos para resolverlo”, expresó, en diálogo con Buenos Aires/12, la radical que todavía espera pero no descarta la judicialización si la respuesta política se demora.
”En 2015, de haber estado en la convención de Gualeguaychú en la que se aprobó la creación de Cambiemos, hubiera dicho no al acuerdo, pero acepté el acuerdo porque soy orgánica. De la misma manera, Passaglia debería renunciar a su banca, le guste o no, porque es lo que corresponde. Y si no lo hace, le voy a dar batalla hasta el último minuto, porque no puede disponer de la banca como si fuera propia”, explicó.
El 15 de diciembre pasado Passaglia se hizo cargo de la intendencia de San Nicolás pero no tramitó su renuncia en Diputados. La estrategia fue pedir una licencia extraordinaria por un mes para bloquear la cobertura del cargo, pero ésta le fue negada.
En cambio, en el mismo expediente, se le otorgó otra de carácter ordinario, por siete días, que culminó el pasado 31 de diciembre a las 7 de la mañana. Desde entonces, se encuentra en una situación de manifiesta incompatibilidad.
Fuentes de la política nicoleña sostienen que en realidad el intendente especula con cuál de los dos destinos elegir, pero el costo de conservar su banca sería para Passaglia aún mayor. La ley indica que, en caso de tomar una licencia en la primera mitad del mandato, se debe llamar a elecciones nuevamente, y no dejar en el cargo al presidente del Concejo Deliberante, que en este caso es Daniel Lucheli, también leal a la familia Passaglia.
“A partir del 31 de diciembre, Passaglia tiene una incompatibilidad funcional y administrativa porque está desempeñando los dos roles a la vez. Está violando dos artículos de la Constitución provincial y la Ley Orgánica de las Municipalidades. No tiene ninguna licencia presentada. El Tribunal de Cuentas también va a tener que hacer una observancia. En este momento se está desempeñando como intendente y diputado”, se explayó Malaisi.
El principal argumento de Passaglia es el de la paridad de género. Sin embargo, las últimas coberturas de suplencias distaron de dicho criterio. A modo de ejemplo, el diputado y expresidente de Cámara baja, Federico Otermín, le cedió su lugar a Liliana Pintos y, en el Senado bonaerense, Juan Alberto Martínez hizo lo propio con Daniela Viera. Otro caso testigo fue el de Eduardo “Bali” Bucca que dejó su banca en manos de Liliana Schwindt.