Un manual y una bitácora de navegación para los mares inciertos de la construcción de la masculinidad, tal como la conocemos. De chicos a hombres es un nuevo libro de la colección Educación que ladra, de la Editorial Siglo Veintiuno. Se trata de una guía de educación sexual integral destinada a la escuela y la familia para trabajar con los varones. Sus autores son integrantes del equipo de Fundación Huésped: Leandro Cahn, Mar Lucas, Cecilia Valeriano y Marcelo Gutiérrez, quienes proponen estrategias de intervención concreta para abrir una conversación franca con la que acompañar a niños, niñas y adolescentes a ser quienes quieren ser. Ya habían publicado en 2020 una guía de ESI (Educación Sexual Integral) para trabajar con las familias, en escuelas y otras instituciones. En este caso, dicen los editores Melina Furman y Diego Golombek, hay una resonancia de un verso de Neruda (en Walking around): Sucede que me canso de ser hombre. Y esto, pese al modelo patriarcal que encarnó el poeta chileno en su vida privada y en muchos otros textos.

El ABC de la masculinidad

“Frente a la zozobra, al no saber muy bien dónde (ni cómo ni con quién) estamos parados, el equipo de Fundación Huésped ataca de nuevo”, señalan en el prólogo. Acá, el foco está puesto en la masculinidad cambiante. Con interrogantes que se pueden ir encarando y acaso resolviendo con conversaciones francas, con comprensión de las resistencias, avanzando por un camino nuevo en el que se puedan revisar gestos, actitudes, maltratos, las jaurías, los signos de este tiempo con poca representación de lo que pasa, signos y síntomas a veces expuestos o al acecho, tan obvios a veces, que no se ven.

El ABC de la masculinidad, A modo de glosario para saber de qué hablamos cuando hablamos de varones, género, binarismo, sexo biológico, discursos de odio; Los privilegios y su oscura contracara, los micromachismos; Daniel y los mandatos, Axel y los escraches, Tadeo y el consentimiento, Matías y los protocolos; ¿Qué hacer? Y la Delcaración en favor de la promoción y Protección de Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes, son algunos de los temas que se abordan en la guía.

La charla con Soy tiene lugar en la nueva sede de la fundación, en Chacarita, un espacio abierto, luminoso, amplio, en el que trabajan adultos jóvenes y no tanto, con una terraza a nivel de las oficinas. Se trata de un ambiente amable, donde la gente se mueve, charla, se reúne, consulta, no siempre pegada a las computadoras. También, poniendo el cuerpo para el intercambio.

Es insoslayable conversar, además, sobre lo que los especialistas imaginan que sucederá a partir de los cambios políticos que se viven. “En la campaña se escucharon propuestas que hay que ver como finalmente se implementan. La eliminación, la no obligatoriedad, la voluntariedad frente a la ESI no son propuestas nuevas, ya venía sucediendo, está en el debate hace muchos años. Educación sexual hay siempre, no hay forma de que no exista. La podemos reglamentar, generar materiales, facilitar o todo lo contrario. Y eso también es una educación sexual, aunque no integral. Tenemos una base construida en la comunidad educativa muy fuerte con una potencia enorme entre docentes, familias y estudiantes. La comunidad sale además de las fronteras de la escuela, implica a los territorios. Siempre hemos invitado a esas actrices y actores a participar y construir. Ahora, en lo macro, eso va a tener menos impulso y financiamiento pero va a seguir existiendo porque hay mucha militancia para que por decreto se elimine. Nos preocupa de manera muy profunda en estos días el efecto concreto en las personas individuales, en quienes se hayan manifestado, expresado y que esto pueda venir con violencia, burla, silencio, guardarse. Acá estaremos para acompañar”.

Cahn es el director ejecutivo de la fundación, desde donde desarrolla hace años estrategias de comunicación sobre temas vinculados al VIH, derechos sexuales y reproductivos y ESI. Cuenta que ellos venían trabajando con “varones escrachados, en algunos casos en redes, con denuncias en la justicia y tratando de ver en lo cotidiano los emergentes para ver cuáles son las mejores respuestas que hay que dar. Hacía mucho que veíamos que los chicos sentían que no tenían voz, que estaban apartados y con la editorial surgió la idea de hacer un doble click sobre esta temática”.

