“Tengo cartón lleno para los sectores machistas, de derecha y ultraconservadores”. Las palabras de Helen Turpaud explican su situación. Docente de la escuela del Ciclo Básico Común de la Universidad Nacional del Sur, sufrió la semana pasada un embate que salió de un medio digital de su ciudad, Bahía Blanca (www.labrújula24.com). “Escándalo”, tituló el medio con una foto de Helen, que además de ser una docente de literatura que aplica la Educación Sexual Integral es activista feminista y lesbiana. La gran revelación periodística era que la profesora había llevado –entre no menos de cincuenta libros de poesía para una jornada de Lectura en la Semana de la Primavera– uno que tenía algunas páginas con frases consideradas “ofensivas”. Ningún alumno o alumna se acercó a mostrarle ese texto y, en cambio, hicieron fotos con el celular. Cuando Helen se anotició, envió una disculpa en el libro de comunicaciones, y se ofreció a reparar el error con la comunidad educativa, pero la pelota de la intolerancia estaba lanzada al aire. Un par de padres fueron al colegio pero otros, directamente, recurrieron al escrache. Algún padre subraya, en la nota de ese medio, que “nadie en la escuela puede desconocer la filosofía con que trabaja esta maestra”.
El titular del grupo La Brújula es Gustavo Elías. Hasta hace poco era socio en la Nueva Provincia de Vicente Massot, al que le compró las acciones hace unos meses.
Tras la difusión de la noticia, Helen sintió durante días el peso de la persecución y pidió licencia. Enseguida supo que no estaba sola. El gremio al que está afiliada, Suteba (también tiene horas cátedra en escuelas provinciales) la avaló y lo hizo público. “Nos solidarizamos con la docente Helen Turpaud. Asimismo repudiamos las malintencionadas operaciones de prensa, publicando su nombre y su foto, tratando de desprestigiarla y criminalizarla por su manera de pensar y su militancia”, dice el comunicado de Suteba, en el que plantean también que “semejante reacción ante un hecho que podía resolverse internamente en las escuelas nos hace pensar que subyace un claro objetivo, amedrentar a lxs docentes que militan por una causa que se considera amenazante, desacreditar a profesorxs que alientan a cuestionar el statu quo y fundamentalmente, erosionar la relación entre estxs docentes y la comunidad, generando enfrentamientos”. Al mismo tiempo, muchxs salieron a compartir en las redes sociales las notas de opinión que Helen publica en www.delacalle.org, un medio alternativo.
Los apoyos llegaron en cascada, en las redes sociales, en mensajes a los medios. Sin querer, los sectores conservadores le armaron la red política a Helen. Las familias de lxs estudiantes se organizan en su favor. Y también tuvo avales dentro del mismo Colegio. “El Consejo Departamental de Humanidades expresa su solidaridad y apoyo a Helen Turpaud, cuyo perfil docente constituye una cabal expresión de las cualidades que nuestra unidad académica espera promover en sus egresados. Destacamos, particularmente, su participación en la defensa de los derechos humanos y su compromiso feminista, tanto en el ámbito áulico como en otros diversos espacios públicos. Por lo tanto, vemos con suma preocupación la estigmatización y persecución de la que es actualmente objeto, no a causa del error puntual que ella misma ha reconocido en las instancias institucionales correspondientes, sino por llevar adelante prácticas docentes que habilitan la interpelación crítica de la realidad por parte de las y los estudiantes”, dijeron.
La caza de brujas, sin embargo, no se detuvo. “Atribuyo esta ofensiva mediática a los ánimos envalentonados de grupos ultraconservadores que forman parte de la comunidad educativa de muchas escuelas en Bahía Blanca y el país. Hay un avance redoblado sobre docentes, medios y particulares que trabajamos determinadas temáticas como la ESI (Educación Sexual Integral), que hablamos de Santiago Maldonado en clase o que tenemos una militancia en defensa de los Derechos Humanos o por los derechos de las subjetividades y sexualidades disidentes. En mi caso, me veo involucrada en todas estas materias, lo cual aparentemente constituye una sumatoria de ‘agravios’ para la derecha que tan desatada se encuentra últimamente: es conocido mi incorporación y trabajo de la ESI en las escuelas (por otra parte, consta en mi legajo la formación académica que tengo en la materia), incorporo la temática de los DDHH como estipula la ley que se debe hacer (y como es mi compromiso personal, obvio), he hablado de Santiago Maldonado en clase, milito en organizaciones feministas hace más de diez años, y es conocida mi identidad sexo-política como lesbiana”, respondió Helen la consulta de Las12.
Las madres y padres que se movilizan en defensa de Helen no lo hacen solo por ella. “La situación estaba resuelta, ella hizo lo que tenía que hacer. Para la mayoría de los padres, el tema estaba terminado ahí. Pero hubo un par –que a mi entender venían con malestar desde antes, por los temas de género y por Santiago Maldonado– que encontraron la excusa para cuestionarla”, relató una madre que pidió reserva de su identidad, sobre todo, por su hijo, que va a la escuela. Para esta madre, “independientemente de que sea Helen, que nos parece una profesora copada, no estamos de acuerdo con este recurso, porque es meterse con la libertad del docente para dar sus clases”. Subrayó que Helen es muy receptiva, cuando los chicos le plantean lo que piensan. Lo más claro es que “esto se convierte en una persecución. Pero lo peor es que sienta un precedente espantoso para el resto de los docentes, nos preocupa que el colegio lo utilice como disciplinamiento, es una manera de silenciar”.
Ante la pregunta de Las12, Helen redobla la apuesta. “Sea que mi condición de lesbiana y militante por los derechos de las sexualidades disidentes haya influido directamente o no sobre este hecho puntual que enardeció las mentes moralistas, la aplicación deficiente de la Educación Sexual Integral en las escuelas es en sí mismo un hecho que conlleva no solo machismo y esteotipación de los roles de género. Esta inadecuada aplicación de la ESI (cuando no la obstaculización) también implica lesbofobia, en tanto sin una aplicación adecuada de la ESI no es posible desarticular la lesbofobia en educación. Y es importante recordar que lxs docentes tenemos la obligación de impartir ESI de manera no biologicista, laica y transversal. Cuando hablamos de esto, también hablamos de derechos humanos para todas las personas. Quiero que mis alumnos y alumnas se eduquen en un ámbito plural donde todas las voces y corporalidades puedan hacerse presentes e inteligibles. Mi compromiso docente es con la educación pública, gratuita y laica, y por lo tanto no es con unxs pocxs o con los sectores hegemónicos, sino con toda una comunidad educativa”.