El proyecto de Ley de Boleta Única de Papel era el caballito de batalla de la vicpresidenta Victoria Villarruel. Tenía pensado darle sanción definitiva esta semana pero un fallo en la gestión, tal vez propia de la inexperiencia, no logró emitir dictamen. Ahora ruega que este miércoles esas firmas necesarias e imprescindibles se consigan para recién la próxima semana llevar el tema al recinto de la Cámara alta. Villarruel esperaba poder superar en "productividad" a Martín Menem, el presidente de la Cámara de Diputados, pero las disidencias que surgieron con la oposición la dejaron sin el trofeo.
Ahora el bloque oficialista de La Libertad Avanza, liderado por Ezequiel Atauche, negocia más apoyos con sus aliados de Juntos por el Cambio. El objetivo es emitir dictamen este mismo miércoles, pero el peronismo avisó que no admitirá un debate sin consensos.
El proyecto, que fue aprobado por la Cámara de Diputados a mediados de 2022 y permanece desde entonces archivado en el Senado, debido a que el Gobierno del Frente de Todos se negó a acelerar su tratamiento y a discutirlo a nivel comisiones.
El miércoles pasado, un plenario de Justicia y Asuntos Penales y de Asuntos Constitucionales avanzó con un debate que duró más de tres horas y en el que, finalmente, se resolvió pasar a un cuarto intermedio hasta este miércoles a las 14. El pedido de cuarto intermedio, acompañado por el Frente de Todos (FdT) y por un sector del radicalismo, fue propuesto por el peronista correntino Carlos Espínola, quien dejó hace dos años el FdT para conformar un bloque disidente junto al entrerriano Edgardo Kueider.
Espínola consideró que al proyecto de ley hay que hacerle correcciones "de su funcionamiento" y que "algunas pueden hacerse vía reglamentación y otras vía Cámara Electoral", por lo que deslizó la posibilidad de que la norma vuelva a Diputados. Si fuera así, la Cámara iniciadora podrá aceptar las correcciones hechas en el Senado o insistir con la sanción original.
Pero eso ya ocurriría en marzo, con el nuevo período ordinario de sesiones, a menos que el Poder Ejecutivo prorrogue las extraordinarias que finalizan el 31 de enero.
En cambio, desde el FdT, senadores como Martín Doñate, Carolina Moisés o Daniel Bensusán ya expresaron su negativa a apoyar la norma, tal como hicieron sus compañeros de partido en la Cámara de Diputados en 2022.