Hacia un feminismo no punitivista

Coinciden los entrevistados en que “les enseñamos (y aprendieron) que debían ser fuertes, valientes, protectores y proveedores. Que debían esconder las emociones y, a partir de los cambios de los últimos años, reconocer sus privilegios y hacerse cargo de las violencias” que implican los beneficios de pertenecer al “sexo fuerte”. Con alivio a veces; con enojo y frustración, otras “tienen que desaprender normas que no crearon y responsabilizarse de un legado que no pretendían. En este mundo de verdades que tambalean, niñes y jóvenes intentan explorar cómo hacerse hombres lidiando con mandatos y eludiendo prejuicios”, señala.

“Nuestra propuesta es darle lugar a la posibilidad de tener voz y una voz que no es tan clara, ni tan construida ni sistematizada. A veces es un grito”, señala Mar Lucas con relación a la pertenencia de la guía De chicos a hombres en la colección Ciencia que ladra. “Lo importante es que haya lugar para empezar a expresarse sin esta lógica, sin esa primera reacción en los feminismos que fue la denuncia de las situaciones de abuso y violencia puestas en la misma bolsa. El escrache es un síntoma, donde denunciar, juzgar y condenar en el mismo acto, sin posibilidad da darle lugar a la voz y la expresión del otro, impidiendo la construcción conjunta”.

Lucas nació en España y eligió vivir en la Argentina, enamorada de la creatividad y la potencia de transformación del país. Aunque la charla tiene lugar apenas unos días después del triunfo electoral de Milei, y la atmósfera de incertidumbre y temor parece dominarlo todo, hay un resquicio de esperanza en el futuro de la sociedad. Ella trabaja en Huésped desde 2010 “acompañando la calidad y calidez de los equipos, dice, para construir un mundo con dignidad y derechos para todas las personas”.

"No es dando vuelta la tortilla, ni perpetuando la relación sometedor-sometido, opresor-oprimido, del otro lado. Necesitamos cambiar el paradigma binario de las relaciones de poder y esa es un poco la propuesta. Hubo un movimiento muy fuerte que puso en un lugar de silencio y mucha soledad a varones adolescentes, aunque la tendencia ya venía porque venimos de una masculinidad hegemónica que te permite enojarte, odiar, pero mucho más no”, señala Lucas sobre la ausencia de palabras.

“Pensaba en la vacancia con relación a los varones, a partir de la irrupción del movimiento de mujeres, que nos inspira y nos guía, y que habilitó un montón de espacios y oportunidades para que ellas y las personas del colectivo LGBTQ+ podamos encontrar espacios colectivos para la revisión y reflexión”, aporta el abogado, sociólogo y maestrando en Derechos Humanos Marcelo Gutiérrez, otre de les autores de la guía. Gutiérrez forma parte de la dirección de Programas de Fundación Huésped, donde trabaja en proyectos de promoción de la salud sexual y reproductiva con enfoque en derechos, y facilita talleres de reflexión para jóvenes varones.

¿Dónde quedaban los varones respecto de las operaciones, aperturas que se generaron con el movimiento de mujeres? ¿Cómo pensar en lo que pasa con esta temática vincular entre géneros, frente a una población tan heterogénea? Queremos dialogar con ellas, con el movimiento más antipunitivo, con un feminismo que no está sancionando todo, todo el tiempo, que invita a una reflexión crítica con margen para la responsabilidad de cada une, con una apertura muy democrática en favor de la igualdad”, sugiere Gutiérrez.

Cecilia Valeriano, educadora y comunicadora, es la cuarta autora de este libro de tapa roja cuya tapa fue diseñada por Pablo Font. En tiempos de redes, escraches, protocolos, en los que las chicas asumieron un protagonismo novedoso y a veces inquietante, hoy ensombrecidos por el autoritarismo del nuevo gobierno nacional, ella desde 2007 trabaja en programas enfocados en la promoción de la salud sexual integral en distintas poblaciones y en distintos momentos de la vida.

