En los últimos años, dada la innegable nueva ola feminista, la manipulación neomachista llega niveles de estupidez compleja, quizás nunca antes vistos en la historia de la humanidad. Llamo estupidez compleja a aquellas reflexiones absurdas, sin sentido, ausentes de todo devenir lógico, lo que básicamente define al lenguaje. Es estupidez compleja, por ejemplo, cuando un anti abortista esboza el famoso argumento que los caracteriza: “si tu mamá te hubiera abortado a vos no podrías decir todo esto”. Y la reflexión de esta proposición es sencillamente imposible. Si mi madre me hubiera abortado, yo no existiría y sería imposible, por lo tanto, lamentarme, ya sea, de mi no nacimiento como de cualquier otra cosa.
La nueva estupidez compleja que he descubierto en los machistas posmodernos es la constante utilización de la idea de “caza de brujas” para victimizar a los abusadores. ¿No es esta la vuelta de tuerca más nefasta que hayan escuchado en sus vidas? Una infinidad de abusadores y maltratadores ahora comienzan a preocuparse. Comienzan a preguntarse “¿qué hice?” “¿estuvo mal lo que hice?”, después de una vida maltratando mujeres ¿quién puede recordar con exactitud todos sus crímenes, verdad? Pero saben que están por tocar a su puerta, y entonces en una paradoja del infierno, eligen el hecho histórico que comprueba que el odio hacia las mujeres es ancestral, para defenderse a ellos mismos. Son los agresores de mujeres, usando justamente el exterminio de mujeres, para victimizar abusadores y convertir en verdugos a las verdaderas víctimas, las mujeres abusadas que salen a hablar. El nivel de mierda que lleva esta manipulación, el nivel de retorcido y mala leche, el asco que me produce cada vez que leo o escucho a un hombre decir “pero viejo, esto ya es una caza de brujas”, de verdad me dan ganas de salir con bate.
Del siglo XIII al XVII el papel fundamental de la Inquisición fue hacerle creer al pueblo que las brujas existían, para así convencerlos de que sus desgracias y pobreza nada tenían que ver con el estado o las políticas llevadas a cabo por príncipes y papas, sino más bien con los hechizos de estas mujeres. De esta manera trasladaban la responsabilidad de la crisis de la sociedad medieval desde la iglesia y el estado hacia demonios imaginarios. Y desde entonces las mujeres hemos sido responsables por todos los males de la tierra. Por lo tanto, si la cosecha era mala, algún cura mandaba a matar a una mujer del pueblo para calmar los ánimos ¿Se entiende entonces por qué las feministas odiamos a la Iglesia o no se entiende?
Fue el mismísimo Woody Allen quien defendió a Harvey Weinstein, el productor de Hollywood denunciado por abuso hace unas semanas por más de 40 actrices, diciendo “esto está tomando una atmósfera de caza de brujas”; el hombre que tiene relaciones sexuales con su hija adoptiva hace más de 20 años comienza a preocuparse.
Recuerda, hermana, cuando un hombre hable de caza de brujas y se muestre preocupado por tanta denuncia es hora de hacerle vivir su peor miedo, ponete a gritar “socorro me tocó el culo” a su lado, después reíte y aclará “es un chiste amigo” y después acercate siniestramente y decile en voz baja susurrando “volvimos las brujas en forma de verdugos, ¿estás listo guacho?”. Y después de nuevo… “eeeeees un chiste ameeeeeoooooooo”. Así hasta que deje de hablarte de por vida.