“En este texto hay una vocación pedagógica, una mirada crítica a las pedagogías sociales que nos fueron enseñando cómo ser varón y mujer en esta sociedad. Cómo se habilitan otras pedagogías para construir relaciones más respetuosas, que incluyan la equidad y la diversidad. Ese sería el aporte para este contexto. Pusimos en palabras qué ESI queremos, cómo nos imaginamos una educación sexual integral para un mundo mejor”, explica Valeriano. propuesta es

Como sus compañeres, tiene la mirada atenta “en lo que les pasa a chicos y chicas, en cómo viven los cambios las familias, y también en cómo se transforman y adaptan instituciones y normativas.” La guía propone estrategias de intervención concretas, además de para entidades de educación formal, para centros de educación no formal y espacios de salud.

No venimos de un repollo: el cuidado como construcción colectiva en la historia argentina

“La sensación de los valores adolescentes sin voz propia estaba ahí, es algo que sigue más allá del resultado electoral. El libro aporta a la construcción aun con los que piensan diferente, desde un espacio de construcción de ciudadanía, de diálogo, de escucha activa, de ponerse en el lugar del otro, no gritar ni pelear, sin violencia. Así lo pensamos hace más de dos años y así esperamos que haga su recorrido”, dice Cahn.

Sin embargo, es inevitable volver sobre los efectos que puede tener sobre la sociedad en su conjunto y sobre cada persona, el amparo generalizado de los poderes hacia las personas violentas. Basta con imaginar, algo que muches vienen haciendo, en la injerencia negativa que los anti estatistas quieren ejercer desde sus funciones en el estado sobre la sexualidad de la población.

“No hay concepto más liberal aquel que indica que la persona pueda ser en toda su extensión. Es parte de la construcción democrática. Esperamos que desde la responsabilidad de los cargos de gobierno se contribuya a eludir cualquier violencia. Así trabajamos acá desde hace 35 años. Se entienden las angustias porque la violencia en línea empezó hace mucho”, opina Cahn.

La violencia existió siempre, lo novedoso es el recurso de las redes porque la virtualidad es un fenómeno actual. "Nos venimos manifestando y contribuimos desde hace mucho en la apertura y continuidad de espacios en la escuela, en la familia, en los grupos de amigos, donde se valore la diversidad, que es también la de opiniones, historias y acervos culturales. Es fundamental poder conversar a partir de esa base", dice Cahn.

La experiencia de la fundación sobre el estigma y la discriminación en las personas con VIH, en el colectivo gay, trans no empezó con este gobierno. "Venimos con una experiencia larga de como acompañar y hay que apelar a ese recorrido, Convocamos a mirarnos más y cualquiera que está en riesgo de violencia que levante la mano y acuda a la fundación o a tantas otras instituciones. La experiencia con pibes escrachados fue radicalmente distinta cuando nos empezamos a encontrar como pares y elles sintieron que no les pasaba a ellos solos. Eso no lo inventamos en 2019. En grupos con personas con VIH ha sido siempre así",  dice Lucas.

“No se puede borrar toda la historia de un plumazo. Con cuarenta años de democracia la sociedad construyó herramientas para situaciones concretas de violencia. Hay leyes antidiscriminatorias que nos van a respaldar y se va a resistir, como hasta ahora”, apunta Gutiérrez.

En la mesa de la cena, el bar de la esquina o camino al aula. En la escuela, la casa de los amigos o las asambleas populares se puede seguir pensando en las nuevas masculinidades, los varones de hoy, sus privilegios, sus responsabilidades. También en los acuerdos, para salir del laberinto, de la ausencia de palabras, una de las causas básicas de la violencia. Chicos, hombres, adolescentes, jóvenes, no están afuera de las transformaciones. También gestan lo que está por venir.